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entrevista al autor de 'basura'

Jesús M. Paniagua: "Separar la materia orgánica es fundamental para colaborar en el reciclaje"

21/09/2022 - 

VALÈNCIA. Jesús M. Paniagua es ingeniero agrónomo y ha dedicado su vida laboral a la ingeniería ambiental, concretamente en el sector de las plantas de residuos y la ingeniería del agua. Dos sectores bastante desconocidos para la sociedad, pues ¿qué ocurre cuando una persona tira una bolsa al contenedor? ¿Por qué al abrir un grifo sale agua potable? ¿Qué maquinaria se activa al presionar un interruptor? Detrás de cada una de esas preguntas se alza una industria compleja a veces difícilmente de explicar. Por eso, en el caso de la basura, Jesús M. Paniagua ha decidido escribir Basura, un libro divulgativo y muy ameno para arrojar luz a ese engranaje que se activa cada vez que una persona deposita su bolsa en el contenedor adecuado. “Durante una charla sobre la gestión de residuos en el máster de Ingenieros Químicos, en 2019, me di cuenta de que la ignorancia era absoluta, tanto entre ellos como los profesores, no sabían nada de cómo se gestionaban los residuos”. 

Ese hecho junto a los mitos y leyendas que hay alrededor de la basura llevó a Jesús M. Paniagua a escribir Basura (Editorial Guadalmazán, 2022), que realiza un recorrido sobre el pasado y el presente de esa ingente cantidad de residuos que la ciudadanía genera diariamente y que nos retrata como sociedad. Como él mismo denomina, la trastienda de la civilización; aquellas cosas que “sostienen nuestra vida y que desconocemos”.

- En el libro subraya que en las casas no reciclamos sino que separamos

- Exacto, en las casas separamos, no reciclamos; una didáctica que lleva más de veinte años y está muy consolidada, tal y cómo se refleja en los porcentajes de separación —por orden: papel y cartón, vidrio y envases—. Una gesto relativamente reciente pues fue a finales de los años noventa cuando aparece la ley de envases y se introduce el contenedor amarillo. Fue entonces cuando en España se comenzó a separar y hoy es una costumbre que gran parte de la sociedad realiza. De hecho,  hacemos la parte más importante porque si todos separamos correctamente es más fácil el proceso.

- ¿Y qué ocurre en el momento que una persona deposita su bolsa en el contenedor?

- Una vez hecha esa separación en los contenedores, pasa por unas plantas que refinan todo eso para que los productos que salgan sean lo más puros posibles —exigen purezas por encima del 95%—. Por tanto, las tecnologías cada vez son más precisas para hacer una mejor separación. Y cada uno de los materiales siguen un proceso diferente. Ahora se ha introducido un nuevo contenedor, el de materia orgánica, al que también deberemos acostumbrarnos. 

"En España se implantará un sistema de apertura con tarjeta magnética en los contenedores de recogida de residuos"

- Añadir un nuevo contenedor en casa es un problema para mucha gente.

- Es cierto, pero el contenedor de la materia orgánica es uno de los más importantes porque representa en torno al 40% de la basura. Por tanto, si la puedes separar del resto, puedes obtener de ahí un compost de calidad que puede ir directamente al campo. La materia orgánica es un porcentaje tan grande que, en mi opinión, de todas las separaciones que podemos hacer, es la que más va a influir en la calidad del tratamiento final. 

- En su opinión, ¿cuáles son los principales errores que se cometen a la hora de separar?

- Al estar empezando, las mayores dificultades se encuentran en la separación de la materia orgánica ya que la gente no tiene muy claro lo que es materia orgánica —restos de comida— o no hace caso a ese contenedor y tira la basura donde considera. Por eso, al principio tiene un porcentaje de impropio —que no es materia orgánica— muy alto, incluso de un 50%. Mejorar ese porcentaje es una de las mejores cosas que podemos hacer para colaborar en el proceso.

- ¿Y con el resto de contenedores? 

- En el resto de contenedores se comenten errores, pero no son dramáticos. El otro día escuché una leyenda urbana que me gustó: “si en el contenedor amarillo tiras un cartón que no corresponde ahí, el resto de envases se contaminaban y no sirven”. La gente cree cosas muy raras, al igual que no sirve de nada reciclar porque todo se junta. Solo basta con seguir a los camiones de recogida para ver que los de envases, por ejemplo, ni si quiera van a las mismas plantas que el resto de residuos. 

- La tecnología también va a jugar un papel importante a la hora de controlar a los ciudadanos a la hora de reciclar… 

- Sí, a través de sistemas de apertura con tarjeta magnética en los contenedores de recogida de residuos, una tecnología que en breve la tendremos también en España. Las personas tendrán una tarjeta para abrir el contenedor de reciclaje y el de rechazo. Por tanto, cuanto más recuperes, menos tiras al de rechazo y menos pagarás al final de tasa de basura. Además, eso irá acompañado de la llamada policía de la basura, que revisará que no se haga trampa y se penalizará con una multa a la persona que no separe correctamente.

- Algunos países plantean sistemas como el de devolución-retorno de botellas, ¿qué opina al respecto?

"una incineradora en un país avanzado es un sistema seguro, no ocupa espacio y debido a esa normativa sabes que no van haber ningún tipo de fuga"

- Exacto, otros países tienen el sistema de devolución-retorno, en el que dejas un pequeño depósito al comprar la bebida (vidrio y lata) que será devuelto al depositarla de nuevo en el sistema. No es que te paguen por reciclar, como dicen algunos, sino que te devuelven lo que depositaste previamente. La ventaja de este sistema es que consigues corrientes muy limpias porque nadie va a tirar otro residuo que no sea vidrio o lata —la máquina no lo acepta— y además logras que en las ciudades no hayan latas y botellas tiradas por las calles.

