Horacio Silva expone en Shiras Galería Intro-versiones II, una muestra en la que el artista analiza la “evolución abstracta” de su última etapa y en la que descubre su mundo interior al público valenciano
VALÈNCIA. La galería Shiras se llena de color gracias a Horacio Silva, quien expone hasta el 16 de enero su muestra Intro-versiones II, una exposición en la que el artista se descubre en una etapa “de lo más jovial y colorida” y desde la que busca contrarrestar todo lo malo que está sucediendo en el mundo. A su vez esta muestra es la más introspectiva hasta el momento, ya que ahonda en los sentimientos de Silva con una mirada madura y un diálogo honesto, generando un paseo que deja al descubierto todas sus inquietudes y dejando aflorar los conceptos sobre los que basa su creación. Aprovechando este momento de “exposición” de sus ideas Horacio Silva conversa con Culturplaza sobre su carrera, el momento en el que está el arte valenciano y lo que supone superarse cada vez a través de la obra, en un diálogo que se complementa también con los nuevos públicos.
-¿Cómo se siente respecto a esta exposición?
-Con una sensación de posparto, siempre pasa cuando preparas algo. Cuando supe la fecha para la exposición me puse las pilas para que fuera excelente. Estoy orgulloso de ver que eso da sus frutos.
-Podría decirse que se trata de un parto doble, ya que es la segunda parte de Introversiones.
-He hecho esto porque tras la primera exposición vi que había cosas que era necesario explorar. En esta muestra expongo una mirada más introvertida y contemplo todo lo que surge dentro. Noto que hay cuadros que complementan esa parte de la historia.
-¿Podría haber Introversiones III?
-Sí, pero no quiero estar haciendo algo infinito tampoco. Encontraré otra temática, saldrá de una forma natural. Siempre hay rupturas para avanzar en nuevos caminos, quiero que se produzcan momentos diferentes en los que se pueda formar algo nuevo.
-¿Cómo cree que ha cambiado el panorama artístico?
-Estoy viendo que hay mucho movimiento artístico en general, también veo que hay mucha gente joven trabajando y hay mucha cultura. Hay muchos artistas trabajando en nuevos movimientos como puede ser la performance, la videoinstalación… Esos movimientos siempre son buenos, son movimientos que enriquecen a la sociedad y la llenan culturalmente, con actividades que nos vienen bien a todos [...] Hay miles de formas de expresión, y eso no va a parar de crecer. Hay personas que trabajan el vídeo, algunas con elementos 3D… Yo soy más bien clásico [observa sus manos manchadas de pintura] voy a lo bidimensional, y me gusta mancharme un poco y disfrutar de lo que hago.
-Además de artista, usted es asesor de la colección de la Fundación Juan Jose Castellano Comenge (FJJCC), con la que además está actualmente en proceso de ‘gestación’ de la III Bienal de arte, ¿cómo van los preparativos?
-Es una aventura, gracias a una persona que es coleccionista de arte y se obsesiona por ello nace el proyecto. Yo estoy encantado de formar parte de ello, estamos intentando generar una nueva colección de la Comunitat Valenciana, todo para generar un futuro museo de pintura valenciana. Para engrosar ese museo hacemos esta Bienal, que busca llenar de contenido el museo, tanto con primeros premios como con obras que compremos.
-¿Con qué nivel nos encontramos este año?
-El premio es muy goloso, todo el mundo intenta meterse en el concurso y es importante que sepan que cuesta muchísimo. Nuestra tarea es ser muy selectivos, y de los que entran hay de todo: constructivismo, figurativo, animación, expresionismo… Lo más interesante es la diversidad de estilos que hay y ver los niveles que son muy muy buenos.
-¿Cómo varían los perfiles en comparación con otras ediciones?
-Se nota que hay formación a través de las redes. Internet nos ayuda a estar conectados con todo lo que nos rodea, en un click puedes estar en el museo de arte moderno de Nueva York y en cualquier espacio, también se puede acceder virtualmente a las ferias. Eso hace que la gente se active.
