escapadas hedonistas

La terreta desde el mar

O una colección de planes para explotar la Comunitat Valenciana a través del turismo náutico.

| 11/06/2021 | 5 min, 14 seg

Somos gente de mar. Predigamos allá donde vamos las bondades de nuestro queridísimo Mediterráneo. ¿Cómo no hacerlo? Ahora bien, muchos nos quedamos en la orilla del gran azul o como mucho a unos metros de distancia. ¿Qué ocurre cuando cambiamos las tornas y el mar es el protagonista? Ni playas de arena ni ciudades. Nos hemos propuesto contarte buena parte de esas cosas que solo puedes hacer en la Comunitat Valenciana. A ver qué otro sitio tiene una antigua isla de piratas, cuevas excavadas en acantilados, 600 kilómetros de costa o un fondo marino que nada tiene que envidiar a los demás.

Todo está aquí. Adrenalina, relax, descubrimiento... del mar, al resto del mundo. A bordo de un barco, una moto de agua, un kayak o una tabla de paddel surf, desde la asociación de Marinas de la Comunitat Valenciana, se han propuesto, que de una vez por todas, conozcamos las infinitas posibilidades que ofrece el mar. Y nosotros te lo contamos.


Arrancamos en el sur de la Comunitat, concretamente en Santa Pola, adalid de mediterraneidad. Es el hogar de la preciada quisquilla, pero también de mariscos y pescados como caballas, pulpos, cigalas, sepias o rapes, enmarcados bajo una denominación de origen, el Peix de Santa Pola. Es con este con el que elaboran el tradicional caldero de peix, con un caldo sabroso, preparado con pescados y mariscos y bañado en alioli, que después da paso a un arroz ciego de esos para el recuerdo.

Dejando de lado lo gastronómico, es el punto más cercano a la única isla habitada de la Comunitat Valenciana, Tabarca. Decenas de empresas fletan las tabarqueras para, en apenas media hora, conectarte con un lugar donde el tiempo se detuvo y que todavía conserva ese encanto de las cosas de antaño. Antiguo hogar de piratas berberiscos, fue repoblada de genoveses, de ahí que muchos todavía conserven apellidos italianos. El plan pasa por disfrutar de sus playas de agua azul y practicar esnórquel o por recorrer sus apenas 2 kilómetros de longitud. Un faro fotogénico, la Torre de San José y un cuqui pueblo fortificado te esperan por allí.


Siguiendo costa arriba a toda vela, la siguiente parada marinera es una de nuestras ciudades favoritas, Altea, la cúpula del Mediterráneo. Es el hogar de un casco histórico de calles empredadas y casitas blancas, que merece la pena pasear, cúpulas de un azul solo comparable al del mar, Ca Joan, el chiringuito El Cranc o el fabuloso hotel Villa Gadea. Pero también de Marina Greenwich, hedonista a tope y con el restaurante Club Naútico donde entregarse al placer, gastronómico, claro.

Lo más aventureros tienen su razón de ser en Portosenso. Es coqueta, recoleta y maravillosa. Allí encontrarás Algar Tours, una empresa especializada en excursiones en kayak. Durante unas 3 horas descubrirás formaciones geológicas como la Playa Fósil o el cabo de Cap Negret y, por supuesto, la isla de la Olla de Altea. Es más, las noches de luna llena, planifican esta actividad llevando cena y navegando hasta el islote con nada más que la luz de la luna alumbrando el camino. Alucinante.


Dénia puede presumir de tener una de las marinas más bonitas de toda la Comunitat. En enclave, claro, es cuanto menos idílico. No es de extrañar que sea desde allí desde donde parten barcos a diario, desde charter desde los que descubrir las calas cercanas, hasta los grandes ferris que conectan con las Baleares. Pero no nos vamos tan lejos, nos quedamos cerca para disfrutar del plan absoluto que supone navegar y comer a bordo, como lo que ofrecen Base Charter Marina Dénia. (https://velasyviento.com/yacht_charter-location/base-charter-marina-denia/) La unión de Velas y Viento y Náutica Corcho lleva más allá el sector del alquiler de embarcaciones de recreo. A vela o motor, con o sin patrón. Por ejemplo, puedes embarcar sobre las 10:30 de la mañana, para navegar por la Reserva Marina del Cabo de San Antonio y cerca de la costa de Xàbia fondear en cala Sardinera, cala Blanca o Portixol para darte un chapuzón o practicar paddle surf. A bordo te espera aperitivo, cerveza fresquita y la posibilidad de comer en alta mar gracias a los catering de los restaurantes de la marina.

Y si prefieres, en esta ocasión quedarte en tierra, en Dénia tenemos verdaderos templos gastronómicos. El Faralló, Peix i Brases, el Baret de Miquel, Pont Sec o Quique Dacosta, y eso solo por citar algunos. Pero junto al mar, también se come rico. ¿Sabías que solo en la Marina de Dénia hay 12 restaurantes? Con vistas al castillo y los barcos amarrados como telón de fondo, una buena opción es Republic. Terrazón, ambientazo y cocina de la que nos gusta. La declinación de la gamba roja de Dénia en tres texturas (hervida, plancha y baja temperatura), es una auténtica locurita. Y siempre puedes terminar la tarde con un bañito y copa en Zensa Marina.


Y del sur, damos el salto al norte. La Costa Azahar recorre la provincia de Castellón y la sombra de hitos como el castillo del Papa Luna en Peñíscola, la vida discurre tranquila junto al mar. Precisamente allí, a dos horas del puerto de Castellón se levanta la reserva natural de las islas Columbretes. Aquí no hay hoteles ni restaurantes, pero la naturaleza salvaje las convierte en un auténtico paraíso. De las cuatro, volcánicas e impresionantes, solo una es visitable, la Illa Grossa, que más parece la Luna que una isla en mitad del Mediterráneo. ¿La travesía? A bordo de los barcos de Viajes Columbretes que conectan con las islas en una excursión de 8:00 a 18:30 horas y en fechas seleccionadas. No te olvides de las gafas y el tubo, el fondo marino es una auténtica maravilla para buceadores.

Comenta este artículo en
next