Hoy es 12 de octubre
VALÈNCIA. Este miércoles se cumple un año desde la última mascletà fallera y del día que, horas más tarde, el Gobierno valenciano decidió después de muchas deliberaciones suspender las Fallas de 2020 ante el avance de la epidemia de covid-19. Esa misma noche se jugaba a puerta cerrada el Valencia-Atalanta de Champions League. Al día siguiente de esa jornada tan intensa la Organización Mundial de la Salud declaraba la pandemia y tres días después Pedro Sánchez decretaba el estado de alarma.
Un año después, el Consell conformado por PSPV, Compromís y Unides Podem se enfrenta a un nuevo dilema ante un mes que incluye dos de las épocas festivas más importantes del año: las Fallas y la Semana Santa. ¿Cómo lidiar entre estos días de celebraciones tradicionales y los efectos de una pandemia que, ahora, parece agazapada?
La respuesta, a diferencia de otras ocasiones, parece clara esta vez. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, no quiere volver a tropezar con la misma piedra navideña -cuando no se tomaron medidas suficientemente duras- y apunta a mantenerse firme -también se lo aconsejan sus socios del Consell- en lo que se refiere a las restricciones de cara a las próximas dos semanas.
Tal y como informó Valencia Plaza, todo apunta a que las novedades no serán demasiado notables en cuanto a las restricciones para la semana fallera cuando se reúna la Comisión Interdepartamental contra la covid este jueves. Los espacios cerrados seguirán vetados, tanto en la hostelería, como en las reuniones de no convivientes e incluso todo apunta que también en los espacios deportivos. Especial atención se pondrá en los casales para evitar que abran clandestinamente para celebraciones falleras.
Por no haber, no habrá ni Nit del Foc la noche del 19 de marzo después de que el Ayuntamiento de València, a instancias de la Conselleria de Sanidad que no lo considera seguro, decidiera este martes borrarlo del calendario.
Es más, en el Consell del Botànic hay quien apuesta ya para proseguir con esta filosofía de veto a los 'interiores' hasta que pase la Semana Santa, pese a lo impopular o complicada que resulta de cara a los sectores económicos. Uno de los factores que influye para estas posiciones tan tajantes se cimenta en el alto número de personas que tendrán vacaciones primero durante la semana fallera -250.000 alumnos, docentes y personas vinculadas al ámbito escolar y universitario solo en València- y luego la masa todavía más numerosa que tendría fiesta en Pascua. El temor al incremento del contacto social guía al Consell en esta línea de mantenerse firme con las restricciones y evitar así la posible propagación de nuevas cepas: dejar caer las Fallas y la Semana Santa para salvar el verano.
Es por ello que se contempla permitir a partir de la semana que viene que las terrazas puedan pasar del 75% al 100% del aforo o incluso que se contemple ampliar un par de horas de apertura hasta las ocho de la tarde, pero todo apunta a que será muy extraño que se dé un paso más en las próximas semanas.
Bien es cierto que la incidencia acumulada a 14 días -número de contagios por cada 100.000 habitantes- se sitúa con los datos de este martes en 63 en la Comunitat Valenciana, una de las más bajas de España. También lo es que se empieza a acariciar en este indicador el número 50, que significaría descender un peldaño importantísimo en la escala de riesgo. No obstante, las UCI valencianas siguen a un 20% de ocupación por covid y, ayer mismo, se contabilizaron 38 muertos. Otras autonomías con niveles similares no están logrando descender más e, incluso, algunas, están empezando a subir en incidencia otra vez.
El Gobierno valenciano no se fía. Y con razón. Este miércoles hace justo un año que el presidente Puig anunciaba la cancelación de las Fallas, con unos números mucho mejores que los actuales. La gente hacía vida normal en bares, terrazas, gimnasios, discotecas, domicilios, trabajo... una semana después, toda España estaba confinada. Así pues, el Consell, al menos de momento, no quiere torcer el renglón e invitará a la ciudadanía a que pase unos días otrora festivos con el pequeño alivio de las terrazas y de quizá dar un paseo por la playa o la montaña. Y poco más.
