VALÈNCIA. La promotora castellanomanchega Albaluz fortalece su presencia en València. La compañía ha estado estos últimos meses 'de compras' por la ciudad y ha adquirido tres suelos en Sociópolis, en el barrio de La Torre, para el desarrollo de cerca de 500 viviendas, de las que prácticamente la mitad tendrán calificación protegida. Una zona que no es nueva para la firma, ya que hace unos meses ya se hizo con otro solar junto a otras dos promotoras con el objetivo de revitalizar este enclave de la Capital del Turia y ofrecer nuevo producto en el mercado valenciano, muy necesitado de oferta de nueva planta residencial.
En concreto, Albaluz ha comprado a LandCo, filial de promoción de suelo del Banco Santander, una pastilla de 1.245 metros cuadrados y con una edificabilidad de 9.600 metros cuadrados de techo para levantar un residencial de 96 viviendas de protección pública (VPO). Asimismo, se ha hecho con otro solar del fondo Cerberus de 1.658 metros cuadrados y 9.600 metros cuadrados de techo, en el que también prevé construir otra torre para otras 96, también VPO.
La última transacción que ha cerrado en esta zona en los últimos meses ha sido la incorporación a cu cartera de otro terreno, el más grande de los tres, de Aliseda, filial inmobiliaria del fondo Blackstone, de 2.720 metros cuadrados y una edificabilidad de 17.900 metros cuadrados de techo para una gran torre de 250 viviendas, esta vez, de renta libre.
Unos proyectos que se sumarán al que ya tenía proyectado en Sociópolis, tras aliarse hace unos meses con Grupo Ática y Prygesa para comprar suelo y resucitar esta área inacabada del 'Cap i Casal'. En aquella ocasión se quedó con una superficie de la Sareb, en la que levantará un complejo de 20 plantas con 96 viviendas de entre 70 y 120 metros cuadrados de dos y tres dormitorios. Las otras dos compañías promoverán otras 350 conjuntamente, de forma que entre las tres suman 400 unidades nuevas que sacarán al mercado en los próximos años, todas VPO.
Por tanto, entre aquella operación y estas nuevas, la compañía ejecutará en este entorno de la ciudad cerca de 600 inmuebles, divididos en cuatro proyectos residenciales, tres de ellos de vivienda protegida, y todos ellos con edificios sostenibles con calificación energética A. En total, Albaluz alcanzará una inversión que superará los 100 millones de euros, explica a este diario Sebastián Moreno, CEO de la firma, en la que participa como socio Dimas de Andrés.
Por el momento, Moreno explica que será en las próximas dos semanas cuando empiece la construcción del primer edificio, que será el que compró primero a la Sareb. Ya tiene la licencia y prácticamente el 100% de las viviendas reservadas. El resto se irán lanzando una vez obtenga las licencias, todas ellas pedidas, como también las calificaciones provisionales de las unidades protegidas. Sin embargo, la idea es poder empezar las obras de tres de ellos este mismo año, a excepción del complejo de renta libre de 250 inmuebles, que está previsto para el primer trimestre de 2026.
Con este movimiento, Albaluz pretende acelerar la puesta a punto de la nueva etapa de Sociópolis. Este proyecto urbanístico fue impulsado en 2005 por el entonces conseller de Obras Públicas, Rafael Blasco, condenado por el 'caso Cooperación', con el objetivo de crear un nuevo barrio residencial en València en una superficie de más de 200.000 metros cuadrados. No obstante, de aquel anhelo solo hay hoy en día algunas edificaciones privadas construidas y mucho suelo por desarrollar. La crisis inmobiliaria frenó la iniciativa y, de hecho, dejó alguna construcción inconclusa.
Así, muchas de estas parcelas acabaron en manos de entidades financieras y fondos e, incluso, de la Administración Valenciana, tanto local como autonómica. También, alguna compañía privada como Rover, holding empresarial especializado en infraestructuras o la valenciana Proara tienen suelo en su propiedad sin desarrollar. La Generalitat ya ha culminado la famosa torre de 184 viviendas públicas, que durante años fue un símbolo de los estragos de la crisis inmobiliaria porque quedó inacabado en 2011. En un principio, iba a ser destinada a demandantes de vivienda pública de la Generalitat, pero la Dana llevó a la administración valenciana a destinarla a personas afectadas por los estragos del temporal.
Por tanto, casi dos décadas, el sector privado retoma esa idea e intenta revitalizar esta zona. Se trata, además, de uno de los pocos sectores pendientes de desarrollar en València con suelo finalista para los promotores, la mayoría para VPO. De ahí, el 'apetito' de Albaluz por esta zona, pero también para ofrecer nueva oferta habitacional en la ciudad, en donde en los últimos cinco años el precio de la obra nueva ha subido un 80% hasta situarse de media en los 3.422 euros por metro cuadrado a cierre de 2024, según el último informe de la Cátedra Observatorio de la Vivienda de la Universitat Politècnica de València (UPV).
"València no tiene suelo finalista y solo quedaba en La Torre. Por eso, la mayoría de promotores hemos ido a esta zona para ir sacando proyectos y generar nuevo producto en el mercado valenciano", remarca Moreno. Y es que, aunque este barrio de la ciudad fue uno de los afectados por la descomunal Dana, que asoló el pasado 29 de octubre la provincia de Valencia, el empresario asegura que la catástrofe no ha frenado la demanda porque existe una fuerte necesidad de vivienda y no existe suficiente stock para atenderla.
De hecho, en su caso, la mayoría de compradores son jóvenes que valoran y pueden acceder a la VPO. Sí que ha detectado, en cambio, que las preferencias son los pisos superiores por el miedo generado a residir en una planta baja. "Hemos podido adquirir los suelos a precios razonables, lo que nos permite hacer vivienda más barata. En menos de un año, las grúas estarán en este sector para poder consolidarlo en los próximos cinco años", destaca.
Con todo, la promotora afianza su presencia en la Comunitat Valenciana, ya que en este momento cuenta con proyectos para cerca de 800 viviendas en toda la región. Sin embargo, en los últimos años ha desarrollado más de 12.000 activos, principalmente en Albacete, y tiene en marcha 2.266 unidades entre Madrid, Castilla-La mancha y la Comunitat Valenciana.