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Rocafort estudia opciones con la generalitat

La 'maldición' de la casa donde vivió Machado: ningún comprador en seis meses

15/11/2017 - 

VALÈNCIA. Lo contaba el diseñador valenciano Tomás Gorría, vecino de Rocafort y auténtico erudito de la estancia de Antonio Machado en el pueblo valenciano: al poeta le obsesionaba que la casa quedara como estaba, que no se rompiera nada, que todo permaneciese igual, porque Villa Amparo, la casa, no era suya, era prestada. Incautada por el gobierno de la II República, fue su alojamiento y el de su familia durante 15 meses, donde allí escribió su célebre poema a València y el lugar del que salió para tomar parte en el Congreso Internacional de Escritores por Defensa de la Cultura.

Decía Rafael Ferreres en su texto Antonio Machado en València que, aunque su estancia en las tierras valencianas ha supuesto en la historiografía tradicional “apenas unas pocas líneas”, esta brevedad cabe achacarla más “a la falta de documentación” que a la importancia que tuvo en su devenir. Porque según el estudioso “sus meses en València marcaron huella profunda en la vida y en la obra de don Antonio”, y “la hermanó en su recuerdo nada menos que con Soria y sus tierras”. Ahí es nada.

Ahora esa casa, Villa Amparo, parece sufrir una pequeña maldición. No son poltergeist. No son incidentes desagradables. Es sólo que parece no tener claro su destino. El inmueble ha sido restaurante, recinto de bodas y hasta discoteca, pero no ha cuajado como ninguna de esas cosas. Hace seis meses sus legítimos propietarios, la familia Báguena, decidió ponerla a la venta, con magros resultados. Según relatan desde fuentes cercanas a la operación, es un casa con difícil venta por su elevado precio, ya que está tasada en 2,4 millones de euros. Y aunque la propiedad estaría dispuesta a negociar, son pocos los clientes que se han interesado por ella (no todo el mundo tiene a mano dos millones de euros) y nadie hasta la fecha, que se sepa, ha pujado seriamente por su compra.

Es en esa indefinición donde el Ayuntamiento de Rocafort está encontrando una oportunidad para hacer que este pedazo de historia no se pierda. Desde la familia han admitido que preferirían un uso público para ella porque así podrían seguir disfrutando de un espacio que es parte intrínseca de su vida. Varios colectivos lo han solicitado también, y hasta la propia Fundación Antonio Machado ha remitido una carta al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, pidiendo que interceda para que pase a dominio público. 

Y hay un pequeño atisbo de luz. Así lo relata el alcalde de la localidad valenciana, Víctor Jiménez, quien está en estos momentos negociando con diferentes instituciones un plan para hacer que este palacete, la que fuera casa temporal de Machado, esta Villa que constituyó su refugio en tiempos de guerra, cobre una nueva dimensión y vida.

Su última residencia oficial

“Para el Ayuntamiento es muy importante darle una utilidad pública a la casa donde vivió el único poeta español que está reconocido como poeta universal por la Unesco”, dice Jiménez. “Es su última residencia oficial en España, no de tránsito, sino permanente”, recuerda. Y eso tiene un alto valor, tanto histórico como simbólico. En medio del horror de la Guerra Civil, Rocafort se convirtió en el último lugar de paz de un país que se desangraba. Una metáfora que no se le escapa al actual gobierno de la Generalitat.

La semana pasada estaba prevista una reunión entre Jiménez y el presidente de la Generalitat para impulsar el ente interinstitucional del que se espera que formen parte desde el Ministerio de Cultura al Ayuntamiento de Rocafort, pasando por la Diputación de Valencia y la Generalitat. Estas cuatro administraciones integrarían una suerte de patronato que compraría la casa y le daría ese uso público tan anhelado. 

De cara a este fin ya se han producido los primeros contactos con la Diputación y la Generalitat, y ya ha habido reuniones con el presidente de la corporación provincial Jorge Rodríguez. Explica Jiménez que la reunión con Puig será en breve (“esta semana o la que viene”) pero que todavía no hay una fecha cerrada por la agenda del presidente. Quedan pendientes, además de la cita con Puig, un encuentro con el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, o su equipo.

En el Ayuntamiento de Rocafort se reservan en la manga una carta emocional que plantearán en estas reuniones: adquiriéndola, además de darle una finalidad pública a Villa Amparo, su compra pondrá de manifiesto una idea grata al president Puig y la vicepresidenta Mónica Oltra, y es que la Comunitat Valenciana “ya era de tierra de acogida”. “Recoger su tránsito por Rocafort es recoger que hasta hace poco los intelectuales eran perseguidos por sus ideas”, concluye Jiménez. 

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