entrevista al ex secretario autonómico de medio ambiente

Julià Álvaro: "El Consell del Botànic no ha soportado la presión de los poderes económicos"

3/03/2018 - 

VALÈNCIA. El ex secretario autonómico de Medio Ambiente Julià Álvaro explica su destitución de un modo concienzudo, con un mensaje claro a sus excompañeros del Consell tras el mes de reflexión que ha dejado pasar para atender a la prensa. "Los poderes económicos no han soportado determinadas políticas medioambientales y el Govern del Botànic no ha soportado la presión de los poderes económicos", asevera el ecologista, que explica con esta frase redonda todos los grandes conflictos con la empresa privada que protagonizó. Sus mayores críticas son para Compromís, la coalición en la que se integra su formación -Verds-Equo- donde lamenta haber chocado con un inesperado "techo medioambiental".

-¿Cómo se enteró de su destitución?
-Me llamó la vicepresidenta Mónica Oltra una media hora después de que me llegara a través de WhatsApp la noticia de que el Consell iba a cesarme. Supongo que son las formas propias de estos enredos, entiendo que los cambios en los gobiernos funcionan así, no tenía ninguna experiencia previa en una cosa así. Pero vaya, lo razonable sí habría sido haberme enterado por las personas que tomaron la decisión antes de que apareciera en los medios. 

-¿Le llamó Oltra? Su destitución era competencia de la consellera Cebrián...
-Me llamó Mónica, sí. Fue ella quien me llamó. No tengo explicación al respecto.

-¿Notó esa semana que se estaba creando el caldo de cultivo para su destitución?
-Yo no tuve esa sensación, aunque la verdad es que tampoco sigo demasiado la información que se publica sobre mí, igual debería haberle prestado algo más de atención. Yo no noté nada en particular que me lo hiciera sospechar. Había presión en los medios de comunicación, pero llevábamos dos años y medio así.

-¿Qué explicación le dio Mónica Oltra?
-Fue en la línea de lo que contó después en la rueda de prensa tras el pleno del Consell. Un poco lo del impulso a la secretaría autonómica... estas cuestiones. Vaya, yo creo que si algo no me faltaba era impulso, no me parece una explicación demasiado acertada. Yo creo que la cuestión está en que los poderes económicos no han soportado determinadas políticas medioambientales y el Govern del Botànic no ha soportado la presión de los poderes económicos.

-¿A quién señala cuando dice que el Botànic no ha soportado la presión de los poderes económicos?
-A la cúpula del Gobierno. No le quiero poner nombre, porque creo que responde a unas dinámicas de funcionamiento del poder que tienen mucho que ver con las presiones que vienen de fuera y con las que se generan dentro de un gobierno de equilibrio compuesto por dos personalidades políticas, PSPV y Compromís. Yo no le pongo nombre, pero es evidente que es la cúpula la que toma la decisión.


-Tras su destitución Presidencia y Vivienda anunciaron negociaciones para recuperar el proyecto de Puerto Mediterráneo, tumbado por la Comisión de Evaluación Ambiental con usted al frente ¿Ve usted aquí relación causa efecto?
-Quiero pensar que no hay ningún cambio de planteamiento político respecto a Puerto Mediterráneo. Mónica, en reiteradas ocasiones, como también el conseller Climent en materia de comercio, habían dicho que el proyecto de Puerto Mediterráneo no encajaba con la visión de Compromís, coalición que ya había sido muy beligerante años atrás contra el proyecto. En cualquier caso quiero recordar que el 'no' a Puerto Mediterráneo se produjo porque no se adecuaba a la reserva de espacios junto a las carreteras que lo rodean, según dijeron los técnicos.

"Puerto Mediterráneo es incoherente con lo que ha defendido Compromís y con lo que se ha hecho durante la presente legislatura. No entendería un cambio"

-Con más motivo: ¿Si fue una decisión de los técnicos cómo interpreta ahora que se retome?
-El planteamiento que he oído es que se va a presentar un proyecto diferente, y este nuevo proyecto será el que se estudiará. Aunque más allá de estas cuestiones yo creo que es improcedente implantar un centro comercial de estas magnitudes en una zona de valor medioambiental como es La Lloma -uno de los pulmones que quedan alrededor de València, encajado entre la Calderona y el Parque Natural del Turia-. Es un modelo de desarrollo incoherente con lo que ha defendido Compromís durante los últimos años y con lo que se ha hecho durante la presente legislatura. No entendería un cambio.

