VALÈNCIA. En torno a las siete y cuarenta de la tarde de este martes, Agustín Quiles, valenciano residente en Oslo, estaba en la última parada del 93 en Gran Vía Marqués del Turia cuando vio llegar el autobús. “¿Éste para cerca de Ángel Guimerá?”, le preguntó al conductor. Un pasajero se lo confirmó. Quiles subió al autobús. Acababa como quien dice de llegar a València, vía Amsterdam, en un vuelo de KLM que había aterrizado en el aeropuerto de Manises a las cuatro y media.
En realidad no se dirigía a Ángel Guimerá, sino al Mercado de Abastos. Iba a participar en el acto organizado en memoria de Valentín González Ramírez, un joven valenciano víctima de la represión policial en 1979. Quiles había sido convocado por sus amigos del grupo de WhatsApp ‘I, II y III, República’. Para ellos la cita era especial porque iban a inaugurar un monolito que se ha instalado a apenas unos metros de donde cayó muerto el joven bracero, tras ser disparado en el pecho a bocajarro por un miembro de los grises.