VALÈNCIA. La primera promoción de vivienda pública social del Ayuntamiento de València parece transitar por un camino pausado. Anunciada a principios de 2020, hace aproximadamente dos años, el proyecto continúa todavía sin ser una realidad y a juzgar por los presupuestos municipales del año que viene, los trámites para la construcción del edificio se hallan en estadios iniciales.
Se trata de un solar arropado de antiguas edificaciones, en pleno barrio histórico de Ciutat Vella, muy próximo al Micalet, y en una estrecha calle, la de Juristas. Allí, la concejalía de Vivienda que dirige la edil Isa Lozano proyecta la primera y única promoción de viviendas públicas impulsada por el departamento, que se creó en 2015 con la llegada al gobierno municipal de los partidos de izquierda -Compromís, PSPV y Podem-.
Entonces, el nuevo departamento fue asumido por la concejala de València en Comú -plataforma ligada a Podem- María Oliver, quien previó en la mencionada ubicación la construcción de una veintena de pisos. Algo que sin embargo nunca llegó a suceder. Y fue la nueva concejala del ramo tras las elecciones de 2019, Lozano, la que anunció un nuevo impulso al proyecto que podría rebajar el número de viviendas contempladas.
A día de hoy hay, todavía, un solar tapizado de hierbajos y presenta restos de lo que un día fue un edificio monumental: un palacio tardogótico del siglo XV o XVI. Los terrenos son propiedad del Ayuntamiento después de que fuesen expropiados en los años 80, ya hace más de tres décadas.
Pero al parecer todavía han de llevarse a cabo los trabajos arqueológicos previos a la construcción del edificio. De hecho, los presupuestos municipales de 2022, aprobados recientemente con carácter provisional, contemplan una partida del servicio municipal de Patrimonio -que también depende de Lozano- entre cuyas finalidades está hacer frente al coste de estas labores previas.
En concreto, la partida que asciende a 125.000 euros se dedicará, entre otros menesteres, a "la ejecución -redacción y dirección incluidos- de un estudio arqueológico" en este solar de propiedad municipal, "donde se pretende construir un edificio por el servicio de Vivienda pero que tiene posibles afecciones arqueológicas que han de determinarse previamente".
El gasto, que será plurianual según la ficha de esta partida, revela que todavía resta buena parte del proceso para que este edificio se una al parque público de vivienda municipal. Todo pese a que la edil de Vivienda, Isa Lozano, manifestara en su momento su intención de que el proyecto de construcción pudiera empezarse este año.
Según expuso Lozano, la voluntad municipal es que no sea un mero edificio residencial al uso, sino que se quieren preservar los restos del edificio palaciego sobre los que se asienta. Es probable en este sentido que se de con nuevos hallazgos que hablen del pasado de la ciudad: una vía romana, restos visigodos, etcétera.
Se prevé que este edificio cuente con una planta baja dotacional que se dedicará a un uso fundamentalmente cultural y centrado en la exposición de vestigios históricos. Un espacio que sería visitable en determinados horarios y sobre el cual se construirán las viviendas. Estas, por su parte, serán residencias de alquiler asequible, cuyo precio oscilaría entre los 250 y los 450 euros mensuales.