VALÈNCIA. Los 30 son una edad un tanto extraña. Joven, lo que se dice joven, no eres. Tampoco mayor, no se ofendan. Con ellos llega la primera de las ‘crisis’ acabadas en cero, acompañada de resacas de larga duración, las primeras arrugas… Quizá me estoy metiendo en un berenjenal. Reiniciamos. Momento de inflexión, de analizar lo alcanzado y fijarse metas, el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) celebra este mes de febrero su treinta aniversario, en el que miran a 1989 en el terreno expositivo sin dejar de poner el foco en su adaptación al nuevo tablero del juego. “No tenemos que tener miedo de que las cosas vayan evolucionando. Lo que tengo claro es que el IVAM del siglo XXI no puede ser algo distinto al mundo en el que estamos viviendo”, explica su director, José Miguel G. Cortés. Cuando habla del IVAM del siglo XXI, al que hace referencia en numerosas ocasiones, no lo hace entendiéndolo como un ente abstracto, sino como un proyecto palpable. Habla de la deseada ampliación del museo, de una reconfiguración del centro que pasa por sumar un espacio para las nuevas formas de hacer arte, una idea que no es novedosa, pues hace años contaba con el Centro del Carmen como subsede. Si el conseller de Cultura, Vicent Marzà, ya lo descartó para la presente legislatura, Cortés no pierde la confianza en que se materialice. Pero no se trata del espacio por el espacio, sino de una evolución vinculada al contenido, al nuevo papel del museo en el ecosistema cultural. El director del IVAM rechaza que el museo sea entendido como un “expendedor de exposiciones” y defiende el centro como un espacio para el debate, que fomente la participación con el público. Con distintas frases de hemeroteca como vehículo de la conversación, algunas pronunciadas por el propio Cortés, el director analiza en Culturplaza el pasado, presente y, sobre todo, futuro del IVAM.
"[El IVAM es] posiblemente el proyecto cultural más importante y mejor construido que se ha llevado a cabo en la Comunitat” (José Miguel G. Cortés. Catálogo de la exposición El fin del siglo XX, enero de 2019).
-En 1989 se hizo una apuesta muy clara. Había unos políticos decididos a llevar un proyecto cultural importante en la Comunitat Valenciana. No me gusta mitificar las cuestiones, hace 30 años las cosas también eran problemáticas, hubo voces discordantes, gente que no estaba de acuerdo... pero se dieron varios aspectos muy positivos: una actuación política decidida y valiente; se trabajó con tiempo y profesionales, construyendo una colección antes incluso de que se abrieran las puertas del museo; y hubo un buen conjunto de artistas que se implicaron, entre ellos Andreu Alfaro o Eduardo Arroyo. El IVAM fue un caso raro: antes de abrir ya tenía bastante claro cuales eran los pilares fundamentales que iban a sustentar su colección y su programa expositivo. Hemos visto que eso no es tan común en otros muchos museos de España. Se han abierto museos muy grandes sin ninguna colección ni saber muy bien cómo se iba a desarrollar. Esta base, 30 años después, sigue siendo fundamental para que un proyecto cultural y artístico tenga unos buenos resultados.
-¿La apuesta política se mantiene?
-En enero de 2019, sí. La conselleria de Cultura y el gobierno de la Generalitat apuestan clara y decididamente por el museo. No lo digo porque todo sea maravilloso, pero me remito a los presupuestos de los últimos años, que han ido subiendo de manera considerable. ¿Esto es Disneylandia? No. Hay problemas, claro, como el número de trabajadores.
”El Gobierno se ha comprometido a estudiar la posibilidad de incrementar su participación en centros culturales emblemáticos como el IVAM, en términos equivalentes a otros organismos de otras comunidades autónomas”. (Nota de prensa de Moncloa tras la reunión entre Pedro Sánchez y Ximo Puig, octubre de 2018)
-Confiaba en que iba a ser así. Quizá no hemos explicado lo suficientemente bien al ministro lo que estamos haciendo, por eso queremos que vea nuestra colección, nuestras exposiciones, actividades... El Ministerio debería habernos apoyado, tenía una oportunidad de oro en nuestro 30 aniversario para demostrar que apoyaba la cultura de València, más allá de las dos ciudades principales. Ha habido una cierta falta de sensibilidad. Sé que el ministro considera que el IVAM es un buen museo, pero eso se tiene que demostrar con hechos. Esperemos que en 2020 el Ministerio cambie de actitud.
“Que Cultura tenga una silla propia en el Consejo de Ministros es fundamental” (Carmen Alborch. Entrevista con culturplaza, junio de 2018)
-Las cosas no son blanco y negro. ¿Considero que debe haber un Ministerio de Cultura o conselleria de Cultura? En general, sí. Pero también es cierto que hay aspectos en los que beneficia que, por ejemplo, Educación y Cultura vayan juntos. Las cosas hay que matizarlas. Desde el punto de vista simbólico es estupendo, pero desde el punto de vista económico quizá no. También depende mucho de las personas. Lo he dicho más de una vez: confío mucho en las personas concretas, con nombres y apellidos.
-¿En quién confía ahora?
