paqui momparler dirige senyera y preside la extensa mancomunidad de la ribera alta

La alcaldesa informática del pueblo con nombre de bandera

18/03/2024 - 

VALÈNCIA. Senyera. La palabra evoca en la mente de la mayoría de valencianos la bandera oficial, la que representa a la autonomía y que refleja y eleva los sentimientos de un pueblo. No obstante, para alrededor de 1.200 personas de la provincia de Valencia equivale a eso y a mucho más. De hecho, es así como denominan el lugar en el que viven.

Los dos términos no provienen de la misma base etimológica. Mientras que Senyera en vexilología parece estar más vinculada a los vocablos Señal Real, en el caso del topónimo procede de la palabra valenciana sénia, relacionada con cultivo y regadío.

"Los habitantes iniciales se trasladaron, por la peste, a una sénia donde disponían de más agua", explica la alcaldesa de la población, Paqui Momparler. Profesora de Informática en el instituto del cercano municipio de Castelló, también en la comarca de la Ribera Alta, dirige la localidad con una amplísima mayoría absoluta de ocho concejales sobre nueve.

Ocho de nueve concejales

"Compromís ya no presentó lista en 2019 y el PP lo hace con una persona de fuera que ni ha tomado posesión del acta" -de hecho, su espacio en la web consistorial aparece con el rótulo 'sense nom'-, apunta a modo de descripción de la situación. En 2017 accedió a la vara de mando a mitad de mandato tras un pacto con Compromís y en 2019 ya venció con la misma mayoría absoluta de la que dispone en la actualidad.

Es alcaldesa tras una evolución personal y política que la llevó a formar parte, décadas atrás, de una candidatura independiente. "Yo tenía inquietudes educativas, como que hubiera biblioteca o escoleta", recuerda. Después, con ese rasgo de no militancia, entró en la candidatura del PSPV, para, luego, dejar la vida pública durante una temporada. "Fue entonces cuando me afilié y ya me buscaron en 2015 para encabezar la candidatura. No pensaba que volvería", señala.

El pasado mandato, durante el denominado Govern del Botànic a escala autonómica, compaginó su labor local con la de jefa de servicio de Relaciones Institucionales en Conselleria de Educación. En este lo hace con la presidencia de la Mancomunitat de la Ribera Alta, a la que llegó tras un doble proceso de selección.

Primero tuvo que competir -en un hecho inusual en el PSPV en la provincia pero habitual en el socialismo ribereño- con su compañero de formación, concejal de Sumarcárcer y por entonces presidente en funciones de la entidad mancomunal Txema Peláez.

Después, cuando parecía que con el respaldo de Compromís tendría un fácil acceso al cargo, se vio sorprendida en el pleno de investidura por la candidatura del alcalde de Alberic, Toño Carratalá, al que apoyó en bloque el PP y que logró sacar un empate en primera votación por una fuga de votos teóricamente socialistas. En la segunda ya ganó Momparlet.

La elección más enrevesada

"En el PSPV de la Ribera Alta siempre decimos que quien quiera pueda optar a presidir la Mancomunitat. De hecho, en los tres últimos mandatos siempre ha habido dos candidatos y hemos votado en asamblea. Intentamos que sea el aspirante final el del pueblo más pequeño. No se trata de enfrentamientos. En cambio, lo que me parece inexplicable fue que se presentara una segunda lista en el pleno", considera la alcaldesa de Senyera.

Ahora gobierna con vicepresidencias para PSPV, Compromís y PP. "No tiene sentido que en la Mancomunitat cada uno vaya por su cuenta. Nos juntamos para beneficiar a todos los pueblos", indica Momparler.

Entre los proyectos que lleva entre manos desde la presidencia comarcal señala Riberana, un repositorio digital del patrimonio de la Ribera Alta, comarca que se extiende casi un millar de kilómetros desde el límite con la Costera o la Safor hasta el linde con la Hoya de Buñol. Riberana recopila patrimonio natural, arqueológico o inmaterial y, por ejemplo, testimonios de gente mayor para que sus recuerdos puedan ser escuchados a lo largo del tiempo.

A 80 kilómetros y tres comercios

Esa digitalización forma parte de la esencia profesional de la alcaldesa de Senyera, por lo que también la traslada a su municipio. "Intentamos que el Ayuntamiento sea lo más digital posible, que se pueda realizar cualquier gestión por internet", recalca.

No obstante, en el día a día de este municipio ubicado a alrededor de 80 kilómetros de Valencia y a una decena de Xàtiva, las cuestiones palpables y básicas resultan fundamentales. Cuenta con tres locales comerciales. “Un horno, una verdulería y un quiosco que vende algunos otros productos”, desgrana la alcaldesa.

Ese servicio no resulta suficiente para un término municipal cuya población se 'disparó' de 900 a 1.200 habitantes en la década 1999-2009. Desde entonces se ha estancado o incluso ha bajado a los actuales "1.130", como precisa su máxima responsable. Las consecuencias de la despoblación han hecho mella.

Viviendas libres y espacios naturales

"Tenemos viviendas disponibles. En Senyera son unifamiliares, y si te encuentras algún edificio pequeño lo habita la misma familia. Aquí se disfruta de tranquilidad entre la naturaleza, con el río Albaida. Estamos a unos 40 minutos de Valencia por autovía y nos hallamos muy cerca de espacios para senderimos o cicloturismo como las Salinas de Manuel o la Font Amarga, en Castelló", detalla la alcaldesa.

Ese contexto requiere, para hacerlo más atractivo, de un incremento de prestaciones que la alcaldesa quiere cerrar este mandato. "Me gustaría contar con un mercado municipal. Ahora tenemos uno ambulante los miércoles. Podría instalarse gente del pueblo o de fuera que utilizara estos comercios y que diera servicio sobre todo a las personas mayores", indica como una ambición a la que suma la de un "auditorio o sala de usos múltiples, ya que la actual se queda muy pequeña sobre todo en los días de mal tiempo".

Trata de conjugar esos servicios básicos con la máxima expansión de la digitalización mientras compagina su labor como alcaldesa con la de presidenta de una mancomunidad que aglutina a 35 municipios. Lo hace desde su despacho consistorial en la población en la que nació y cuyo nombre conoce la inmensa mayoría de habitantes de la Comunidad Valenciana. Aunque sea porque se denomina igual que su bandera.


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