VALÈNCIA. Un nuevo espacio artístico se gesta en València: La Gilda. Aunque su nombre pueda parecer de lugar de aperitivos se trata de un nuevo núcleo creativo dedicado a la serigrafía, desde todas sus vertientes. Lo regentan Martín López y David Vander, dos apasionados de la técnica y todo lo que conlleva que pretenden “hacer barrio” a través de esta nueva propuesta. La idea surge a través de "una herencia de espacios", Vander formaba parte de la compañía de teatro político A Tiro Hecho, que al partir de València dejaba desamparado el local. Por confianza y cercanía fue Vander quien se quedó con el lugar, y tras introducir a su amigo Martín en este crearon La Gilda. Casi a la vez tuvieron un golpe de suerte y su amigo Carles God decidió cederles a Hildegard, una enorme máquina de serigrafía que marcaría el futuro de lo que antes era el local de ensayos de A Tiro Hecho, de lo que solo queda un letrero de madera para recordar lo que fue el lugar hace un tiempo.
De esta manera el espacio nace de forma natural, de una suma de causalidades. Lo cierto es que ninguno sentía una necesidad imperiosa de generar un proyecto conjunto sí o sí, pero tomaron la oportunidad y se aventuraron a juntar sus pasiones entre cuatro paredes: “Cada uno habíamos trabajado la serigrafía por nuestra cuenta y habíamos asistido a diversos festivales del mundo juntos", explica López, "pensamos que era buena idea poder juntar todo en este mismo sitio, pero es un proyecto que realmente se gesta sobre la marcha”, y su compañero Vander añade: “La filosofía es que lo que les falte a unos lo aporten otros, ya se trate de materiales, ideas… Esto no es para nada una competición, buscamos ver cómo podemos ayudarnos en común”. A la inauguración del espacio no faltaron varios talleres o estudios de serigrafía valenciana como pueden ser G.A.G, entre ellos, o los compañeros de Fanzineología, generando un lugar de encuentro donde conocerse y hacer comunidad.
De momento los dos encargados del local confirman que aún es pronto para conocer el camino que va a tomar todo, pero tienen bien claros sus principios: "Queremos generar un espacio colaborativo que se vincule con movimientos sociales”, y para Vander es importante que esta idea, a su vez, se aleje de las “moderneces”: “No queremos ser un agente cultureta gentrificador mal, yo siento mucho arraigo al barrio y lo que quiero hacer es aportar aquí”. Para ello tratarán de explicar la serigrafía “más allá de estampar camisetas y tote bags” (aunque también es válido, ojo) e intentarán enseñar a través de talleres, charlas e invitados especiales de todo el mundo. López explica que lo que les apetece es que el flujo de actividades de pie a nuevos proyectos y responda a varias preguntas, que lleve a la serigrafía a comprenderla desde la parte más social: “No queremos que la gente venga y estampe sus cosas y se quede en eso, la idea es que eso vaya siempre un paso más allá”, explica, y cuenta que lo harán a través de diversas voces: “Tenemos muchos talleres amigos de fuera: Serbia, Portugal… Colectivos muy grandes de gente que hace serigrafía que se junta para trabajar, la idea es traerlos y que transmitan sus enseñanzas". Por todo ello lo que buscan es generar la serigrafía desde una comunidad, en la que todo de aportaciones son bienvenidas.
“La idea al final es generar una realidad gráfica que se salga de lo que es la costumbre de la ciudad”, comenta Vander, “nosotros queremos hacer de todo: narrativas, fanzines y que cada uno encuentre lo que quiere contar. La gente puede venir y proponernos lo que sea, es algo muy muy abierto”. Dentro de esa disciplina e idea caben todo tipo de proyectos, tantos como manos y máquinas puedan producir, y cómo puedan generarse de forma colaborativa. Todo ello siempre considerando que en conjunto se avanza mucho mejor y que los talleres y las charlas servirán siempre para hacer comunidad. Al final del espacio de A Tiro Hecho sigue quedando la voluntad de Vander de moverlo todo y generar algo que de verdad conmueva a los valencianos. Gracias a las donaciones, las manos amigas y las cesiones buscan poder aportar a València todo lo que la serigrafía pueda necesitar, para llevarla un paso más allá a través de cientos de pies que decidan pasarse por Patraix para estampar y lo que surja, todo gracias a La Gilda.
¿Por qué La Gilda? Explicación gráfica: