VALÈNCIA. El juez del 'caso Koldo' pidió este jueves a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, que certificara si el exministro José Luis Ábalos goza en la actualidad de la "condición de diputado", tras recibir un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que achaca al ex ministro un "papel relevante" en la presunta trama y pide que sea imputado.
En el citado informe relativo al denominado 'caso Koldo' los agentes inciden en que "la enumeración lógica de indicios expuestos hasta este momento ofrece una aproximación a los hechos en la que Ábalos adquiere un papel relevante y de responsabilidad en su relación directa con Koldo (García, su exasesor), (Víctor de) Aldama y la organización criminal dinamizada por este último".
Unas revelaciones que suponen un nuevo varapalo para el dirigente valenciano y para su familia política, el denominado 'abalismo', un grupo que durante prácticamente dos décadas aglutinó una fuerza más que destacada en el PSPV-PSOE de la ciudad de València que le facilitaba decidir congresos y que, también por momentos, tuvo un peso notable en el ámbito autonómico, especialmente en la etapa de Ábalos como secretario de Organización federal entre 2017 y 2021.
De hecho, el alcalde de Burjassot, Rafa García, miembro de este sector, llegó a presentarse en aquel momento -2017- frente al entonces presidente de la Generalitat, Ximo Puig, para arrebatarle la Secretaría General de los socialistas valencianos. Un duelo del que el dirigente 'abalista' salió derrotado pero con un respaldo nada desdeñable del 42% de los votos.
No obstante, la destitución de Ábalos como ministro de Transportes en julio de 2021 y, de forma simultánea, su salida como secretario de Organización del PSOE, evidenció una total pérdida de confianza por parte de Pedro Sánchez. El 'abalismo' como grupo trató de resistir a la espera de la resurrección de su máximo referente, que siempre se ha caracterizado por una fuerte resiliencia. Sin embargo, poco a poco se fue produciendo la dispersión de los miembros del grupo, que buscaron reubicarse o encontrar nuevos aliados en la formación socialista.
Tal y como informó este diario, el alcalde de Almussafes, Toni González, al frente de una potente agrupación que ronda los 400 afiliados, ha sido uno de los que ha tratado de aglutinar los restos del 'abalismo' y mantener a flote una parte de los restos del naufragio orgánico del grupo en distintas comarcas de la provincia de Valencia.
Días atrás, protagonizó una cena en la agrupación de Benimaclet-Mestalla -la única en la capital donde existe mayoría opositora a la dirección del partido que lidera Sandra Gómez- junto al secretario general provincial, Carlos Fernández Bielsa, que también ha buscado 'pescar' aliados en este sector. Uno de ellos, el anteriormente citado Rafa García, con el que ha sellado alianzas en l'Horta Nord, además de otros afines al exministro como la concejal de València Elisa Valía. De la misma manera, otros dirigentes como el expresidente de Enusa José Vicente Berlanga, destacado 'abalista' que estuvo en la cena, también viene reconduciendo sus alianzas y se ha acercado a Toni González.
Más ajena a estos movimientos se muestra la diputada y exsecretaria general provincial Mercedes Caballero, otra de las referentes destacadas más afines a Ábalos, quien se vio desalojada de su cargo a principios de 2022 tras perder las primarias frente a Fernández Bielsa, que contó con el respaldo de los afines a Ximo Puig. Distintas fuentes socialistas, aseguran que Caballero está centrada en su labor parlamentaria y se mueve al margen de estas alianzas, a la espera de resituarse en procesos futuros. Una situación similar a la del exconcejal Aarón Cano, también considerado miembro de lo que algunos denominan 'abalismo pata negra'.