Ciudadanos es un partido volcado en los pequeños y medianos empresarios y en los autónomos. Creemos que, ya que ellos son los que crean el 90% de los puestos de trabajo, han de ser protegidos y fomentados desde la Administración Pública.
Un país que quiera afrontar el reto de dar empleo de calidad y duradero ha de poner las medidas que incentiven al sector privado en la contratación. Son muchos los problemas que acarrean los efectos del paro. Y muchos los beneficios, como sociedad, que tenemos si somos capaces de ofrecer expectativas laborales a nuestros ciudadanos.
Desde Ciudadanos hemos propuesto el contrato único para acabar con la ya maldita dualidad de contratos fijos y los que van cambiando cada día. Una incertidumbre de ese tipo solo deja al trabajador, y también a la empresa, con una baja autoestima y compromiso con su trabajo.
También son muchas las trabas que se introducen para la creación de una empresa. No podemos activar el mercado laboral si entorpecemos la agilidad para crear empleo. También tenemos una legislación autonómica muy dispar que hace que la competitividad no sea la más adecuada para competir en buena lid. No parece razonable que las empresas de dos comunidades autónomas vecinas hayan de competir con legislación distinta.
La rara y diferente combinación de impuestos es también un laberinto muy complicado. A la propia dinámica local, con tasas absurdas, se añade una combinación de impuestos autonómicos que no se explica. Si el mundo está cada vez más globalizado, no parece muy sensato tener un menú de impuestos con esa individualización que haga que, dependiendo de tu localización, pagues unos u otros impuestos.
Ciudadanos es también el partido que quiere eliminar el impuesto de sucesiones y patrimonio familiar. Es una auténtica locura que, cuando fallecen tus padres, hayas de estar echando cuentas por si puedes aceptar la donación de la herencia. Todo lo que tu familia ha estado ahorrando con el sudor y el esfuerzo no puede quedar supeditado a una doble tasación, que es volver a pagar por algo que se pagó en vida. No hay pequeño ahorrador que no esté en contra de quitar esta auténtica sangría, que ha hecho que haya familias que hayan renunciado a la herencia de sus padres. Con la desazón que supone no poder quedarte lo que es tuyo, y el desarraigo familiar al perder a tus seres queridos y sus propiedades.
Lógicamente que en cada elección democrática también votamos por el modelo económico que, creemos, mejor representa los intereses de la sociedad. Y lo hacemos viendo lo que han hecho otros a lo largo de la historia. Cualquiera que repase la historia de la economía del último siglo, verá que aquellas economías más abiertas son economías con un alto índice de respeto y cuidado con las pequeñas y medianas empresas.
Todas las oportunidades que tenemos de elección han de pasar por proteger a las personas emprendedoras que hacen de su trabajo fuente de riqueza para sus empresas, sus trabajadores y para la sociedad.
Habríamos de pensar, si realmente queremos que el empleo sea fuente de bienestar, que la economía también vota en cada elección. Si no somos partícipes de una combinación de factores que ayuden a mejorar nuestra renta y nuestro trabajo, volveremos a la autarquía. Y quien quiera cerrar fronteras, y cerrar los ojos, ante las evidencias empresariales, se encontrará con más problemas que con soluciones.
Por eso votamos todos. Para que la economía sea de todos. Y por eso a los pequeños y medianos emprendedores les pedimos que elijan las opciones que mejor defienden sus empresas. Y si defendemos a las empresas, defendemos a la democracia y a la sociedad.
Emilio Argüeso es secretario de Organización de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana y secretario primero de la Mesa de Les Corts