El director adjunto de Audiovisuales se pronuncia sobre la inyección de fondos para las ayudas, la falta de personal o Cinema Jove
VALÈNCIA. 2022 va a ser un año determinante para el audiovisual valenciano. Varios factores coinciden durante estos meses para completar el golpe de timón que está experimentado el sector y que, poco a poco, va dando buenas noticias. Jose Luis Moreno, Director Adjunto de Audiovisuales del Institut Valencià de Cultura, es testigo en primera línea de las fortalezas y dificultades que se encuentran. A pocos meses de su posible renovación, hace balance de los asuntos más relevantes de la industria en general y el Institut en particular para Culturplaza.
- Empieza 2022, ¡vaya año para el audiovisual!
- Hay mucha ilusión. Además de cada año tenemos que ir mejorando un poquito en muchos aspectos del sector, estos dos años de pandemia han hecho que todo se haya ralentizado un poco, con lo cual este año vamos a tener una acumulación de proyectos y se espera una buena cosecha tanto de rodajes como de estrenos. También está la gala de los Goya, hasta junio el Año Berlanga...
- Se ha hablado de la importancia de que los Goya se celebren en València. Es indudable su valor turístico y mediático, pero, ¿qué poso va a dejar directamente en el sector audiovisual?
- Los Goya son sobre todo imagen de ciudad y turística, y en el sector tiene una influencia colateral. Es cierto que genera mucha ilusión, y sobre todo la implicación que genera de las administraciones en forma de una subida en las ayudas o eventos como el que está preparando el Ayuntamiento de València enfocado a la internacionalización y que se tiene que quedar más allá del Año Berlanga. La gala en sí, más allá del trabajo de ese día que pueda dar a profesionales, no deja nada concreto y directo al audiovisual.
- La Mort de Guillem en 2020, Espíritu Sagrado en 2021... Da la sensación de que el audiovisual valenciano va haciendo camino y hueco. Tú que sabes mejor que nadie qué proyectos están en preparación o listos, ¿eres optimista con lo que se va a ver en 2022?
- Sí, hay que tener en cuenta que, en nuestro caso, cuando aplicas una política tardas unos cuatro o cinco años en ver los resultados. Desde que marcas unos criterios en las ayudas, la película tiene tres años para hacerse, luego has de ver la repercusión que puede tener en festivales, estrenos en salas de cine, y estreno en televisiones. Espíritu Sagrado, por ejemplo, lleva muchos años preparándose y aún le queda camino por hacer.
De cara al año que viene, y centrándose en largometrajes de ficción, tenemos muchas esperanzas en varias producciones. Pero por ejemplo, tenemos la ópera prima de Avelina Prat, Vasil y El Agua, de Elena López Riera, que casi seguro tendrá repercusión en festivales internacionales. Álex Montoya va a rodar La casa, basada en el cómic de Paco Roca; los hermanos Polo, que ya hicieron una demostración con The Mystery of the Pink Flamingo, van a rodar su primer largo de ficción, Pobre Diablo... Las perspectivas son muy buenas, sobre todo en ficción, que era la categoría en la que estábamos más huérfanos de proyectos que tuvieran una buena repercusión nacional e internacional.
- Hablemos de dinero. ¿Qué va a suponer el fondo presupuestado por el Gobierno de ayudas a producciones en lenguas cooficiales?
- Parece que va a ser importante, pero a fecha de hoy, aún no nos han comunicado cómo se va a repartir. Es una partida total de 10,5 millones de euros, pero aún no sabemos si va a ser el Ministerio de Cultura mismo el que va a convocar unas ayudas propias para lenguas cooficiales, o si van a repartir ese importe entre las CCAA y cada una lo canalizará. En este segundo caso, lo que haríamos es incrementar el presupuesto de las ayudas a producciones en valenciano de nuestras convocatorias. Calculamos que unos dos millones podrían llegar a la Comunitat Valenciana. Esa inyección en la partida de las ayudas sería muy importante y habría tanto para ficción, como animación y documental.
