VALÈNCIA. Dos días después de la celebración de las elecciones municipales, la Diputación de Valencia todavía no tiene un dueño claro. El motivo, las dudas que genera el diputado provincial del partido judicial de Ontinyent, que en un principio se había otorgado a la formación La Vall ens Uneix, liderada por el alcalde del citado municipio y exdirigente socialista, Jorge Rodríguez.
Precisamente ese acta es la que decidiría la corporación provincial, puesto que la composición inicial tras los comicios era la siguiente: PSPV (12 diputados), Compromís (3) y Ens Uneix (1) frente a los 13 del PP y los 2 de Vox. Con este balance, el resultado más probable sería a un acuerdo entre las tres primeras fuerzas que terminara con la formación socialista presidiendo la Diputación.
Sin embargo, a lo largo de la mañana de este lunes el Ministerio de Interior avanzaba en el escrutinio con un cambio de escaño en esta demarcación, otorgándoselo al PP por un margen de apenas 15 votos favorables a la formación popular, lo que cambiaría a su vez la mayoría en la corporación provincial a favor del bloque de derechas.
Un resultado que fue recurrido por La Vall ens Uneix, que presentó un escrito a la Junta Electoral de Zona al considerar que se había producido un error en la mecánica de recuento en dos pequeños municipios del partido judicial, Beniatjar y Bufoli. Así, en la reclamación de este partido se explicaba que se habría hecho el recuento dividiendo el número de votos de cada candidatura entre cinco en vez de entre cuatro, que es lo que marca el artículo 205 de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (Loreg) en el caso de los municipios de menos de 250 habitantes. Con ese cálculo, el diputado provincial recaería en La Vall ens Uneix por apenas una decena de votos, con lo que mantendría su representante y, por tanto, la llave de la diputación.
Esta institución resulta absolutamente clave para el PSPV-PSOE después de la debacle sufrida este domingo, en la que perdieron el gobierno autonómico, la Diputación de Castellón y alcaldías tan relevantes Elx, Torrent, València o Castelló de la Plana. La importancia en este caso de mantener la entidad es doble: en primer lugar, la capacidad económica y política que tiene la corporación provincial, que permite las inversiones en los municipios medianos y pequeños. En segundo, los beneficios orgánicos para el PSPV que se desprenden de gobernar, tanto desde el punto de vista de disponer de más puestos para acomodar a cargos del partido y por lo que supone en un escenario de sucesión de liderazgo en la formación socialista.
En este punto, tal y como se ha publicado reiteradamente, el favorito en la formación socialista para ocupar la presidencia de la Diputación de Valencia es el alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, quien además es uno de los dirigentes bien posicionados para suceder a medio plazo al líder del PSPV, Ximo Puig, quien apunta, más tarde o más temprano, a una retirada de la primera línea tras no conseguir repetir como presidente de la Generalitat.
Así pues, según distintas fuentes consultadas por este diario, la espera para la aclaración de esta discusión podría postergarse unos días -se habla del viernes como día de la resolución-, lo que deja en el aire una institución que posee una relevancia más que notable para el PSPV-PSOE.