Hoy es 11 de octubre
VALÈNCIA. El sector turístico en la Comunitat Valenciana bate récords de visitantes este verano. Solo la ciudad de València ha registrado sus mejores datos históricos para un mes de julio, con casi 200.000 turistas y más de 483.000 pernoctaciones en hoteles gracias al auge del visitante extranjero. También los apartamentos turísticas han conseguido reservas que llegaban al 97% en el 'Cap i Casal'. Un panorama que vuelve a sacar a la palestra el debate sobre la idoneidad de implantar una tasa turística que grave al turismo en la autonomía valenciana como tienen otras regiones de España y muchas ciudades europeas, como fórmula para compensar el desgaste de los servicios públicos derivado de las visitas o con el objetivo de reinvertirlo en el sector.
Ya desde el mes de junio se atisbaba que este verano podría ser histórico en términos turísticos. Alicante y su costa llevan años posicionadas entre los destinos preferidos de nacionales y extranjeros. A ello se han sumado recientes publicaciones en revistas y portales digitales de relevancia, como Forbes, que sitúan València como la 'mejor ciudad para vivir o jubilarse'. También Castellón ha experimentado un fuerte crecimiento gracias a la popularidad de ciertos municipios o al 'descubrimiento' de otros a través de las redes sociales, generando un efecto llamada. Tanto es así que ya en el sexto mes del año los aeródromos valencianos recibían a miles de turistas, vaticinando lo que estaba por llegar los meses más fuertes de la época estival.
Unas cifras que avivan, de nuevo, la posibilidad de imponer un tasa que nunca ha llegado a implantarse en la región valenciana. El Consell del Botànic aprobó este gravamen en 2022, pero incluyó una moratoria de un año para su aplicación, que vencía el pasado 19 de diciembre. Sin embargo, antes de que se cumpliera el plazo, el gobierno de Carlos Mazón hizo valer su promesa electoral de derogarlo y, por tanto, nunca llegó a activarse. Una decisión que le ha valido a la consellera Nuria Montes, ex secretaria general de Hosbec, para vender a la Comunitat Valenciana como un destino tax free.
Sin embargo, a la vista del panorama actual, y con cierto hartazgo social en cuestiones relacionadas con el turismo como los pisos ilegales, resurge de nuevo esta cuestión. Y ello bajo la idea sufragar los gastos que se generan con la masificación turística en las ciudades. La alcaldesa de Buñol, Virgina Sanz, pese a que fue su partido el PP el encargado de suprimir la tasa prevista, se pronunciaba días atrás en À Punt a favor de la posibilidad de que cada municipio pueda tener margen para implantarla, por ejemplo para contribuir al control de aforos como ocurre con La Tomatina y para paliar los gastos con los que correr el consistorio.
Una línea discursiva que no se aleja demasiado de la aprobaron en su día Compromís, PSPV y Unides Podem. Este mismo miércoles, precisamente el portavoz de la coalición valencianista en Les Corts, Joan Baldoví, quien considera que se trata de una "propuesta muy razonable que se aplica de forma generalizada en Europa".
En este sentido, apunta que si durante 2024 hay alrededor de 54 millones de pernoctaciones en la Comunitat, "a dos euros de tasa turística serían 109 millones de euros que se podrían distribuir en los pueblos y ciudades". "Supondría poder contratar a 2.000 médicos, dar la ayuda del alquiler a 5.000 beneficiarios más o tener 2.500 docentes más en nuestro sistema educativo", remarca Baldoví.
Mientras el Gobierno de Mazón dinamitaba la tasa turística a principios de año, iniciaba reivindicaciones al Gobierno para seguir ampliando el número de visitantes a la Comunitat Valenciana: la ampliación del aeropuerto de Manises y la segunda pista en Alicante-Elche. Desde que en enero enarbolaran este nuevo objetivo después de desatascar la ampliación norte del Puerto de València, el presidente de la Generalitat ha mantenido reuniones representantes de Aena para avanzar con la cuestión.
Según los últimos datos publicados, los mencionados aeropuertos batían sus récords de pasajeros totales en un mes de julio, al rozar los dos millones de viajeros en el primer caso y superar el millón en el Aeropuerto de Valencia. El Aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández recibía un total de 1.989.648 pasajeros, un 16,1% más que en el mismo mes del año pasado, mientras que en Valencia ascendía a los 1.086.627 pasajeros, un 4,9% más de viajeros que en julio de 2023.
En 2022, el aeropuerto de València cerró con 9,9 millones de pasajeros frente a los 10,5 millones de capacidad teórica máxima. En lo que llevamos de año, ha gestionado un total de 6.134.327, un crecimiento del 10,7% respecto al mismo periodo de 2023. Mientras, las hipótesis de la Generalitat Valenciana esperan que, en 2030, puedan llegar 21 millones de visitantes a través del aeropuerto de Manises. ¿Se llevará a cabo la ampliación? El Gobierno asegura que se incluirán en las inversiones del DORA 2027-2031, lo que incrementaría de forma sustancial el turismo en la región.
Lo cierto es que son varias las ciudades europeas que ya cobran por estancias en sus territorios. Concretamente, se paga una tasa en 137 europeas de 20 países. España es uno de ellos, ya que Baleares y Cataluña ya la tienen activa. En otros puntos como Sevilla o el País Vasco, está a debate.
En la vecina Portugal ciudades como Oporto o Faro ya la tienen, así como 35 ciudades italianas como Roma o Venecia; y otras 50 en Francia. Generalmente, suele ser un pago que grava las pernoctaciones y que oscila entre los céntimos y los cinco euros, aunque está el caso de Ámsterdam, cuya tasa por noche y visitante alcanza los 20 euros, la más cara de Europa.
En Alemania, por ejemplo, en ciudades como Berlín o Hamburgo tienen un "impuesto por cama", que suele rondar el 5% de la factura del alojamiento. Asimismo, existen otros destinos que también aplican algún tipo de tasa como Viena en Austria; Bruselas, Amberes y Brujas en Bélgica; Praga en República Checa o Budapest en Hungría. También existe en ciudades de Bulgaria y Grecia.