-Confío mucho y estoy muy agradecido en la tarea del secretario autonómico, Albert Girona, con quien tengo una relación magnífica; confío mucho en el conseller de Cultura, Vicent Marzà; confío en el President, Ximo Puig, que está demostrando una sensibilidad destacada hacia las problemáticas culturales. Confiar en las personas no quiere decir dar carta blanca o estar absolutamente de acuerdo en todo. Es un sistema democrático y plural.
“Cuando llegamos había mucha expectación. [Después] hubo un poco de frustración, tanto en la sociedad como en nosotros mismos ". (Carmen Amoraga. Entrevista con culturplaza, mayo de 2018).
-Frustración es una palabra fuerte. Estoy contento con estos cuatro años, lo que no quiere decir que no haya errores. Lo peor de todo de trabajar en una entidad pública es la administración. Algo que no sabes bien qué es ni quién es, sin cara ni rostro. Es lenta, excesiva en muchas cuestiones. Un museo tiene que estar al servicio de la ciudadanía y si la administración lo que pone es palos en la rueda para que se dé este servicio es que algo está fallando. Esto está fallando. La administración debería ser, faltaría más, transparente, pero al mismo tiempo tiene que ser eficaz.
“Estamos trabajando en un proyecto de ampliación del IVAM para 2019” (José Miguel G. Cortés. Noviembre de 2017)
-Las cosas de palacio van despacio. Los grandes proyectos, como el IVAM en 1985, necesitan muchos años para construirse. Creo que es una cosa que sí conseguiremos, no sé si en 2019 o 2022, pero estoy absolutamente convencido. Todos los grandes museos de España y de fuera de España se han ido ampliando en los últimos años. El Reina Sofía, el MACBA... ¿Qué le pasa al IVAM? No solo no se ha ampliado, sino que ha perdido espacio. Cuando se inauguró, contaba con el Centro del Carmen, que desgraciadamente se perdió. El IVAM ha ido atrás. Fue una gran idea que hubieran dos sedes, una dedicada al arte moderno y otra a la contemporaneidad. Ese proyecto continúa siendo válido. El IVAM necesita un espacio para el IVAM del siglo XXI. Ni València, ni la creación, ni los artistas son los mismos que hace 30 años. Hay que apostar, paralelamente, por un centro que rompa las costuras del museo.
-La dirección del IVAM está convencida del proyecto, ¿y quién lo tiene que poner en marcha?
-Yo hablo como director del IVAM. La política cultural la dirige la conselleria de Cultura y el conseller.
-El conseller dijo: “la ampliación del IVAM no será esta legislatura, más allá del Jardín de las Esculturas”.
-Donde manda capitán no manda marinero, pero a esta legislatura le quedan tres días, con lo que el conseller tenía razón. Yo estoy pensando en el 2021, 2022 o 2024, un museo no se piensa de hoy a mañana. El conseller y el gobierno de la Generalitat decidirá cómo, cuándo y dónde hay que hacerlo. Mi función es plantear lo que, honestamente, creo que es mejor para el futuro del museo. Los responsables políticos dirán. Creo que es un proyecto importante. El jardín de las esculturas, por ejemplo, ha costado pero, al final, se ha hecho. Las cuestiones requieren su tiempo.
-¿Alcoi no satisface esa necesidad de ampliación?
-Son proyectos distintos y que se complementan.
-Se podría haber llevado la colección del IVAM a otras partes de la Comunitat a través de colaboraciones, pero se ha apostado por una subsede estable, ¿por qué es interesante esta opción?¿llegará el IVAM-Castellón?
-Insisto, el director del IVAM es el director del IVAM y quien decide la política artística y cultural de la Comunitat es el conseller. Si el gobierno decide que en Alcoi y tal, sus razones tendrá. Excede mis competencias. Estoy de acuerdo en la vertebración de la Comunitat, por lo tanto es un hecho oportuno. Para ver lo concreto habría que conocer todas las condiciones de muchas cuestiones, quien tiene esa visión global no es el director del IVAM.
-La política decide, pero la gestión cultural hará un análisis del proyecto.
-Lo estamos haciendo lo mejor posible. La puesta del IVAM fue clara. Había muchas posibilidades para inaugurar y elegimos a Eusebio Sempere de la mano del museo Reina Sofía, ¿qué quiere decir eso? que la apuesta del IVAM fue a muy alto nivel. Al IVAM se le dijo “hay que hacer esto” y, desde el primer momento, hemos apostado por que salga lo mejor posible.
“El mundo de la cultura tiene cierta tradición de fraticidio que en Valencia tiene más intensidad que en otras partes”. (Tomás Llorens. Marzo de 2011)
-Consideramos que todo lo que viene de fuera es mejor, tendemos a valorar poco lo que hacemos. En general, en la Comunitat Valenciana, hay este sentimiento. Gente que va de viaje al Louvre pero no viene al IVAM, o al Museo de Bellas Artes. Desconocemos nuestra realidad. Hay diseñadores o dramaturgos que están haciendo un trabajo muy interesante. Hace falta un sentir más en común. Me gustaría que el IVAM se entendiera como un bien común, más allá de quien estuviera en la dirección del museo o en el gobierno, que se sintiera como algo propio.
