VALÈNCIA. Chema García Ibarra (Elche, 1980) no sabe definir la fórmula para lograr que un proyecto local alcance una dimensión internacional. Llamemos a lo suyo entonces intuición, porque festivales de todo el mundo han abrazado sus cortos, piezas de ciencia ficción domésticas realizadas con intérpretes no profesionales.
“Siempre intento que todas mis películas sucedan en Elche, que estén presentes los nombres de aquí, la gastronomía, los paisajes, las costumbres, los gestos, los acentos… Si son de la Vega Baja, que no se disimule. No rechazo lo local, sino que lo celebro”, explica durante el Festival de Toronto, donde ha sido seleccionado estos días para participar en el programa de desarrollo artístico TIFF Filmmaker Lab 2019.
A lo largo de su carrera, el director ilicitano ha firmado el guión y realizado los cortos El ataque de los robots de Nebulosa-5 (2009), Protopartículas (2010), Misterio (2013) y La disco resplandece (2016), y el mediometraje Uranes (2014). Sus propuestas han sido seleccionadas en muestras internacionales de cine como la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes, Sundance, la Berlinale, San Sebastián, Rotterdam, Valdivia o el BAFICI de Buenos Aires.
“Quizás la acogida de mis trabajos tenga que ver con que detesto el cosmopolitismo. De hecho, critico mucho la uniformización en el mundo del cine, porque corremos el peligro de que una persona en Etiopía, otra en Wisconsin y otra en Hong Kong hagan la misma película, con el mismo tipo de música, el mismo perfil de personaje que vive en el mismo estilo de casa y vista idéntica ropa. Me considero un guerrero en contra de eso”, se explaya el director, premiado con más de 200 galardonados en su trayectoria.
Entre los reconocimientos a sus trabajos, destacan dos menciones de honor en Sundance, el primer premio en la competición Vanguardia y Género de BAFICI, el Méliès de Oro al mejor cortometraje fantástico en Sitges, la nominación en los Premios del Cine Europeo o el premio al mejor cortometraje en Alcine de Albacete.
Y el suma y sigue continúa. Su último corto, Leyenda Dorada, dirigido junto a Ion de Sosa, fue estrenado en la última edición de la Berlinale y participará en la sección Zabaltegi Tabakalera de la próxima edición del Festival de San Sebastián.
Primero conquistaremos Dinamarca
El aprecio a sus películas siempre ha pillado por sorpresa a García Ibarra: la primera vez que paseó uno de sus cortos fuera de España fue en Dinamarca, donde observó que en la proyección, los espectadores se reían en los mismos golpes de humor que en España. “Se había logrado la universalidad con algo absolutamente regional. Imagino que fue así porque, en mi caso, el localismo no es una impostura, sino que soy totalmente honesto”.
Esa integridad ha sido apreciada por el TIFF, donde el director alicantino ha sido seleccionado en uno de los programas de desarrollo profesional más prestigiosos del mundo. Cada edición, 10 directores canadienses y 10 internacionales reciben asesoramiento, tutorías y formación de profesionales de reconocido prestigio
En pasadas entregas, los seleccionados han recibido clases de Juliette Binoche, los hermanos Dardenne, Ivan Reitman, Darren Aronofsky, Claire Denis, Jia Zhangke, Alfonso Cuarón, Spike Lee y Steve McQueen.
El plantel de profesores de esta edición no le está permitido revelarlo, pero el director español sí apunta que la clase que, inesperadamente, más le ha gustado ha sido la impartida por una especialista en la preparación de actores.
“Como no trabajo con actores profesionales, esta charla era la que menos me interesaba. Pero la conferenciante, que ha trabajado para Jane Campion, ha revelado que emplea un estilo naturalista y disponer a los elencos para que no actúen y se olviden de lo que han aprendido en las clases de arte dramático. Justo lo que a mí me interesa”.
Después conquistaremos Hollywood
Aunque los cuatro días de formación han sido intensos, García Ibarra ha hecho un alto para ver una de las películas programadas en la sección Midnight Madness, dedicada al cine de terror, fantasía y acción. Al fin y al cabo, en sus proyectos tiene querencia por el género. El filme en cuestión es Color Out of Space, basado en el cuento clásico de H.P. Lovecraft El color que cayó del cielo.
Dirige Richard Stanley, responsable de una película de los noventa muy apreciada por el director de Elche: Hardware: Programado para matar (1990). Y protagoniza Nicolas Cage, “que ya es un género en sí mismo”, bromea el realizador español.
Para su ópera prima, Chema García Ibarra está desarrollando otra trama fantástica. El título es Espíritu Sagrado, y está protagonizada por un obeso mórbido, miembro de una asociación de aficionados a la ufología que prepara una noche de avistamientos coincidiendo con la búsqueda en toda España de una niña desaparecida.
El desarrollo del largo continuará este año que viene con su periplo internacional, porque la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood y Film Independent han seleccionado al cineasta para participar junto a otros cinco directores internacionales emergentes en una residencia de tres semanas en enero de 2020 donde, además de brindar la oportunidad de establecer relaciones con gente de la industria del cine y participar en talleres, clases magistrales y tutorías individuales, se le ha cursado una invitación para asistir a los Globos de Oro.