- En 2021 las ayudas del IVC han generado muchos conflictos. Concretamente en el audiovisual, ¿qué cambios vais a adoptar para que no suceda lo mismo?
- Las bases actuales empezaron a trabajarse a finales de 2019 y las acabamos en abril de 2020, en plena pandemia. En la situación en la que estábamos, se hicieron unas bases adecuadas al momento de incertidumbre, con criterios que hacía que fuera muy fácil conseguir los puntos. En aquel momento sirvieron, pero las bases tienen que ser para unos cuatro años y el año pasado nos dimos cuenta de que hay que cambiarlas. Estamos preparando unas nuevas bases.
- ¿En qué punto está? ¿Cuándo estarán aprobadas y habrá convocatoria?
- Estamos redactando las de algunas líneas, las de producción -por ejemplo- han pasado ya por las asociaciones de productores y estas han presentado propuestas. Si el texto lo tuviéramos sobre finales de enero o febrero, solo faltaría que pasara por Abogacía de Generalitat. En marzo o abril podríamos tener un texto definitivo para publicar. También hay que tener en cuenta la falta de personal.
- ¿Lo dices por lo que ocurrió en las ayudas del año pasado?
- Es que tuvimos una jefatura de sección que se fue y tardó ocho meses en cubrirse. Conseguimos que otra persona lo cubriera, pero eso siempre ralentiza el procedimiento. Yo mismo estoy ayudando en la redacción para agilizar el proceso de las nuevas bases.
- ¿Está preparada la Comunitat Valenciana para Spain Audiovisual Hub?
- A nosotros nos ha tocado gestionar solo una pequeña parte de gestión. Preparados para gestionarlo estamos porque por ahora solo hemos recibido las ayudas a las salas de cine. Nos acaban de enviar las características de estas ayudas, que tendrán que salir antes de verano. Cuando acabemos de tramitar nuestras ayudas, dejaremos para el final las de exhibición para saber si son compatibles con las nuestras o tenemos que sacarlas conjuntamente.
- Pero el programa que se desarrollará se ha vendido como un cambio industrial para posicionar a España como un gran plató de rodaje.
- Sí, aunque esa parte del programa la gestionará el Ministerio y se convocará desde allí. Pero yo creo que también, para laboratorios audiovisuales y rodajes la Comunitat Valenciana es muy atractiva por tres razones: primero, porque las film offices están funcionando muy bien y están dando muchas facilidades, a diferencia de Madrid y Barcelona; segundo, por un cambio de escenarios, que también es una razón habitual en las productoras que viene; y tercero, por la posibilidades de profesionales que hay aquí.
- Han aumentado las ayudas, han surgido eventos profesionales... ¿cuál es la pata que le queda al audiovisual valenciano para seguir avanzando? ¿Una escuela de cine?
- Sí, la escuela de cine es una cosa que llevamos 20 años queriendo hacer y nos hemos encontrado con bastantes dificultades por la burocracia que lleva crear un centro con estudios homologados. Hemos tenido varios intentos porque queríamos aprovechar que estábamos en la misma Conselleria que Educación queríamos saber si era factible, y era muy complicado. Las últimas gestiones que hemos hecho es hablar con la Universidad de València para ver si, a través de sus postgrados, podríamos hacer una especie de escuela de cine. Estamos trabajando esa opción y queremos enfocarlo a los oficios del cine. Son trabajos que se necesitan pero que no se enseñan habitualmente y son muy complicados de encontrar en el mercado laboral, como el de proyeccionista. Hemos tenido conversaciones con el Vicerrectorado de Cultura y están por la labor.
- ¿Hay solución a corto plazo a los problemas de personal del IVC que afectan a servicios de la Filmoteca?
