RESTORÁN DE LA SEMANA

La Gallineta

En una de las calles con más restaurantes por metro cuadrado de Valencia, La Gallineta sobresale por su cocina honesta y sin filigranas 

| 10/03/2017 | 1 min, 33 seg

Cada vez que voy a La Gallineta, como bien. Sin embargo, lo que más recuerdo de esas comidas o esas cenas es no son los platos que pedimos, sino los buenos momentos que he pasado allí con amigos o compañeros. Me acuerdo de los planes que tejimos entre botella y botella de vino, de los viajes organizados que nunca realizamos y de la complicidad alrededor de la mesa. Cada vez valoro más mirar a los ojos de la persona que tengo al lado y no al plato que tengo delante. 

La Gallineta ofrece una cocina de mercado con algún toque de autor pero sin estridencias y algunos platos memorables como el figatell de sepia o el canelón de pollo a l'ast, pero sobre todo consigue crear un clima donde uno siempre se siente a gusto.  La trayectoria de Arturo Salvetti, su propietario, es anómala. Iba para historiador, pero un día se dio cuenta de que le ponía más la cocina y  con 30 años se puso a estudiar hostelería. Tenía prisa en aprender y tocó todos los palos en muy poco tiempo hasta que llegó a La Gallineta donde empezó de cocinero. Tiempo después el primer dueño del restaurante se marchó a Alemania y Arturo decidió tomar las riendas del negocio.

La propuesta de La Gallineta con ese estupendo menú de mediodía (riquísimos sus arroces) unido al tesón de Arturo lo han convertido en los últimos años en uno de esos imprescindibles de L'Eixample. Y aunque la zona está llena de restaurantes, no hay tantos que valgan la pena. 

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