La Marina se confirma como 'gran escenario' para 2023 ante las dudas por el cambio de gestión

VALÈNCIA. Ayer no fue un día tranquilo para La Marina de València. Por la mañana, Baldoví anunciaba un acuerdo con el Gobierno central para iniciar el proceso de cesión de los espacios portuarios de La Marina a la ciudad. Por la tarde, el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana lo desmentía, a pesar de que este acuerdo parece haber sido una de las condiciones para el sí de Compromís a los Presupuestos Generales del Estado. Pero nada de todo este lío afectará, en principio, al recinto Marina Sur, que aunque forma parte de esa serie de terrenos, ya garantiza a las promotoras que seguirá funcionando como recinto de conciertos a lo largo de 2023.

Las promotoras de grandes conciertos respiran aliviadas desde verano, cuando La Marina les pidió una propuesta de programación a las empresas más habituales del espacio para trasladar a los liquidadores. Se recibieron entonces ocho, y La Marina ha trasladado que el espacio estará disponible para repetir eventos como el paso de Rosalía con su Motomami o Simply Red, entre otros.

Esta prórroga es especialmente importante porque, tal y como informó Culturplaza el pasado mes de mayo, el 1 de enero de 2022 era la línea roja que dibujaba el consorcio porque, formalmente, el espacio utilizado con capacidad para 15.000 personas no es el de un recinto de conciertos, sino que debería estar destinado a un uso náutico. Si bien durante años no ha habido ningún proyecto, el año pasado, con la candidatura fallida de la Copa América, si que estuvo cerca de perderse.

Marina Sur se ha reivindicado como el gran recinto de los macroconciertos en los últimos años. Más desde que la Ciutat de Les Arts i Les Ciències ha endurecido sus requisitos —incluso se plantea no permitir festivales ni conciertos durante los meses de julio y agosto— y el Roig Arena (anteriormente conocido como Casal España Arena de València) haya ido retrasando su apertura.

La pandemia fue clave para el papel central de La Marina en el mapa musical de València. Y cuando las cosas se han ido poniendo más difíciles, y cuando las promotoras han dado un paso adelante en su intento por poner a la ciudad en el mapa de los grandes artistas internacionales, Marina Sur amenazaba con agotar la penúltima posibilidad.

Según informan fuentes oficiales, las promotoras “habituales” han presentado hasta ocho propuestas con varios conciertos cada una. Las condiciones que ºestablece el espacio es que sean conciertos individuales y nunca festivales que puedan perdurar por la afectación medioambiental y de saneamiento que implican. Más después de experiencias como las paellas universitarias.

Con todo, ante la incertidumbre de cómo y a qué velocidad evolucionará el proceso de liquidación del consorcio (sobre todo, ante las desavenencias entre las tres partes implicadas), La Marina de València sí ha garantizado a las promotoras que sus conciertos se celebrarán. Tras el éxito de varias citas durante este verano, algunas aseguran en este diario que el nivel no bajará en 2023. “Tal vez falte saber a quién pagarán las tasas, pero el espacio lo tendrán. A medio plazo, no se sabe, todo depende de lo que vaya sucediendo”, comentan fuentes conocedoras del proceso.

Por la parte de las promotoras, ya en mayo advertían que “sabemos de primera mano que operadores han buscado sitios en València para traer giras internacionales muy potentes y que no han podido concretar nada”. Son palabras de Sergi Almiñana, presidente de MúsicaPROCV, que añadía entonces que “tenemos una red de empresas maduras y preparadas para dar el salto, pero sin implicación y colaboración de la ciudad y sus administraciones es imposible”. Luego llegaría una verano horribilis de los festivales, de los que La Marina se salvó, a pesar de un par de cancelaciones.

El recinto, que en realidad tiene previsto su uso como varadero industrial, hasta nuevo aviso, hasta que nadie lo reclame, seguirá siendo el lugar de referencia para los artistas internacionales.