El director y cineasta valenciano Pau Berga estrena Artifacts Assembly, una producción de Les Arts en colaboración con el IVAM en la que propone un paseo visual y lírico de una hora dentro del museo. Lo hace a través de una ‘película’ musical que se construye de la mano de cantantes y pianistas del Centre de Perfeccionament de Les Arts, que ponen música a obras de exposiciones y el fondo de la colección del IVAM
VALÈNCIA. ¿A qué suena un museo? En algunas salas se pueden oír diálogos que provienen de videoinstalaciones, en otras las suelas "plasticosas" de los zapatos chirrían con el suelo encerado, en la entrada siempre hay algún seguridad que juega con las llaves y emite un tintineo para avisar de que ya van a cerrar. Si uno presta atención -y observa con un poco de cariño- encontrará en estos sonidos una musicalidad especial, cada sala suena de una manera para quienes escuchan pacientemente.
El museo es un buen sujeto a analizar, cambia constantemente: con cada visitante, artista y trabajador que lo habita, y si uno se empeña los sonidos que emiten pueden evolucionar a un musical. Mezclando las artes visuales y las sonoras nace Artifacts Assembly, una ‘película’ musical en la que el director y cineasta valenciano Pau Berga prepara un paseo lírico por el IVAM de la mano de los artistas del Centre de Perfeccionament de Les Arts, quienes con sus voces y pianos llenan al museo de sonidos que nunca antes estuvieron ahí, pero que de igual manera le pertenecen.
Esta pieza audiovisual, de aproximadamente una hora de duración, establece un diálogo entre obras de Teresa Lanceta, Equipo Crónica y Julio González a través de once piezas musicales de artistas como Georgy Sviridov, Stephen Foster y Matilde Salvador. Todos ellos hacen que los cuadros bailen al compás que marca Berga a través de su interpretación: “Es una manera de unir música y arte de una forma más onírica, más intuitiva. Estamos transformando las obras de Julio González a través de fantasmas de luz y ponemos a un trabajador a cantar dentro del IVAM, desnudamos algunos cuadros y cambiamos sus posiciones".
"Hacemos cosas que podrían pertenecer a un mundo de ensueño”, explica el director, quien comenta que la película se va conformando en respuesta a su curiosidad por descubrir los entresijos del IVAM: “Para mí es hacer un viaje hasta el interior del museo, trasladar la ópera a este lugar y ver las bambalinas del lugar, el proceso que se ve es el mismo que vivo yo al ir accediendo poco a poco a los espacios”, explica quien permite a través del audiovisual entrar en salas que no se ven de normal y que a través de las notas musicales y la grabación de Les Arts cobra una vida única.
Su cámara comienza a “explorar” en el cuartelillo de seguridad del IVAM, para luego dirigirse a las salas de exposiciones, pasando también por la tienda, los kilométricos pasillos que llevan a los trasteros donde se esconde el fondo del museo y hasta el laboratorio donde se restauran las obras. El montaje, medido al milímetro, añade a este paseo las actuaciones performativas de los cantantes y pianistas del Centre de Perfeccionament de Les Arts que le dan la nota a los espacios: “Es una forma de abrir las instituciones, de mostrar cómo se trabaja en ellas y ver cada parte del proceso", explica el director.
"Para mí el arte no es solo lo que vemos, es poder estar una mañana con los trabajadores o poder pasear tranquilamente por los espacios”, y para contarlo viste a los cantantes de trabajadores del museo o de visitantes, un toque “teatral” que le ayuda a conformar su relato. En una de las performances un guarda de seguridad rompe a cantar liberándose de su oficio y en otra se traslada a un pianista por el sótano del museo como si de una escultura se tratara. De esta misma manera la pieza en sí es arte audiovisual, cada tono, nota y baile hacen que las obras del IVAM cobren una nueva vida y que se vea a un artista como nunca antes, algo que para Berga supone una parte clave de la interpretación.
“Al final lo que quiero transmitir es el proceso de percepción, ilusión y relación nueva que se genera en un museo cuando alguien viene desde fuera. Creo que esa historia se consigue a través del cine, lo empleo para lograr transmitir el proceso de una vida”, añade. Por supuesto a una buena película le acompaña siempre una excelente banda sonora, es en esta parte donde la maestría de Les Arts y las voces de los artistas del Centre de Perfeccionament toman fuerza para reverberar dentro de los espacios.
Entre juegos, rituales y leves notas de piano Artifacts Assembly muestra que hay mucho más arte en la música de lo que parece y que las obras pueden sonar de una manera especial si el que la observa quiere escucharlas. Berga consigue consagrar dos grandes instituciones valencianas y hacer que se den la mano en el rellano de un recibidor para comenzar una visita sinestésica en la que el ‘cine’ hace de mediador cultural.
“Es una especie de ficción musical, una especie de viaje en la que muestro mi concepción sobre la ópera y el museo. Encontramos esa relación y conseguimos capturarlo con un montaje muy artesano y con un proceso muy meticuloso para ver las instituciones de otra manera”. Con todo esto el director compone un canto lírico al arte que cuando se acaba deja con ganas de más, como cuando uno está inmerso en una buena exposición y se oye el tintineo de las llaves del guarda… ¿ya van a cerrar?
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