VALÈNCIA (EFE/Loli Benlloch). Con una tendencia positiva en los datos sanitarios del coronavirus -el 59 % de contagiados se ha curado y es la quinta autonomía con menor incidencia de la enfermedad-, la Comunitat Valenciana se ve en condiciones de cumplir las fases de la desescalada y empieza a pensar ya en la reconstrucción.
La Comunitat Valenciana ha registrado 12.834 contagios de coronavirus (de los que está activo el 31'5 %) y 1.279 fallecimientos, y ha superado ya las 7.500 altas hospitalarias.
La segunda quincena de marzo fue la peor de la pandemia, con un aumento exponencial de casos positivos, de ingresos y de muertes, y la situación más crítica en presión asistencial fue del 2 al 8 de abril, semana en que hubo unos 380 ingreso diarios en la UCI.
Actualmente está hospitalizado el 4'9 % de los casos (seis veces menos que hace un mes) y se está en las cifras más bajas de ingresos en UCI desde hace cuarenta días (114 personas), mientras que la incidencia acumulada (casos por cada 100.000 habitantes) es de 14,55 (en España es 3'5 veces más, de 50,99).
Se han efectuado 166.508 pruebas de detección del coronavirus (122.806 PCR y 43.702 test rápidos) y los profesionales sanitarios que han resultado contagiados han sido 2.288 (con cuatro fallecidos).
La Generalitat, que ha pedido perdón a los profesionales sanitarios por no haber llegado a tiempo en el reparto de material, puso en marcha la Operación Ruta de la Seda, gracias a la cual ha traído desde China 17 aviones con 600 toneladas de mascarillas, guantes o EPI, y ha fomentado la producción local con empresas valencianas.
También ha construido tres hospitales de campaña (uno por en cada provincia, junto a los hospitales de referencia), con 1.100 camas adicionales, que de momento no han sido necesarios -se están usando para hacer las 6.600 pruebas del estudio de seroprevalencia- y se mantendrán hasta diciembre por si hubiera rebrotes.
Además, ha llegado a acuerdos con hoteles para alojar a pacientes leves y asintomáticos y personal sanitario y de las fuerzas de seguridad; ha acondicionado una parte del antiguo hospital La Fe, y ha contratado a 3.300 profesionales sanitarios y sociosanitarios.
"La cara más dura del virus se ha revelado en las residencias de personas mayores", ha admitido la consellera de Sanidad, Ana Barceló: 2.068 residentes han dado positivo y han muerto 476 (uno de cada tres fallecidos en la Comunitat corresponde a ancianos que vivían en residencias), mientras que ha habido 662 contagios en el personal sociosanitario.
Un total de 140 residencias de ancianos han presentado algún brote (en la actualidad son 76) y hay 30 que siguen bajo vigilancia activa de la Conselleria de Sanidad.
La Fiscalía mantiene abiertas catorce investigaciones civiles para vigilar la evolución de estos centros, tras archivar las penales.
En el ámbito económico, se han presentado 63.767 expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), que afectan a 393.037 trabajadores. En un mes se han resuelto tantos como en los últimos 59 años, según la Conselleria de Economía.
Entre esos figura el de Ford Almussafes, que paró la producción a mediados de marzo mediante la presentación de un expediente por fuerza mayor para sus 7.400 empleados, y ha vuelto a la actividad esta semana, en la que se firmará un nuevo ERTE, ahora por causas organizativas y de producción.
Uno de los sectores más afectados por esta crisis es el turismo, que representa el 14'5 % del PIB de la Comunitat y el 15 % del empleo -y que ya sufrió un primer impacto con el aplazamiento de las Fallas-, por lo que el Consell ha destinado 6'5 millones en ayudas y ha pedido un Plan integral de turismo y un protocolo europeo que avale la seguridad de los destinos.
El Gobierno valenciano ha firmado con la patronal y los sindicatos durante la pandemia varios acuerdos en el marco del diálogo social, para destinar ayudas a los autónomos (57'5 millones) y a los trabajadores con rentas bajas afectados por ERTE (30 millones) o que han reducido su jornada por conciliación familiar (3 millones).
El president de la Generalitat, Ximo Puig, que fue el primero en pedir que Europa active un Plan Marshall, ha solicitado un gran acuerdo valenciano por la reconstrucción económica y social que aúne a toda la sociedad y al que los partidos de la oposición, encabezada por el PP, se han mostrado proclives.
El Gobierno valenciano, que sigue apostando por los departamentos de salud como criterio para la desescalada pero no hará de esto motivo de confrontación, sostiene que, con la tendencia actual, la Comunitat está en condiciones de pasar a la fase 1 la próxima semana.
Puig cuenta con una comisión de expertos en distintas áreas que le asesoran para diseñar la salida a una crisis que, hasta el momento, ha supuesto una factura de 400 millones de euros para la Comunitat Valenciana.
La desescalada en la Comunitat Valenciana dará inicio el 1 de marzo