VALÈNCIA. La cena celebrada el pasado jueves en el Ateneo Mercantil por parte de los afines a Pablo Casado se convirtió en toda una demostración de fuerza para disgusto de la dirección regional que lidera Isabel Bonig. Curiosamente, la intención no era esa cuando se gestó el ágape: fuentes de la organización aseguraron a este diario que comenzó como una idea dentro del grupo de Whatsapp de los voluntario de la candidatura.
No obstante, se corrió la voz y varios de los dirigentes que se habían significado activamente por Casado decidieron participar. Lo que a priori iba a ser un encuentro de jóvenes colaboradores de la campaña, llegó a contar finalmente con destacados miembros del PP -incluso de fuera de la provincia- alcanzando el más del centenar de invitados.
Todo un contrapoder, no solo con el epicentro en la capital, sino también en el ámbito provincial de Valencia, una gestora actualmente presidida por el diputado nacional Rubén Moreno, uno de los baluartes de Soraya Sáenz de Santamaría en la Comunitat Valenciana.
Ahora bien, esa foto de familia de celebración por la victoria de Casado no implica que los principales actores hayan sellado una unidad inquebrantable de cara al futuro. De hecho, hasta ahora muchos de ellos estaban notablemente alejados entre sí. Cabe recordar que en el fallido proceso provincial que iba a enfrentar al exlíder provincial Vicente Betoret contra la portavoz de la Diputación, Mari Carmen Contelles, afín a Bonig, dirigentes como Belén Hoyo o Luis Santamaría se alineaban con esta última.
No obstante, el proceso nacional ha puesto distancia entre las distintas fuerzas y ahora se ha pasado a una redistribución de los equilibrios. El nombramiento de Betoret como secretario del área de Política Provincial en la Ejecutiva de Casado ha levantado ampollas en el entorno de Bonig, dado que desde Madrid se ha lanzado un mensaje de fortaleza al diputado en detrimento de Contelles, la candidata a priori de la líder del PPCV y que apoyó a Sáenz de Santamaría en este último congreso.
Esta situación no significa que los que respaldaban a Contelles y se han distanciado por ser 'casaditas' vayan apoyar a Betoret para un hipotético duelo por la provincia de Valencia. Según fuentes populares, la propia cena de este jueves puede alimentar más bien una tercera vía que no tenga a ninguno de los dos dirigentes citados como actor principal, sino a otra voz que fuera capaz de aglutinar las distintas sensibilidades.
Algunos mencionan para esta empresa al alcalde de Alfafar, Juan Ramón Adsuara, quien también ha apoyado a Casado, y cuyo entorno dejado entrever un fuerte malestar por no haber entrado en los órganos de dirección estatal, algo de lo que culpan al sector de Betoret y, en última instancia, a María Dolores de Cospedal. Al margen de esta opción, otros consideran que es "demasiado pronto" para entrar en estas disquisiciones.
Ahora bien, conviene recordar que en la actualidad la provincia de Valencia está bajo el mando de una gestora, lo que significa que la Génova tiene la prerrogativa de disolverla para convocar un congreso si lo considerara oportuno o para modificar su estructura -ampliarla si lo considera necesario- así como los cargos que la dirigen.