VALÈNCIA. Los primeros inquilinos llegaron la semana pasada. Sólo queda un apartamento por vender, y es un ático. El edificio Marqués de Cruïlles está emplazado en la calle Cuenca 105, en Patraix. En uno de los barrios en alza en el sector inmobiliario, este inmueble constituye un ejemplo del nuevo tipo de vivienda eficiente ecológica que se está imponiendo en toda Europa. Es también el primer edificio residencial de la ciudad que disfruta de la calificación Verde del Green Building Council de España.
El Green Building Council de España es una asociación sin ánimo de lucro que aúna a representantes de todos los agentes del sector de la construcción. Su fin, aseguran, es “contribuir a la transformación del mercado hacia una edificación más sostenible”. La asociación está afiliada a la Asociación Internacional, sin ánimo de lucro, World Green Building Council.
En toda la ciudad de València y su área metropolitana se contabilizan siete edificios con esta calificación. Además del edificio de Marqués de Cruïlles, han logrado esta consideración tres viviendas unifamiliares, un centro educativo (Imagien Montessori School La Pinada, que se inaugurará en septiembre), las oficinas de Cessna y Bombas Gens. Estos siete edificios serían los siete magníficos de la construcción en València.
El inmueble es obra del arquitecto Curro Mestre Jordá, que desde 2015 tiene su propio estudio. Entre los trabajos que ha desarrollado hasta hoy destaca el hotel Barceló de València; el Paraninfo de la Universitat Jaume I de Castellón; el Complexe Cultural Casino de Quart de Poblet; el IES de Oropesa del Mar en Castellón; el IES Fray Ignacio Barrachina de Ibi en Alicante o el edificio residencial Tetuán en València, entre otros.
La obra ha sido promovida por Jecama S.L, una sociedad patrimonial de la familia valenciana Boix Ruiz (expropietaria de la aseguradora de decesos Finisterre vendida a Mapfre en 2001 por alrededor de 150 millones de euros). Su CEO, Jesús Boix, explica en el inmueble las características de este singular edificio con el que han irrumpido en el sector de la promoción inmobiliaria. Acompañado por Luis García Covisa y Luis Felipe Rodríguez, administrador y Project Manager respectivamente de Taller de Gestión Técnica, desgrana las virtudes de unas viviendas que tienen a gala una huella ecológica mínima.
Los tres explican al alimón las características de un edificio que marca el rumbo a seguir en la construcción urbana. La adecuación cada una de las viviendas a las peticiones de los demandantes ha llegado hasta el extremo de suprimir las bañeras. Sólo hay una, y es la casa de una persona mayor. Igualmente, se les dio la opción a los propietarios de dejar abierta o cerrada la cocina. Han comprobado que las familias más jóvenes optan por cocina abierta.
Las soluciones del arquitecto permiten que todas las habitaciones sean luminosas. Igualmente ha sido fundamental la eficaz gestión de los recursos a la hora de adquirir los materiales. Un edificio de estas características tiene un coste un 10% por encima de un inmueble convencional. Es el promotor el que lo compensa con su administración. La operación es todo un ejemplo, dice Boix, del tipo de arquitectura que se debería promover en las ciudades para el futuro.
“Esta muy bien hacer una vivienda sostenible en Torre En Conill, pero donde se necesita es en la ciudad, donde tenemos un parque inmobiliario viejo en barrios consolidados”, explica, al tiempo que, junto a Luis García Covisa, señalan los detalles que distinguen a las viviendas en la única por vender. Abren y cierran los grandes ventanales de carpintería metálica para mostrar hasta qué punto se consigue aislar la vivienda del exterior, un elemento fundamental para el ahorro de consumo energético, especialmente en invierno.
El corazón ecológico de las viviendas son los sistemas Mitsubishi ECODAN de aerotermia, con capacidad para 200 litros, especialmente diseñados para dar calefacción por circuito hidráulico, también para refrigeración y agua caliente sanitaria. Una ingeniosa distribución de la fontanería evita el consumo excesivo de agua caliente y contribuye igualmente a una mayor eficiencia de la casa.
Aunque quizá la característica más reseñable de este edificio es que ha sido construido acorde a las inquietudes de los vecinos del barrio. Esta es la finca que quieren los vecinos, que diría el clásico. Fue en 2015 que se reunieron con representantes vecinales para analizar la demanda, buscaron un solar en condiciones y construyeron acorde a un programa, al que invocan como una guía perfecta del terreno.
Recién inaugurado, Marqués de Cruïlles se integra en su entorno mientras aguarda a la llegada de sus últimos propietarios. A apenas unos minutos andando del centro de València, este inmueble corrobora como el crecimiento de la ciudad ha hecho que los barrios históricos, que en su día se consideraron extrarradio, son ahora parte del corazón de la urbe. Un corazón que quiere latir verde.