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València a tota virolla

Humans of Nuevo Centro: oda al icono de una generación que envejece

Porque ya no es un simple centro comercial. Es algo más que eso: un icono vintage que pide 'revival'

8/06/2019 - 

VALÈNCIA. Si buscas Tinder y Nuevo Centro, los dos conceptos al unísono, hay resultados satisfactorios: Nuevo Centro fue el Tinder de miles de valencianos, de la ciudad y de su periferia, cuando Tinder no existía y las relaciones de evolución afectiva requerían un asqueante proceso de aproximación física. Nuevo Centro, tal vez nuestro Barbican Centre larvado. El icono de una modernidad apabullante que, pese a los cantos de decadencia, no es que se haya quedado viejo, es que refleja el envejecimiento de la generación que tuvo allí su zona de juegos adolescentes.

El Nuevo Centro, hecha su Pirámide Musical el templo de Keops de una generación que fue millennial cuando un milenio se extinguía, ha rebasado su etapa comercial para copar el más difícil todavía: la dimensión representativa. Un aviso sobre el carácter efímero de los espacios carismáticos. 

El complejo edificatorio, con esa escalera curvada que ya quisiera la escalera helicoidal de los Museos Vaticanos, impacta sobre la masa convirtiendo a sus transeúntes en personajes de una danza tribal. Una suerte de Humans from València donde todos somos parte de una escena con una moraleja que pide neón: el tiempo pasa y la decadencia nos espera a la vuelta de la esquina. 

Foto: KIKE TABERNER.

Pero ante el pronto de querer ironizar sobre el Viejo Nuevo Centro, su verdadera novedad está al caer. Ya tiene los años y la solera suficiente para haber dado la vuelta completa y reivindicar su revival. Otras novedades, la tienda Novedades Casino, exhibía hace poco tiempo una imagen sideral del espacio: “Nuevo Centro. La Fe. Consellería. Huerta. Benicalap. Beniferri. El más allá”. 

Reivindiquemos Nuevo Centro como lugar que fue de nuestros sueños repletos de acné. Asumamos que no es una derrota, que nos estamos interpretando a nosotros mismos. Esa escalera es la vía evolutiva de la ciudad. El lugar confortable donde poder señalar que todo, antes, era entusiasmo. El Nuevo Centro, demonios, ha hecho más por la vertebración ciudadana que muchos planes de activación urbana. 

La generación Nuevo Centro toma la palabra

Para el artista Luce el Nuevo Centro ha sido la aspiración trepadora:

“Cuando era pequeño, recuerdo bajar aquella escalera de caracol y encontrarme con McDonalds y la pirámide musical, siempre he imaginado trepar por ella. También del suelo de la plaza. Turia siempre ha sido mi parada de metro. Un lugar desolador. Con el tiempo he disfrutado mucho del parking superior, me gustan las vistas y estar cerca del letrero mientras el extractor del Foster Hollywood no para de expulsar olor a carnaza grasienta”.

Foto: KIKE TABERNER.

Para la arquitecta Merxe Navarro el Nuevo Centro es hormigón y comunidad:

“Podríamos decir que he estado en Nuevo Centro desde antes de nacer. Mi madre, estando embarazada de mí, trabajó en la peluquería de El Corte Inglés desde que lo inauguraron. Mi infancia también se vinculó al centro comercial, muchas tardes de sábado recogíamos a mi madre del trabajo y la acompañaba a los vestuarios por las tripas del enorme centro. Recuerdo los pasillos blancos con las tuberías que recorrían los techos y que en aquel momento no entendía para qué servían. El contraste entre las luces del centro comercial, los amplios espacios y los pasillos de personal asépticos era algo que me llamaba la atención. Ya de arquitecta descubrí a GODB y la constante investigación en su obra al respecto de los prefabricados de hormigón y el estudio de las soluciones para los espacios comunes en los edificios tanto en el exterior como bajo cubierta. Sus grandes plazas, que generan ciudad y comunidad gracias a su capacidad para absorber desde una feria infantil, un concurso musical o de dibujo hasta una exposición de mobiliario exterior y que vertebra los diferentes edificios del conjunto. Últimamente lo visito con cierta frecuencia, igual el lenguaje en estos momentos no es el más actual pero sus espacios, conexiones, recorridos para el usuario siguen resultando enriquecedores”.

Para el periodista Vicent Marco el Nuevo Centro es el rito de iniciación:

La pirámide musical era una meca de peregrinación juvenil en la época de los CDs, más que comprar ibas a mirar, a que te vieran. Compré allí mis primeros vaqueros de marca con un sueldo de camarero, ya hace más de 20 años. Todavía recuerdo la sensación cuando pensaba ‘esto es dinero mío’. Todavía voy, por proximidad, una vez al mes y no puedo evitar pensar que necesita una manita de pintura y un cambio de iluminación”.

Foto: KIKE TABERNER.

Para el fotógrafo Pablo Casino el Nuevo Centro era la ciudad 

“De pequeño vivía en La Coma y luego en Benicalap, Nuevo Centro era el sitio recurrente para salir del barrio. No habían llegado el Gran Turia, los Carrefours en la ciudad, el Hipercor y demás, no tenía información de que hubiera otra cosa. No tengo recuerdos de pisar el centro de la ciudad hasta los 14 o 15 años que iría por mi cuenta a ver qué encontraba, así que hasta entonces una vez a la semana como mínimo acababa en Nuevo Centro repasando los discos que había en Amsterdam y Discocentro, ojeando los libros y las revistas de La Máscara o lo que hubiera por la Pirámide Musical”.     

Todos somos, un poquito, el mismísimo Nuevo Centro. 

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