'Prácticas del asombro'VALÈNCIA. La Mutant quiere ser mucho más que un centro de exhibición. Quiere ser un oasis en el desierto que es España para la vanguardia en las artes escénicas. Quiere ser también un refugio para la creación. Esta intención está en el ADN del centro desde sus comienzos, pero entre vaivenes no se han afianzado nunca los proyectos para poder reivindicarse como tal. Tatiana Clavel, directora de La Mutant, siente que empieza a ser este momento. Por eso el camino está claro: “queremos ser más que un lugar de exhibición. Queremos dar apoyo al sector profesional y consolidamos públicos a partir de la construcción de una mirada plural y comprometida con nuestro ecosistema”.
La programación del segundo semestre del año quiere ser el reflejo de la creación escénica más comprometida a través de dispositivos laxos, mutantes, que permitan cuestionarse en clave interna y que intente ser capaz de dar pasos adelante en la neblina de la investigación y la práctica artística contemporánea. Lo harán desde la exhibición pura y dura a través de las últimas obras de Societat Doctor Alonso, Cris Blanco (Pequeño cúmulo de abismos, 27 de octubre), Monte Isla (Un cuerpo sin talento, 9 de noviembre), Tripak (Platea, 16 de noviembre), Candela Capitán (Solas, 30 de noviembre) o Los Detectives (Les chevaliers, capítulo 1, 14 de diciembre). Resumen de una vanguardia que tiene pocas ventanas de exhibición, más allá de los festivales de artes vivas, definidas por Clavel como “aquello que está en constante cambio”.
Este mismo fin de semana, Societat Doctor Alonso presentará un díptico. Por una parte, Hospital de campo, que reflexionará los cuidados, en el hecho de sentirse enfermo y ser curado, en los hospitales, los médicos y los chamanes, pero también la burocracia; en definitiva, “todo por lo que tiene que pasar un cuerpo” en estos lugares. El fin de semana siguiente, el 11 y 12 de octubre, se abrirá el resultado de un taller que empezará el martes y en el que se establecerá un diálogo entre “pacientes” y el “principio activo” que lo cura a través de títeres.
Pero La Mutant quiere ir más allá de la propia exhibición, y en su vocación de apoyo a la creación, quiere abrir sus puertas a formatos híbridos y experimentaciones varias. El primer ejemplo es el programa Turbines, “una acción conjunta sostenida en el tiempo, fruto de un acuerdo con el festival Dansa València y el centro de recursos y mediación para la danza y las artes del movimiento Espai LaGranja, que da respaldo a la creación local”.
En esta primera edición, se podrán ver estrenos de obras acabadas, que han estado apoyadas en su proceso de creación por las otras dos instituciones. Por un lado, Javier H. Hedrosa presenta Escrituras no creativas (18 y 19 de octubre), que busca “traducir” coreográficamente una escena de la obra maestra del giallo Suspiria (Dario Argento, 1977), para reflexionar sobre el remake, en un dispositivo que no permitirá al público disfrutar de la totalidad de la obra.
Por otra parte, Paula Serrano toma el velcro como elemento central en ESTRIP (21 de diciembre) para generar un “paisaje sonoro” que tienda un puente entre el sonido y el vestuario a través del movimiento corporal.
Otro proyecto es Zona Grisa, un ciclo dedicado a un público especializado o profesionales del sector en el que se muestran trabajos inacabados, ensayos y experimentos, sin un formato ni una duración establecida, y pensado como una ventana que apoye, en una fase concreta, a los creadores y creadoras valencianas. A lo largo de estos meses, se podrán ver las “derivas” de Santiago Ribelles Zorita en Per tal d’acabar finalment amb mi mateix (30 de octubre), la Mamarratxa Attack de Julia Irango y el Paradís de Santi de la Fuente (20 de noviembre) o el “estudio coreográfico de antropología contemporánea” de Vicente Arlandis, Una idea inacabada (15 de enero).
Fuera de estos programas pero igualmente reflejo de la mirada fija en la creación valenciana, Bella Báguena (13 de diciembre) presentará su propuesta de “sonidos hipnóticos y un enfoque experimental y emocional, con la voz como motor principal”.
La rueda de prensa de presentación de la temporada en el TEM sirvió de despedida al que ha sido su director desde 2020, Juanma Artigot, que no se podrá presentar al proceso para seguir coordinando el espacio del Cabanyal.
En el caso de Tatiana Clavel, que fue elegida a través de una comisión de servicios, sí podría presentarse al proceso análogo para La Mutant: “me apetece seguir porque creo que este proyecto tiene sentido a largo plazo”, admitió ayer a preguntas de la prensa. Idea reforzada por el propio concejal José Luis Moreno, que deseó que pudiese salir elegida en el concurso y que, en todo caso, validó totalmente la línea de programación que ha defendido Clavel.
“Los dos teatros ya tienen una identidad. Intentar cambiarla, a no ser que estuviera muy justificado, no tendría sentido. Ya tienen un público y una línea de trabajo que hay que mantener y mejorar. La Mutant son artes vivas, innovación, y el TEM un perfil más 'clásico'. La idea es que mantengan esa línea”, explicó Jose Luis Moreno en una de sus primeras entrevistas como concejal. Tatiana Clavel también quiso recalcar que el proyecto de La Mutant era en realidad un proyecto global con su teatro hermano, el TEM, y su programador estos años, Juanma Artigot, a quien dedicó unas palabras de agradecimiento.
Con el concurso aún por convocarse, Clavel espera que no haya vacíos en la programación, si bien confesó que no hay nada “cerrado” formalmente, sí hay conversaciones con las compañías que se abordarán a partir de ahora y que será “sencillo” resolver. “Este apoyo que hacemos a la creación tiene que seguir, conmigo o sin mí”, ha aseverado.