-Decía usted que "el Botànic no ha soportado la presión de los poderes económicos" ¿Sufrió alguna presión o injerencia en el caso de Puerto Mediterráneo? Hablo tanto por parte empresarial como de compañeros del Consell.
-Las presiones que vienen de los poderes económicos llegan de forma indirecta, en forma de comentarios de terceros, de presencia en los medios de comunicación... eso es lo que se ha notado de una forma muy evidente en el caso de Puerto Mediterráneo. Se hablaba de casi 1.000 millones de euros de inversión, de unas dimensiones muy importantes... Todos los representantes empresariales hicieron declaraciones en este sentido. Es evidente que estas presiones no se quedan en un secretario autonómico, que van hacia arriba porque saben que arriba hay más capacidad de decisión y las presiones son más útiles.

-¿Y algún superior le dijo cómo actuar o le reprochó su decisión?
-A mí directamente nunca me llegó ningún tipo de recomendación más allá de conversaciones normales apelando que dialogara con todas las partes.


-Sobre el convenio de Egevasa, la empresa mixta de la Diputación de Valencia y Aguas de Valencia que gestiona depuradoras públicas de la Generalitat: la conselleria pasó de tildar poco menos que de abusivo el convenio firmado con la entidad a rehusar a denunciarlo tras la mediación de la consellera Cebrián. ¿Cómo explica este cambio de criterio?
-La idea era denunciar un convenio que perpetuaba una situación de privilegio para una empresa privada -Aguas de Valencia- que participaba en una empresa mixta -Egevasa- junto a la Diputación de Valencia, porque el convenio se había hecho en un tiempo en el que Egevasa era 100% pública. El convenio se tenía que revisar. Después se llega a la conclusión de que se ha de dejar que el convenio llegue a su fin en el año 2019 y revisarlo entonces. Yo creo que deberíamos haber sido más valientes y haber ido directamente a la denuncia del convenio para adecuar esta cuestión a lo que se hace con los casos parecidos, que es abrir un proceso de licitación y que todas las empresas puedan competir por la gestión. Además iba en la línea de desprivatizar la gestión del ciclo integral del agua, que era una cuestión comprometida electoralmente en la que creo que también se ha ido muy lento.  

-¿Hubo "presiones" en esta cuestión?
-La Diputación defendió de una manera muy potente que el convenio se quedara tal y como estaba. Desde la secretaría autonómica se hizo el esfuerzo de discutir esta cuestión en busca de la denuncia del convenio, y esto no se consiguió. Es evidente que, otra vez -no nos engañemos- cuando hay un camino trazado y finalmente ese camino no se transita es porque ha habido algún obstáculo, una presión externa. Que no son ilegales, pero son presiones externas. 

"Con el SDDR ganó la prudencia de no tocar determinados beneficios económicos frente al beneficio medioambiental"

-Su secretaría autonómica se quedó sola en defensa de la implantación esta legislatura del SDDR. ¿A qué lo achaca?
-Aquí pasó un poco lo mismo. La cuestión se centró un poco más en los grandes supermercados valencianos, que son muy grandes y potentes. Ellos llegaron a la conclusión de que para ellos era perjudicial porque les generaba unos inconvenientes que les perjudicaba económicamente. Aquí ganó la prudencia de no tocar determinados beneficios económicos sobre el beneficio medioambiental que supone y el que repercute en el ciudadano, que ante le buena gestión de los envases no se vería obligado a pagarlos tres veces por llevarlos a los vertederos. Si se hubieran cumplido los plazos originales -hablo del calendario original- en un par de meses o tres, a las puertas del verano, se habría iniciado ya la aplicación del sistema, cosa que habría sido una inmensa medalla para el Govern del Botànic. 


-Sus medidas también molestaron a azulejeras, promotoras, cementeras…
-Al final lo que sucede es que las medidas medioambientales suponen unas limitaciones a la actividad económica en general para las industrias que se traducen en resistencia contra su adaptación, porque les supone un sacrificio. Pero si tú has trazado ese camino en tu programa electoral has de tratar de discurrirlo. Y si no llegas el quinto escalón al que te has comprometido has de saber explicárselo muy bien al ciudadano. Los intereses particulares y los generales han de encajar de alguna forma, pero lo que no se puede hacer es quedarse en la casilla de salida cuando le has pedido el voto al ciudadano con el argumento del cambio.

