VALÈNCIA. La vida de Juan Pedro Font de Mora siempre ha estado entre libros y letras. El recientemente reelegido como presidente del Gremi de Llibrers de València se enfrenta a un 2025 en el que tiene que encarar dos aniversarios: la 60º edición de la Fira del Llibre y los 40 años de su librería: Railowsky, especializada en libros de fotografía. Con más de la mitad de su vida dedicada a los libros, encara su reelección con alegría y con algunas propuestas innovadoras para convertir València en una de las sedes definitivas de la lectura, siguiéndole el paso en la carrera a Madrid.
Lo hace con varios retos a la vista, como la celebración de un Congreso de las Librerías en València y la creación de una comisión para estudiar las problemáticas del libro de texto. Lo hace sin perder de vista los aniversarios de la Fira y de Railowsky de cara al año que viene, con los que pretende seguir poniendo en valor la lectura en la Comunitat. Font de Mora conversa con Culturplaza sobre algunas de sus metas a cumplir dentro del Gremi de Llibrers y sobre su aprendizaje entre los libros, a los que quiere seguir dedicándose “hasta que el cuerpo aguante”.
-Llevas desde el año 2020 frente al Gremi de Llibrers, y tus compañeros vuelven a confiar en ti este año, ¿qué supone para ti esta reelección?
-Estoy al mismo nivel que mis compañeros, con los que pretendo formar un buen equipo. La idea desde el Gremi es defender las pequeñas librerías, celebrarlas y darles valor en cualquier evento.
-¿Cómo se hace esto en la Fira del Llibre?
-Desde hace ocho años solo pueden ir al paseo central de Viveros -el Antonio Machado- las librerías agremiadas independientes, y no las grandes plataformas ni las cadenas. Es una filosofía que intentamos respetar dentro de la Fira porque es el mostrador público más importante de la ciudad.
-¿Cuál tiene que ser la meta de una buena librería?
-Las librerías se tienen que convertir en agentes culturales de su zona, en dinamizadores del lugar en el que están y darle valor a este. Nuestro sueño para las librerías, que no dejan de ser un negocio, es que el librero pueda dedicarse precisamente a esto, a ser un buen librero y nada más. Queremos que de las gestiones y el papeleo se puedan encargar desde la Junta del Gremi.
-¿En que consiste el Congreso de las Librerías?
-Desde la Junta llevamos un tiempo trabajando en convertir a València en sede del Congreso de Librerías, una cita esencial que se celebra cada dos años y ue se organiza por parte de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Librerías (CEGAL). Hay muchas librerías del estado español que se presentan para convertirse en sede y, en este caso, parece que se ha aprobado que València acoja este congreso de cara al 2026. Para nosotros es un reto y un orgullo poder hacerlo.
-Comentas también, entre las nuevas propuestas del Gremi, una comisión para estudiar las problemáticas del libro de texto, ¿cuáles son las más urgentes?
-Desde hace años hay un intrusismo y una competencia desleal muy fuerte por parte de editoriales y distribuidores y en esta lucha nosotros defendemos que la venta en cadena se mantenga. Esta tiene que ser, en este orden: editor, distribuidor y como vendedor final el librero frente al público. Esta cadena se la saltan tanto distribuidores como editoriales a lo que decimos que hacen una competencia desleal. En la campaña proponemos intentar llegar a un código de buenas prácticas entre todos los libreros.
-¿Qué pasa si esa cadena no se respeta?
-Puede haber consecuencias. Este año, por ejemplo, ha sido el primer año que hemos negado la participación en la Fira a una editorial por sus malas prácticas. El editor se enfadó mucho con nosotros, pero es nuestra forma de mostrar que toda mala práctica puede tener sus consecuencias.
-¿Cuáles son los retos para la 60º edición de la Fira?
-Queremos, como todos los años, dotarla de más presupuesto y llamar a las administraciones para que nos ayuden a traer a figuras internacionales para celebrar la gran fiesta del libro. Sin contar el Sant Jordi de Barcelona vamos a la carrera de ser una de las mejores ferias de España después de Madrid.
-¿No se teme a la masificación?
-Al final la Fira recibe cerca de medio millón de visitantes durante once días, aunque el foco hay que ponerlo en las grandes firmas. Estos últimos años los ajustes y autoras más mediáticos han podido generar colas que colapsan el paso a la gente, es un punto a analizar. Queremos que la accesibilidad sea más fácil para todos y para eso igual hay que ser más selectivos.
-Tal vez la cantidad afecte directamente a la calidad.
-La idea no es tanto crecer sin límites, sino mejorar la calidad de lo que tenemos. Quizás esto sea a costa de tener menos casetas o un poco menos de visitantes, pero lo importante es respetar la filosofía del librero y la librera. Al fin y al cabo estamos vendiendo un producto muy especial que es el de cultura y hay que respetarlo.
-¿Qué le falta a la Fira del Llibre de València?
-Considero que tiene un muy buen pulso, tiene un enorme equipo detrás y muchísimas actividades. El año pasado ya hubo más de 1500 actividades y está claro que se ha convertido en una cita clave dentro de la ciudad. En lo que se refiere al tema de la gestión está todo muy profesionalizado, aunque cualquiera que quiera entrar en la Junta de saber que lo hace como asociado. Para nosotros es una manera de ayudar muy altruista que hace que el gremio crezca bastante y es el altruismo para ayudar a las librerías para que se consoliden.
-¿Qué se debe hacer desde arriba para ayudar al Gremi?
-Nosotros nos movemos para que las administraciones y las empresas privadas nos ayuden y generen recursos para que se puedan hacer actividades dentro de las librerías. Lo que queremos desde la Junta es que la gente venga a la librería física y entre en contacto con el librero de primera mano.
-¿Cómo es el perfil del librero ideal?
-Para mi un librero es un prescriptor, tanto de cultura como de salud mental. El librero puede darle a un lector un libro de novela histórica o uno de policiaca -como es su caso- a modo de recomendación. Desde Railowsky, librería especializada en fotografía, yo intento recomendar libros que crea que puedan encajar con el lector y lo hago atendiendo a un aspecto más humano.
-El pasado 24 de julio, la Federación de Gremios de Editores de España publicó que el libro digital aumentó la facturación un 3,5% respecto a 2022, llegando a representar un 5% de las ventas totales en el sector editorial. ¿Cómo afecta esto a las librerías?
-Se lee mucho más por pantalla y eso se refleja en la librería, uno de los grandes retos en la comunidad es generar campañas de animación a la lectura como pueden ser los clubes por ejemplo. Actividades como esta animan a que aumente el hábito de la lectura. Creo que también sería importante una mayor colaboración entre los libreros, las bibliotecas y las escuelas públicas para que se conozca el oficio del librero.
-¿Y cómo ha afectado internet al oficio del librero?
-Nosotros siempre preferimos el contacto presencial, pero es evidente que hay que adaptarse a los tiempos. Desde el Gremi lo que estamos haciendo es potenciar las ayudas a la digitalización y a la informatización de las librerías con los planes de ayuda del Ministerio y de la Generalitat. Se puede potenciar lo físico mientras las librerías van avanzando hasta esa parte de renovación tecnológica, haciendo que haya una inclusión online para que las librerías sean más accesibles.
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