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José María Ferrer: «Soy una ‘rara avis’ que no se siente cómoda en la zona de confort»

Sin pelos en la lengua cuando se trata de criticar lo que no le gusta, Ferrer Tarín creció leyendo las páginas de economía y de deportes en la prensa. Hoy son sus dos grandes pasiones

| 22/04/2019 | 4 min, 32 seg

VALÈNCIA.-A José María Ferrer Tarín (València, 1972) le atraía desde muy pequeño el mundo de los negocios y la empresa hasta el punto de que «en los periódicos solo leía las secciones de deportes y economía», como señala con una sonrisa a Plaza. Así se explica que optara por licenciarse en Empresariales aunque el tiempo y una visión con perspectiva le llevan a afirmar que «no habría sido una mala opción estudiar Derecho, pero reconozco que sufría cada vez que me examinaba de Mercantil o Civil».

Apasionado del paddle —«juego todas las semanas»— y auténtico devoto del Valencia CF —«he acudido a todas las finales y espero no fallar este año»—, dedica el poco tiempo que tiene a disfrutar con la familia. Ferrer confiesa que cuando decidió emprender el proyecto de Colectual, hoy ya una realidad, su mujer le preguntó: «¿No has pensado en hacerte funcionario de Correos y darnos algo de tranquilidad?». 

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Este MBA por la Escuela de Negocios de Estema ha estado vinculado en su actividad al desarrollo comercial y de negocio en distintos sectores como energías renovables, materiales de construcción, consultoría y sanidad privada. «Soy un perfil extraño en España y habitual en otros países. Dedicarse toda la vida a un sector te da fortalezas pero también muchas debilidades al desconocer de qué forma se abordan en otros sectores situaciones similares», explica. 

Participar en la fundación de Colectual, primera plataforma de financiación participativa (PFP) de la Comunitat Valenciana autorizada por la CNMV, «fue mérito de la iniciativa de siete exdirectivos de Bancaja, que después de la reconversión bancaria en València estudiaron cómo poner en marcha una iniciativa de crédito a pymes como vía alternativa de financiación. Me hicieron la propuesta de unirme y no lo dudé. Liderar un proyecto como Colectual, acompañado por profesionales con una amplia experiencia financiera como socios, lo convertía en un reto difícil de rechazar». Y es que Ferrer reconoce, sonriendo: «Soy una rara avis que no se siente cómoda en la zona de confort».

Por otro lado, no duda en señalar que hay mucho intrusismo en el sector porque «nos encontramos en un mercado donde más del 60% del volumen financiado en 2018 se encuentra fuera de supervisión de la CNMV. Existen espacios alegales que han aprovechado algunas compañías mientras el regulador sigue sin permitirnos desarrollar esa actividad estando regulados». Como también que no son una ‘antibanca’, dado que ambos modelos de financiación deben convivir y colaborar en algunos casos. «Siempre será más interesante para una entidad financiera que estemos nosotros en el pool de financiadores que un banco rival, ya que le hará competencia en el resto de productos que comercializa y no así nosotros. En un sistema financiero maduro deben existir distintas alternativas de financiación para las pymes».

El hecho de que haya tan pocas PFP debidamente registradas en España lo achaca «a la famosa Ley 5 de abril 2015 llamada de Fomento de la Financiación Empresarial, que es de todo menos de fomento, es una ley puramente administrativa. A esto debemos añadir una interpretación restrictiva de la misma por parte del Banco de España y la CNMV, que llega a lo absurdo cuando inversores de plataformas no reguladas pueden disponer de más garantías que las plataformas reguladas». Pone como ejemplo que las PFP no puedan tomar títulos cambiarios como garantías de las financiaciones pero sí un reloj de oro. 

Con tono melancólico, Ferrer apunta que «se perdió una oportunidad para potenciar el desarrollo de la financiación alternativa como han hecho otros países como Reino Unido». Y en este sentido recuerda que la financiación a pymes en España tiene concentrado el 82% en cinco entidades: «Es un riesgo porque no es sano ni prudente encontrarnos con esos niveles de concentración. Considero que la regulación debe ir enfocada a que las empresas vayan incorporando la financiación alternativa en sus financiadores, bien sea capital privado, MAB (Mercado Alternativo Bursátil) o crowdlending».

Como emprendedor prefiere antes tener unos universitarios con ánimo de emprendimiento que opositar porque «el fracaso debe formar parte de nuestro aprendizaje y no estigmatizarlo. Esa lección la tienen bien aprendida en Estados Unidos desde hace décadas y los resultados son palpables». Para aquellos dispuestos a emprender su recomendación es clara: «estudiar bien el mercado que se quiere captar, hacer uso de mentores que les guíen en el proceso y, sobre todo, valorar en pivotar su modelo de negocio cuando el mercado lo solicite. Afortunadamente, València es un polo de startups y existen grandes actores que pueden ayudarles en el camino como Insomnia o Lanzadera».  


* Este artículo se publicó originalmente en el número 54 de la revista 
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