"todos los premios y los cuadros que compremos durante la Bienal estarán en el museo de la FJJCC, en una colección permanente"
-Las piezas seleccionadas en la Bienal formarán parte de la colección y, además, del futuro museo de la Fundación Juan José Castellano Comenge, que está pendiente de ponerse en marcha, ¿en qué punto está el proyecto?
-Todo tiene un sentido futuro, ahora mismo seguimos esperando los últimos permisos para trabajar sobre el edificio del siglo XIV, que antes era una fábrica de curtidos. Eso se va a convertir en un museo, pero al ser una zona protegida conlleva que tengamos que pedir mucho permiso. La idea es que todos los premios y los cuadros que compremos durante la Bienal estarán ahí, en una colección permanente, y en la temporal se mostrará obra de artistas de la Comunitat.
-Entonces… ¿Cuánto hay que esperar para que esto ocurra?
-Espero estar vivo para cuando esto pase [ríe] Me encantaría que fuera en un par de años.
-Una de las grandes noticias del ámbito cultural de la semana –y quizá del curso- es el anuncio del inicio de negociaciones para realizar un “encaje real” de Bombas Gens en el IVAM, ¿qué piensa de este movimiento?
-Culturalmente necesitamos que haya museos, el IVAM es emblemático, y Bombas Gens es muy potente, y ambos se complementan de alguna manera. Considero que tiene que haber una interrelación entre ambos. Lo que no puede ser es que en València cada museo intente funcionar por su lado, tiene que haber algo de vida entre los centros, que se potencien a sí mismos y que se ayuden. Si se ayudan salimos ganando todos, si hay conflicto perdemos los valencianos.
"Hay público para todo y para todos, hay mucha fiebre por la cultura y el arte"
-¿Es posible una unión entre lo público y privado?
-Yo de eso no tengo mucha idea, pero en este caso te puedo decir que esos dos museos son importantísimos para Valencia y que tienen que estar funcionando bien, no a medias tintas.
-Este movimiento ha puesto el foco en los grandes proyectos culturales de ámbito privado, como el reciente Caixafòrum o el futuro museo de la Fundación Juan José Castellano Comenge, ¿cree que hay público para todos?
-Hay público para todo y para todos, hay mucha fiebre por la cultura y el arte. La actividad enriquece a todo el mundo.
-¿En qué lugar deja todo esto a las galerías?
-Las galerías son las que hacen las “catas culturales” para encontrar esos talentos que acaban luego en el museo. Además, con las ventas pueden ayudar a los artistas. La intención de la galería es la de encontrar a los artistas, y los museos tienen la función de mostrar lo que ya tiene presencia para mostrarse.
-¿Por qué pintura?
-No soy escultor por pereza [ríe] cuando yo estudiaba no quería pensar en trasladar piezas de hierro y de mármol de un sitio para otro, tan pesadas y grandes. Pensé que ese no era mi camino, que quería “trabajar con algo más liviano”, en cuanto a peso físico en este caso. Retomo que hay muchos movimientos y muchos lenguajes, y maneras de protestar sobre la política y lo que nos rodea desde ahí. Intereses sociales y otras cuestiones, pero yo prefiero mirar hacia mi introversión que hacia afuera, en ese aspecto.
-¿Por qué mirar hacia dentro?
-Porque yo no voy a cambiar el mundo, soy muy humilde. Me interesa más que la gente se emocione con mis emociones, y que disfrute con lo que yo disfruto.
-¿Por qué tantos colores?
-Ahora estoy en una época colorida [observa la sala], que en realidad va un poco a la contra de lo que pueda parecer por mi edad. Es verdad que el panorama nacional no da a que yo esté así de jovial, pero a mi me gusta. Yo estoy al día de las noticias y lo que pasa en el mundo, lo que quiero es contrarrestar lo que pasa en el mundo con mi arte. Creo que he conseguido aportar esa parte de optimismo.