VALÈNCIA. Parece que el pacto de concordia no escrito entre Compromís y PSPV está tocando a su fin. El estallido de la pandemia de coronavirus y el impacto en la sociedad valenciana hizo a los dos socios de gobierno olvidar sus diferencias pero casi un año después la relación ha vuelto al empedrado camino, como demuestran los últimos enganchones entre las dos fuerzas que dirigen el consistorio del Cap i Casal.
El último desencuentro, cuya huella está todavía húmeda, ha surgido a raíz de los presupuestos participativos Decidim VLC de la concejalía de Participación que dirige la socialista Elisa Valía. La propuesta de revertir el muro de la ampliación del Puerto fue la más votada pero no es competencia municipal, por lo que, como muchas otras con esta característica, fue descartada. Por ello la concejalía de Playas, que dirige el edil de Compromís Giuseppe Grezzi, intercedió y reformuló el planteamiento junto con los vecinos para que se cambiara por un estudio del impacto de esta actuación. Algo que no gustó nada a la socialista, quien acusó al concejal de "manipular" las propuestas.
La tensión entre ambos partidos se está incrementando desde hace al menos dos semanas, con motivo del PAI de Benimaclet. El anuncio de la concejala de Urbanismo y vicealcaldesa socialista, Sandra Gómez, de modificar los criterios para que Metrovacesa presentara un nuevo planeamiento no contentó a sus socios de gobierno, no sólo porque no vieron suficientemente restrictivas las exigencias de Gómez, que también, sino por haber realizado el anuncio de manera unilateral tras meses de negociaciones entre ambas formaciones. Compromís pidió incluso una comisión del pacto de gobierno, el del Rialto, pero los socialistas la mantienen en el aire todavía.
Con este contexto de tensión, y en medio de una pandemia mundial todavía por superar, basta un mínimo gesto para desatar las críticas soterradas y los reproches cruzados entre los socios del gobierno de València ciudad. Este jueves se vivió algo así cuando la cuenta de Twitter de la concejalía de Turismo, que dirige el socialista Emiliano García, emitió unas declaraciones del concejal en las que defendía el "modelo de ciudad" planteado por Gómez para Benimaclet. Un tweet en el que claramente se estaba haciendo un uso indebido de una cuenta institucional para difundir la postura del PSPV en cuanto al desarrollo urbanístico de ese barrio. Una confusión flagrante entre institución un partido.
Tras publicarse este enfoque, los socialistas no tardaron en responder aludiendo a un "error". "En cuanto nos hemos dado cuenta tanto desde la concejalía como desde el servicio de redes del Ayuntamiento, nos hemos puerto en contacto con quien gestiona la red para que retirara el mensaje y ha sido retirado inmediatamente", aseguraban fuentes socialistas. Error o no, lo cierto es que abrió la caja de los truenos entre Compromís y PSPV, una más. Porque la gestión de la comunicación desde el consistorio es, en ocasiones, motivo de choques en la trastienda.
De hecho, los socialistas manifestaron "sorpresa" este jueves por la reacción de Compromís y aseguraron que esta se debe "al nerviosismo de la coalición por la cuestión de Benimaclet", una batalla urbanística para la que todavía no hay solución ni ha habido negociaciones tras la disputa pública. El PSPV pidió "calma y no sobredimensionar cuestiones que se arreglan con una simple llamada telefónica".
Así pues, los socialistas también pasaron al ataque para advertir que en Compromís "es una práctica habitual compartir desde las concejalías que gestionan las acciones del partido y tuits de sus militantes" y criticaron que en las notas desde el gabinete de comunicación institucional en muchas ocasiones se hable del "gobierno de Joan Ribó". "¿Imaginan que en la Generalitat Valenciana las notas de prensa hablaran del gobierno de Ximo Puig?", han llegado a preguntar a modo de reproche en el grupo socialista en otras ocasiones. Justificadas o no, las batallas de despacho continúan en plena pandemia.