Pese a que estas líneas son las que parecen trazarse en Presidencia, muchas sombras se ciernen todavía sobre la relajación de las medidas en la hostelería. Cierto es que en el sector existe un cierto halo de optimismo en cuanto a ampliación de horarios y de aforo en terrazas, pero son percepciones más que certezas. Eso sí, lo que todavía es una incógnita que pesa entre los empresarios es la reapertura del interior de los locales, una decisión que es crucial para miles de negocios que todavía permanecen cerradas al carecer de espacio al aire libre. De momento, el Consell no quiere levantar expectativas.
Este martes Sanidad y representantes de las principales patronales de la restauración mantenían un encuentro de trabajo para abordar el plan de desescalada de cara a la reunión de este jueves de la Comisión Interdepartamental. Una cita la que la hostelería propuso de forma unilateral la necesidad de abrir el interior de los establecimientos al 50% de su capacidad, terrazas al 100% -actualmente están al 75%- y ampliar el horarios hasta el toque de queda, esto es, las 22 horas. Pero el encuentro se cerró sin una propuesta clara por parte de las autoridades sanitarias.
No obstante, hay una clara sensación en la hostelería de que Sanidad sí estaría dispuesta a relajar las actuales restricciones en lo referente a las terrazas y los horarios hasta las 20 horas, como hasta ahora tiene permitido abrir el comercio. Se trata de una percepción compartida por varios asistentes a la cita por las muestras expresadas por Sanidad, pero sin garantías.
Más pesimistas se muestran, en cambio, respecto al interior de los locales. Disparidad de opiniones. "Estudiarán la propuesta", expresan a este diario fuentes presentes en la reunión. Pese a que Sanidad no quiso poner negro sobre blanco en este tema, algunos empresarios ven más complicado esta posibilidad, mientras que otros confían en que pueda ser así para salvar de la asfixia financiera a los negocios que no disponen de espacios en el exterior.
De hecho, según estimaciones de la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia (FEHV), uno 8.000 locales no cuentan con terraza por lo que para muchos permitir de alguna forma la atención dentro de los negocios es cuestión de supervivencia. "Somos moderadamente optimistas de que atenderán nuestra petición de abrir al 50%", señalan desde la Confederación de Empresarios Turísticos.
En un comunicado, el presidente de Conhostur, Manuel Espinar, lamentaba la falta de respuesta. "No ha habido ninguna conclusión por parte de la administración. Se ha tomado nota de nuestras peticiones y ahora nos toca esperar, como siempre, a esa reunión, en la que ya no sabemos si se van a tomar decisiones técnicas o serán decisiones políticas", afirmaba.
De poco le ha servido al sector deportivo salir a la calle para exigir la reapertura inmediata de todos los centros a partir de la próxima semana. Según explican fuentes asistentes en la reunión, Sanidad no parece dispuesta a abrir la mano por el momento con los centros deportivos en interiores y, en el caso de darse modificaciones en este área, serán prácticamente mínimas.
No obstante, este martes el delegado de la Federación de Empresarios de Instalaciones Deportivas, Juan Carlos Gómez-Pantoja, sí mostraba optimismo respecto a una posible apertura. "Esperamos que el próximo lunes podamos abrir nuestras instalaciones", eso sí, con "restricciones de aforo y alguna que otra limitación", expresaba. Una afirmación basada en los datos que registra la Comunitat Valenciana en los últimos días y a las restricciones menos duras de otras autonomías.
En cuanto a la movilidad, el Ministerio de Sanidad propone a las comunidades autónomas cerrar perimetralmente entre el 17 y el 21 de marzo de 2021 en aquellos territorios en los que sea festivo el día 19 de marzo por el puente de San José, y desde el 26 de marzo al 9 de abril, periodo de Semana Santa. Una decisión en consonancia con la que defiende el 'president' Ximo Puig, quien ya se inclinó por esta posibilidad en el caso de la Comunitat Valenciana.
Aunque este planteamiento del departamento que dirige Carolina Darias es un borrador que se presentará este miércoles a las comunidades autónomas durante el pleno del Consejo Interterritorial, lo cierto es que existe un amplio respaldo por parte de la mayoría de autonomías a cerrar fronteras. Y es que después de la experiencia pasada con las fiestas navideñas, cuando las cifras de contagios y fallecimientos se incrementaron, la prudencia parece que imperará en las decisiones a la hora de planificar la desescalada.
De hecho, según expresó Puig se trata de "encapsular" en la medida de lo posible esta situación para que después de Semana Santa, cuando acabe el estado de alarma el 9 de mayo, se puedan "levantar definitivamente las restricciones".