VALÈNCIA. Hace apenas semana y media, la Asociación de Vendedores del Mercado Central y el Ayuntamiento de València hacían público su acuerdo de sacar la gestión del espacio a concurso público el año que viene. A finales de 2019 finaliza el convenio de autogestión suscrito entre el consistorio y la mencionada asociación en 1986, prórrogas incluidas, por lo que la concejalía de Mercados, de Carlos Galiana, abogaba por la municipalización, y los vendedores por continuar con un convenio similar.
Algo que resultaba imposible por la modificación de la legislación estatal en materia de convenios. En este maremágnum, ha salido a la luz una nueva plataforma de vendedores del Mercado Central, bajo el nombre de DMercat, cuya intención fundamental es exigir transparencia en la toma de decisiones y dar voz a parte de los vendedores que, consideran, no eran escuchados en la Asociación mayoritaria.
Su presidente, Benjamín Marí, recibe a Valencia Plaza junto a Javier Vicent y Miguel Martí, tesorero y secretario respectivamente, para defender esta 'tercera vía' que, según explican, no se ha producido, porque subrayan que los titulares de los puestos han "sufrido una ausencia de comunicación real en los últimos años por parte de la Asociación", como lamenta Vicent.
Hacía un par de años que este grupo de vendedores estaba rumiando el lanzamiento de DMercat, pero todo se ha precipitado a raíz del conflicto por la gestión del mercado entre consistorio y la Asociación de Vendedores. "No teníamos prisa para que naciera, pero este asunto ha hecho que provoquemos su arranque definitivo", admite el tesorero de la nueva plataforma. De hecho, "ha sido pura casualidad", porque su principal objetivo es "tener una voz sin filtro". Un filtro contra el que, lamentan, sí se han topado en el seno de la otra asociación.
Por ello, subrayan que "la diferencia principal con la Asociación existente no está tanto en los objetivos, sino en las formas de actuar; consideramos que la Asociación ha sido poco transparente". Es más, el presidente de DMercat, Benjamín Marí, incide en el carácter horizontal de esta nueva en la toma de decisiones: "Todo se va a trabajar en grupo, y cualquier declaración que hagamos, será consensuada con nuestros socios".
Pese a ser una idea que venía trabajándose desde hace tiempo, la puesta en marcha de la nueva plataforma, que por el momento cuenta con medio centenar de asociados, ahora se enfrenta a una situación compleja: el consistorio y la Asociación de Vendedores, que encabeza Merche Puchades, ya han alcanzado un acuerdo de sacar la gestión del Mercado Central a concurso, y se desconoce si hay marcha atrás. Sin embargo, DMercat llega para abrir el abanico de posibilidades.
El secretario, Miguel Martí, se afana en desmentir a Puchades, cuando dijo que "el concurso público era la única opción". "No es la única opción, sino que hay cuatro alternativas", explica. Son la municipalización del servicio -como quería el Ayuntamiento-, hacerlo mediante una empresa pública, mediante una gestión demanial, o con el mencionado concurso. "El concurso es la más peligrosa de todas", subraya Martí, quien opina que "se podría trabajar en la línea de la gestión demanial, que es lo más parecido a lo que hay ahora".
"Ni por el Ayuntamiento ni por la Asociación se ha informado a los titulares con claridad para explicarnos bien las alternativas", lamenta Vicent, por lo que DMercat pide que, de forma urgente, se envíe una notificación exponiendo la situación a todos los vendedores, poniendo sobre la mesa las distintas opciones. Todo pese a que la Asociación ha convocado una votación próximamente para que los asociados ratifiquen o no sacar a concurso la gestión.
Una votación que, señalan los representantes de DMercat, no es representativa porque en la Asociación no están presentes todos los puestos del Mercado Central, por lo que los resultados carecen de legitimidad. Y sustentan más reservas para ir hacia el concurso público sin apenas debate previo.
"No conocemos las condiciones para salir a concurso; es una barbaridad votar si queremos un concurso o no sin conocer las normas", lamenta el tesorero, quien se pregunta que, una vez publicadas las bases del procedimiento, quiénes van a poder entrar a competir: "¿Sólo la Asociación de Vendedores? ¿Una empresa que gestiona centros comerciales". Lo que hay, en definitiva, es miedo a lo desconocido, y miedo a lo que pueda ocurrir.
"El concurso sale en toda la Unión Europea -añade el secretario-, y cualquiera se puede presentar: pueden ser grupos italianos o grupos holandeses que están muy interesados en la ciudad", por lo que temen a que el adjudicatario pudiera cambiar el modelo de mercado. "Me bajo del vuelo low cost y me voy al Mercado Central a tomarme una cerveza", escenifica Miguel Martí: "Perdería totalmente el sentido del mercado".
¿Se plantea DMercat participar en el concurso si finalmente se lleva a cabo? "No aspiramos a ello, no hemos sido creados para ello", subraya Miguel Martí. Los tres niegan que se haya planteado tal posibilidad, aunque concluyen que esta decisión dependerá, como el resto de ellas, en los asociados. Con todo, por el momento, lo único que piden es que los titulares de los puestos tengan a su disposición toda la información antes de tomar una decisión de tal calibre como para cambiar la historia del espacio.