VALÈNCIA. Existe una conexión muy clara entre las raíces y lo popular. De alguna forma -y a veces sin quererlo- el lugar en el que crecemos, las personas que nos rodean y la cultura que consumimos son las primeras puntadas de quienes somos. Estas se van construyendo a través de actividades como bailar, leer e incluso tejer. En esta última son expertas las artistas textiles Teresa Lanceta y Zineb Achoubie quienes se acercan al IVAM los días 24 y 26 de enero para reflexionar sobre la conexión entre lo popular, los tejidos y la interculturalidad. Lo hacen a través del taller Los hilos de las raíces, en el que reflexionan junto a un grupo intergeneracional sobre cómo las historias del ayer tejen nuestra realidad pasada, actual y futura.
Para Achoubie la propia práctica de tejer surge ya de una actividad popular en la que las telas responden a la necesidad generar comunidad: “Las telas que fabricamos y utilizamos cuentan historias de nuestra cultura y patrimonio. La forma en que se hacen las cosas, los materiales y el proceso están todos arraigados en nuestras comunidades y culturas”, y con esto, junto a Lanceta comienza a tejer centrándose principalmente en la base que acogerá los nudos que posteriormente se construyen manualmente, “la clave de la técnica que empleamos es centrarse en el “alma de la alfombra” que es el primer paso antes de empezar a anudar, es la intersección de hilos y para crear la resistencia base”, añade.
Tal y como lo explica Lanceta el aprendizaje de esta técnica lo hereda de Achoubie y de su familia: “La abuela de Zineb era tejedora, en su pueblo siempre han tejido. Una de las claves de trabajar juntas es hablar de las personas que emigran, que no solo dejan su casa y lugar de origen sino también parte de su oficio. Cuando estas personas tienen que encontrar un nuevo trabajo rescatan lo que aprenden de pequeñas, es algo que pasa con todos los oficios, ella no lo deja atrás y de esta manera reflexionamos sobre el hacer, sobre las técnicas y la interculturalidad”, y añade, “tejer es un acto que todo el mundo practica, lo que hacemos con esto es visibilizarlo”.
Achoubie explica también que el taller ayuda a comprender la forma de aprender prácticas ancestrales y compartirlas con una audiencia de diferentes culturas y orígenes, generando una actividad “muy desafiante” en la que sentir el material y las texturas es lo más importante. “Comenzó como una forma de performance contando historias de mi abuela, que tenía la cara tatuada y era tejedora del atlas medio, usaba este regalo y el textil como lenguaje de las mujeres de la tribu", añade sobre esta memoria familiar, "la conexión con la tradición es que todo se basa en la forma en que lo hacía mi abuela, desde la preparación de la lana hasta la alfombra de un solo cuerpo y es muy importante continuar sin perder los rituales y los principios de esta práctica”, explica la artista, quien considera que desde la actualidad aún se puede arrojar más luz al “tejido del texto” que cuenta con más de 2000 años de antigüedad.
La actividad, que se enmarca dentro de las actividades relacionadas con la exposición Popular, propone al visitante una práctica con las técnicas del tejido bereber que se rescatan para dialogar sobre el tiempo y el arte. “Para mi lo popular en esto está en cómo esta actividad pertenece a todos, tejer es una cosa universal y nos permite centrarnos en nuestros orígenes y en nuestro oficio”, reflexiona Lanceta sobre este idioma común, para el que no hace falta mucho más entendimiento que querer escuchar y aprender: “Hay que ir con la cabeza preparada a que todos somos diferentes y a la vez estamos unidos por lo mismo. Los propios tejidos tienen su base en lo popular, es algo tan cotidiano que nos envuelve", añade la Premio Nacional de Artes Plásticas.
Con esta filosofía Lanceta y Achoubie convocan en el museo a un grupo cerrado para tejer y reflexionar a lo largo de tres horas -cada día- entre lo tradicional y lo moderno para responder a la gran pregunta: “¿Quiénes somos?”. La respuesta a esta cuestión filosófica llega a través de un grupo que se comunica entre el español, bereber, árabe, francés o inglés pero con el idioma universal de las telas: “Son las que nos unen, el mensaje se transmite dentro de una sala en la que conviven todo tipo de culturas y grupos de edades. Comunicarnos a través de los tejidos es la definición de lo popular, de alguna manera”, explica Lanceta.
Entre los muros blancos del museo ambas artistas reflexionan también sobre el concepto del hogar y sobre las tradiciones. Achoubie reflexiona sobre el taller como una primera piedra clave para comprender todo tipo de culturas: “El taller es una forma moderna de presentar una cultura popular como práctica de tejido. Creo que el objetivo es sentir el material y las texturas de primera mano”. A través de Los hilos de las raíces ambas artistas buscan, poder seguir formando parte de la historia de la tradición y la técnica del tejido bereber y trasladarlo a los asistentes, quienes a través de los hilos y la escucha podrán tejer sobre su propio relato y los que les rodean, redefiniendo lo popular puntada a puntada. Remendando su historia y la de los que les rodean.
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