- Depende de lo que entendamos a corto plazo, pero es un problema general de Administración, no tenemos nosotros la exclusiva. El gran problema que tenemos es que cuando hay una vacante o una baja cuesta muchísimo de cubrir porque los trámites administrativos de los funcionarios se cubren de manera mucha más lenta (es el caso del las plazas del Archivo), y porque además tiene que haber bolsas de trabajo con gente que cumpla con esos perfiles tan concretos. Nosotros no necesitamos un técnico de la administración general, sino una persona que sepa cómo funciona un archivo y una filmoteca. Está siendo complicado, pero bueno, en el Archivo vamos a solicitar que se cubran todas las bajas que tenemos.
- ¿El material archivado está en peligro?
- No, porque todo el material lo tenemos en cámaras de conservación específicas. Lo que más nos ralentiza es la catalogación. De hecho, este año licitaremos una obra para tener un almacén específico de nitratos y el servicio de digitalización. Es algo que ya estaba en el proyecto original hace 30 años.
- ¿Hay una excesiva externalización de los servicios?
- En el caso del audiovisual, no hemos externalizado nada que no lo estuviera ya desde antes. Y de hecho, si no llegamos a hacer todo, como es mantener actualizado el catálogo de los fondos, pues se ralentiza. Es un problema más interno nuestro que no afecta tanto de cara al público, pero que tenemos que resolver. Se pueden acumular tareas, pero tenemos que evitar que se llegue a desbordar.
- Al IVC le esperan varias jubilaciones en los próximos años...
- En 10 años o antes, el 70% de la plantilla de La Filmoteca se jubila, así que estamos preparando un plan para hacer contratos de relevo. Es una modalidad que la Administración puede utilizar pero no aplica y que consiste en que, el año antes de jubilarse, el nuevo trabajador acompaña a la persona que va a dejar el puesto. Aplicarlo es muy complicado y lo necesitaremos dentro de cinco años. Es complejo, pero nos permitiría que las personas aprendan de primera mano funciones tan específicas como manipular un nitrato que no enseñan en ninguna carrera.
- ¿Los festivales de cine determinan en exceso la agenda de la Sala Berlanga?
- Hay demasiados festivales que piden la sala, pero estamos empezando a calendarizar para que no sea así. Solo estamos acogiendo a aquellos que no nos alteren en exceso la programación, y en otros casos, les estamos diciendo que no les podemos ceder una semana de proyecciones pero sí que hagan algún evento especial, como la inauguración o la clausura.
- ¿Los Premios Berlanga están ya en forma?
- Yo creo que sí. Llevamos cuatro ediciones y ya están consolidados, aunque queda mucho trabajo por hacer. Año a año, vemos que va mejorando la puesta en escena, el conocimiento por parte de los profesionales y el reconocimiento fuera, que es lo que cuesta más.
- ¿Cinema Jove está en forma después de tantos años de sobresaltos?
- Hemos tenido una serie de años con muy poca estabilidad por temas burocráticos que se han ido solucionando, como la designación del director de festival, y ahora ya está preparado para ir creciendo y mejorando. También es verdad que hemos pillado dos años de pandemia y eso ha repercutido en que el festival no ha podido traer a los invitados ni crecer lo que querría. No sabemos tampoco si estaremos al 100% en junio.
- En abril se sabrá si el IVC propone prorrogar tu contrato cinco años más, ¿estás dispuesto?
- Es una decisión de Abel Guarinos y de Conselleria. Si están satisfechos del trabajo que hemos hecho y nos permiten un mandato más para completar el proyecto, yo estoy a dispuesto.
- ¿Qué retos crees que habrá que abordar en esos cinco años?
- Consolidar el trabajo que se ha hecho con el sector con las ayudas y que pueda seguir creciendo la producción audiovisual, incrementar en la medida que podamos la presencia del sector en eventos de industria e internacionalización, recuperar público en Filmoteca, y en el Archivo de Paterna, el nuevo almacén de nitratos y el sistema de digitalización, para que vuelva a ser un archivo de referencia.