El cambio de hábitos de consumo ha incluido en las últimas temporadas nuevas variedades como Kanzi, Envy y Ambrosia
VALÈNCIA. Los cuadros tradicionalmente han representado la manzana que tentó a Eva como una brillante y perfecta Red Delicius, la más clásica entre las variedades rojas de esta fruta. Pero hoy día el diablo tendría muchas más opciones entre las que elegir. A las Fuji o Gala se han sumado recientemente Kanzi, Envy o Ambrosia, nuevas incorporaciones que aportan sabores modernos, con atrevidos equilibrios entre el dulzor y la acidez. Texturas crujientes y jugosas, aromas intensos y la novedad como aliciente para un consumidor ávido de descubrimientos y cada vez más preocupado por la salud.
El último barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) revela que el 63,7% de los españoles afirma tomar frutas frescas a diario. Son parte esencial de una dieta mediterránea que cada vez cae más en desuso. Sin embargo, la población mayoritariamente considera tener una buena salud (58,3%) y asegura realizar ejercicio físico con regularidad (34% diariamente y 24,8% varias veces a la semana). Los datos compilados por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) confirman que este estilo de vida saludable no sólo se refleja en las encuestas, también en la despensa.
Los hogares españoles consumieron en 2016 más de cuatro millones de toneladas (exactamente, 4.369.449 Tn) de fruta fresca. Y para adquirirla, destinaron el 9,23% del presupuesto total para la compra de alimentos y bebidas. Si observamos el gasto medio per cápita, éste alcanza los 141,12€ por persona y año, un 5,4% más que en 2015.
Particularmente, la inversión en fruta fresca ha crecido en dos tipos de hogar: en los formados por jóvenes ha aumentado el 10,9% y en los de adultos independientes, un 4,1%. Estos nuevos consumidores se suman a quienes escogen la manzana entre sus frutas preferidas. Tradicionalmente, la naranja, el plátano y la manzana se han situado en los tres primeros puestos de consumo, con porcentajes de compra que han ido variando en función de los precios y calidad de las cosechas.
En el caso de la manzana, el año pasado se consumieron una media de 10,86 kg por persona. Por comunidades autónomas, los mayores compradores se concentraron en Galicia, País Vasco y Asturias, en hogares mayoritariamente formados por adultos.
El reto está ahora en captar a esas generaciones jóvenes, crecientemente inmersas en la tendencia healthy. Para ellos, en los últimos años se han investigado y desarrollado nuevas variedades de manzana, capaces de actualizar este clásico, asociado a la salud a través de refranes populares y con una extensísima tradición.
Se estima que hace unos 15.000 años se domesticó el cultivo del manzano y las cifras de variedades de esta fruta oscilan entre las 1.000 y las 20.000, dependiendo de cuánto se remonte en la historia. Un listado que aumenta con nuevas propuestas surgidas gracias a la investigación, la evolución o el cruce de variedades clásicas.
Son las llamadas Variedades Club, una ola que refresca el mercado de la manzana y que responde a la necesidad de tentar a los consumidores más jóvenes y abiertos a la innovación. Un ejemplo de esta tendencia es VI.P – Manzanas Val Venosta, Asociación de Cooperativas Hortofrutícolas de Val Venosta (Italia) y uno de los mayores productores de esta fruta en Europa, tanto en producción integrada como biológica. “El mercado europeo y español se ha dinamizado mucho con la entrada de las variedades club. Nosotros apostamos por esta línea y diseñamos estrategias específicas, trabajando en colaboración con otros productores, para que su presencia aumente progresivamente y se consolide”, afirma Fabio Zanesco, Director de Ventas de la asociación.