”Los museos cada vez tienen más visitantes y es verdad que a veces la contemplación de las obras no es una experiencia particularmente grata” (Miguel Falomir. Marzo de 2018)
-El museo no vive en un entorno de cristal, vive en una sociedad en constante transformación. Una particularidad del tiempo en el que vivimos es que esta transformación es súper rápida. Es un reto maravilloso en un tiempo difícil. Ha cambiado el público, la relación con el arte y lo que es un museo. Hoy en día hay multitud de manifestaciones que están incorporándose a la creación artística. Deberíamos de ser capaces de crear un lugar que sea diferente a la idea que tenemos de museo o centro de arte, tiene que ser más una plaza pública que un lugar sacrosanto. Un lugar de encuentro, debate e incluso contaminación, un museo que está abierto las 24 horas. Hay que romper sus costuras. Creo que sé más lo que no debemos ser que lo que debemos ser.
-¿Qué no debe ser?
-El museo del siglo XXI es un museo en construcción. No debe ser un museo estático, cerrado o circunscrito a conversaciones peregrinas sobre qué es o no arte. Tiene que ser un museo atento a las necesidades sociales, culturales, comunicativas y de participación. No debe ser un templo que visitas una vez al mes y te extasías con el arte, sino donde la participación sea más fluida. No tenemos un mapa, lo vamos construyendo. Esto es fascinante por un lado y fastidioso por otro, pero vale más la pena la gente que arriesga a la que está sentada. Cuando hablo de una plaza pública no hablo de Disneylandia, hablo de un lugar de conocimiento, aunque no un lugar anodino. Una cosa es eso y otra el todo vale, igual hago una presentación fallera que no sé qué. Eso es otra cosa que no tiene nada que ver con el proyecto del IVAM del siglo XXI.
“El cómic ha llegado para quedarse” (José Miguel G. Cortés. Inauguración VLC. Línea Clara, junio de 2016)
-No soy muy partidario de salas específicas o museos específicos. Ni de cómic, ni de fotografía, ni de pintura. El próximo día 13 de febrero inauguramos una nueva lectura a la colección, en la que hay distintos formatos. El cómic no es nada aparte. Lo importante es que aporte algo, sea el formato que sea. Evidentemente puede haber proyectos específicos, pero me gusta la mezcla. Tengo la pretensión de, poco a poco, ir profundizando. Pero insisto, en las condiciones actuales del IVAM Centro Julio González, el museo no tiene suficiente espacio para abarcar de la pintura de las primeras décadas del siglo XX hasta las nuevas creaciones.
-El cómic es una de las recientes nuevas líneas de trabajo del museo, ¿qué nuevos espacios quiere conquistar?
-Muchos. A medida que se trabaja en proyectos se generan nuevas ideas. Tenemos mucho interés en no perder ese 'y' -moderno y contemporáneo-. Trabajar Fernand Léger no es antagónico con preocuparnos por cuestiones muy concretas, como el proyecto Elisa de Pepe Miralles. Entre una cosa y otra hay 1.000 kilómetros de distancia. Una exposición de un gran pintor que ha influenciado a muchísimos artistas; y un proyecto pequeño pero muy importante sobre el Sida. Los dos aspectos hay que cuidarlos. Vamos a continuar con el proyecto de Miralles, pero también impulsar otros centrados en el movimiento feminista.
Al mismo tiempo tenemos relación con el Jeu de Paume, la Tate Liverpool, el MAXXI de Roma... pero, paralelamente, en unas semanas, iniciaremos todo un proceso de trabajo, no con lo local, sino con lo 'súper local'. Se ha acabado estar de espaldas al barrio: el IVAM forma parte de él. Estamos trabajando con una serie de críticos y artistas para hacer un proyecto muy específico con el barrio. Juan Luis Toboso está encargado de él, durará todo un año, una idea que no concluye en una exposición, sino que tiene como reto ser capaces de crear nuevas relaciones entre las personas, las instituciones, los gremios y el museo.
-Su colaboración con el MAXXI de Roma es especial con respecto a las habituales coproducciones, pues en este caso la colección del IVAM será interpretada por su director, ¿se seguirá trabajando esta línea?
-El proyecto del MAXXI es de ida y vuelta. Su director está trabajando sobre nuestra colección y yo sobre la suya, que vendrá más adelante a València. Vamos a ver cómo sale. Es un hito importantísimo que en mayo el IVAM abra en el museo de arte contemporáneo más importante de Italia con un lectura de nuestro museo. El objetivo es crear complicidades, el mismo proceso irá diciendo cómo se van concretando.
“El 2020 me pilla lejísimos” (José Miguel G. Cortés. Noviembre de 2017, sobre la posibilidad de seguir al frente del museo)
-En aquella época dije que me pillaba lejísimos, ahora digo que me queda lejos. Trabajo el día a día. Mi mayor interés es que 2019 sea un éxito, no como fecha, tiene que servir para reconocer todo lo que se ha hecho estos 30 años y para sentar las bases del IVAM del futuro.