- ¿Cuál sería la desventaja de ese modelo? 

- Precisamente lo que comentábamos antes: estamos hartos de tantas bolsas en casa. Y es que, con este sistema, añadimos una más, la de los envases que hay que depositar en esas máquinas. Al final, mucha gente va a preferir no recibir ese depósito y tirarlo al contenedor, lo que puede hacer que este sistema empeore el porcentaje de recogida actual. Este sistema, que ya está aprobado por la nueva ley de Residuos y Suelos Contaminados —debe estar implantado en menos de tres años—, habría que probarlo antes en una ciudad media, como Albacete, para ver qué pasa antes de introducirlo en toda España. Además, puede conllevar un problema logístico porque el ciudadano llevará su bolsa a un supermercado de grandes dimensiones, que será donde encuentre esa máquina para depositar los residuos, lo que podría hacer que el pequeño comercio pierda clientela. Por tanto, es un sistema que hay que probar porque, a veces, piensas que tiene muchas ventajas y luego tiene efectos secundarios que no son tan maravillosos.

- Como vemos en el libro, la basura escribe nuestra historia 

- La basura comienza a cambiar en los años cincuenta y lo hace por dos razones: Primero por  la  cantidad, pues se empieza a consumir más debido a la capacidad adquisitiva. Y segundo por la calidad de los materiales pues, por ejemplo, a partir de la Segunda Guerra Mundial se populariza el plástico. Por tanto, no se puede tratar como antes, cuando fundamentalmente la basura era orgánica e inerte y cada pueblo tenía su vertedero, que eran de cantidades pequeñas y desaparecían fácilmente. Ahora son cantidades cada vez más grandes y cuesta más deshacerse de la basura.


- Claro, estamos hablando de que, globalmente, producimos dos mil millones de toneladas de basura anualmente, de la cual, se recupera solo el 17%. ¿Es mejorable este porcentaje? 

- Es un dato global pero con diferencias abismales pues la Unión Europea genera 200 millones y España 20. En cuanto al reciclaje, Europa lo hace entorno al 30% mientras que en Asia es del 2% y en España del 33%. Debemos y podemos llegar a cifras que rocen el 40% y además hay que mejorar las cifras globales, especialmente en la India y en China, donde habita una gran parte de la población. Es verdad que China está avanzando bastante desde una normativa de 2014 por la cual se hacía obligatoria la recogida separada en grandes ciudades (Shanghai, Pekín…), pero todavía falta mucho.


"A la hora de reciclar, las mayores dificultades y problemas están a la hora de separar la materia orgánica"

- Los denominados deshechos, aquellos productos que no se pueden reciclar, van a parar a incineradoras o vertedores. En su opinión, ¿qué es mejor, el vertedero o la incineradora?

En mi opinión y siempre que se haga correctamente, la mejor opción es la incineradora porque aunque es verdad que un vertedero bien gestionado no es un problema en sí, lo es por la ocupación de espacio —nadie quiere un vertedero cerca y hay problemas de olores—. Por su parte, una incineradora es una instalación industrial de tamaño delimitado que nunca va a ir a más y, aunque existe la imagen de que lanzan humo contaminante, lo cierto es que si las incineradoras siguen toda la normativa son unas plantas muy limpias y, además, tienen un control muy exhaustivo para que así sea. Por tanto, una incineradora en un país avanzado es un sistema seguro, no ocupa espacio y debido a esa normativa sabes que no van haber ningún tipo de fuga (metano ni de lixiviados). Sin embargo, tiene mala prensa.

- En este sentido, uno de los deberes que pone en el libro es la potenciación del biogás. 

Exacto. El biogás producido a partir de residuos orgánicos es un potencial muy grande que tenemos ahí disponible. Ahora mismo, tenemos unos residuos que no se están utilizando para nada o que van directamente al campo, pero antes de eso pueden extraer más. El ejemplo es Dinamarca, que tras treinta años ha logrado que el 25% del gas natural que consume proceda del biogás. En España hay unas trescientas plantas de biogás y se estima que el potencial es de tres mil, o sea que ahora está cogiendo velocidad. 


- El lado oscuro de la basura es la corrupción. ¿Es verdad o un mito? 

- Tradicionalmente ha tenido esa fama, aunque realmente no es uno de los sectores más corruptos. De hecho, un estudio señalaba que los tres sectores que más corrupción demostrada acumulaban eran las obras públicas, la formación y los servicios humanos. Corrupción hay en todas partes y diría que el porcentaje de corrupción es casi un índice de desarrollo pues en los países muy desarrollados los índices de corrupción están dentro del 1% y el 2% mientras que en los países menos desarrollados está entre un 30% o 40%.

En España hay unas trescientas plantas de biogás y se estima que el potencial es de tres mil

- Una práctica muy habitual es el tráfico de residuos, ¿es un problema?   

- Sí, el tráfico de residuos es un problema. Es importante que exista el tráfico internacional de residuos, por lo menos en el caso del papel cartón, pues Europa produce mucho más cartón reciclado del que puede consumir y, si no se exporta, tendrá que acabar incinerado. Pero el problema radica en la dificultad de controlar ese movimiento de residuos porque se puede decir que un contenedor es de cartón solo y poner también plástico, por lo que en la práctica estás vendiendo porquería. Eso es precisamente lo que pasaba en China hasta que prohibió las exportaciones, lo que ha hecho que se derive a otros países (Tailandia, Malasia, Turquía, Ghana…). Luchar contra eso es importante porque estamos utilizando como vertedero a los países pobres y eso no puede ser. No es algo generalizado pero es una realidad que existe. Para evitar esto es importante que haya más control por parte de los países receptores. 

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