"Fuimos a las elecciones con el eslogan amb valentia, pero en el aspecto medioambiental no hemos tenido la suficiente"

-Aunque los periodistas lo hayamos agradecido, ¿ha sido un problema la difusión de su día a día en su blog?
-Me ha generado problemas pero no con aquellas personas para las que hacía el blog. Lo hacía en un ejercicio de transparencia para dar explicaciones a la gente sobre las cosas en las que trabajaba. Además, era una herramienta para explicar, cuando no podías alcanzar alguno de tus objetivos, las razones por las que no se conseguía. Sí que es cierto que me han llegado reflexiones por parte de cargos superiores de que era un exceso de exhibicionismo y yo traté de modular el discurso pero pienso que es una cosa necesaria y positiva. Como ciudadano a mí me gustaría que todos los altos cargos lo hicieran. Y no era una cuestión de afán de protagonismo, era simplemente una manera de tener un contacto directo con la ciudadanía. Aunque sé que no se ha visto demasiado bien por parte de las instancias superiores, también es cierto que nunca nadie me dijo que no lo hiciera.

-En su última entrada del blog, tras su destitución, reflexionó sobre la “cobardía”. ¿Qué le ha decepcionado? ¿A quién se refería?
-Me refería más a una falta de valentía. Creo que el Govern del Botànic no ha tenido la valentía suficiente. Y en cuanto a Compromís, la parte que me toca, que fuimos a las elecciones con el eslogan amb valentia, creo que en el aspecto medioambiental no hemos tenido la valentía suficiente para implantar unas políticas de cambio, que era algo de lo que habíamos hecho bandera. Creo que no hemos estado a la altura, que no hemos sido valientes y que, en consecuencia, hemos sido cobardes. 


-¿Qué persona le ha decepcionado más en el Consell?
-No me ha decepcionado nadie. Cuando se dice que mi destitución ha respondido a cuestiones personales me parece muy poco acertado. Yo sé que no son cuestiones personales, que son cuestiones políticas. No le pongo ninguna etiqueta personal a mi salida. No es una cuestión de personas, es una cuestión del Consell y de la coalición. El Govern del Botànic y Compromís han demostrado que tenían un techo medioambiental por debajo de los compromisos que habían adquirido con la gente.

-En la primera entrevista que nos concedió alabó la figura de la vicepresidenta Mónica Oltra como cohesionadora de la izquierda. ¿Qué piensa hoy de ella?
-Yo creo que ella es un referente básico de la izquierda en este país, que explica muy buena parte del cambio que hemos experimentado, pero que en el caso concreto de las políticas medioambientales ha demostrado que el techo medioambiental de Compromís estaba por debajo de lo que nos habíamos comprometido con la ciudadanía.

"Oltra ha demostrado que el techo medioambiental de Compromís estaba por debajo de lo que nos habíamos comprometido con la ciudadanía"

-¿Ha hecho usted autocrítica? ¿cambiaría algo de lo que ha hecho? ¿en qué se ha equivocado Julià Álvaro?
-Sí, claro. Debería haber tenido mucha más atención a todas las cuestiones de funcionamiento interno de la conselleria en el sentido administrativo y las cuestiones logísticas del día a día. Por ejemplo, no tenía ningún tipo experiencia en la Administración y cuando llegué me dediqué mucho a la cuestión política y quizá podría haber conseguido agilizar la gestión si hubiera reforzado este ámbito. También debería haber aumentado la cohesión dentro de mi partido para defender mejor nuestras políticas así como haber explicado más dentro de Compromís en lo que estábamos trabajando, porque en la coalición creo que falta mucho debate y reflexión sobre lo que se está haciendo en el Consell. Además errores concretos seguro que he tenido muchos, y errores de trato con la gente que trabajaba conmigo, pues también. En ocasiones tampoco he sabido elegir bien el momento para hacer determinadas cosas o tener más mano izquierda en alguna negociación. No obstante, creo que el mayor error para mí habría sido no ser coherente con lo que nos habíamos comprometido y pienso que ahí sí he cumplido.

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