Roberto, curtido durante diez años en Ricard Camarena en Valencia y de regreso a su tierra natal, despliega una cocina que rompe con lo convencional sin abandonar sus raíces: cocina de producto, sensible a la estacionalidad, que entra y sale de la carta con los caprichos del mercado y varía incluso de la mañana al mediodía. Una carta pensada para compartir, con platos al centro y un ambiente informal; un pequeño local de apariencia sencilla con grandes mesas preparadas para desvelar sorpresas culinarias. La temporada se sirve en platos como la ensalada de higos con tomate y cecina; la tradición revive en el atún que versiona la titaina de la abuela de Vero; y el disfrute caprichoso llega en forma de ostras, wagyu o bacalao negro.
Lo más fascinante es la pareja que da alma a Propi: Roberto y Vero, que se conocieron en Ricard Camarena. Él, desde los fogones, hereda el rigor y la pasión de una casa de altura; ella, desde el Cabanyal y la sala, orquesta la “parte líquida” gracias a su experiencia como especialista en vinos, entre otros, en Komori y Kaido (Valencia). Juntos, convierten un bar en apariencia modesto en un espacio donde cocina y vinos desafían lo ordinario en Castellón.

