La UCO cree que la trama de Imelsa generó nóminas falsas para agotar el presupuesto

VALENCIA. La Operación Taula no deja de destapar presuntas formas de esquilmar al erario público. A los trabajadores 'zombies' que cobraban dinero público sin ir a trabajar y a los despidos millonarios se une ahora otra novedad dentro de la trama vinculada a la empresa Imelsa, dependiente de la Diputación de Valencia.

Se trata de la sospecha de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre la posibilidad de que se crearan nóminas falsas para justificar que determinadas partidas de dinero se agotasen, según ha podido saber Valencia Plaza tras acceder al sumerio del caso.

Dónde iba el dinero que sobraba es algo que, por el momento, los agentes de la benemérita no han podido determinar pero que continúan investigando y que, muy posiblemente, pase a formar parte de la pieza principal del sumario, la que investiga las mordidas del 3%.

En el caso de la nueva pieza del sumario, los agentes se refieren a un correo electrónico en el que la jefa de personal le dice a Salvador B.: "Salva, te remito las nóminas para la justificación de FPE (cursos de formación), si hace falta más nóminas dímelo y por favor intenta que las vea el menor número de personas posibles y que no se queden en sitios visibles de las mesas".

Para la Guardia Civil, esto "implicaría que desde Imelsa se ha podido estar generando nóminas hasta completar la partida del gasto, lo cual reforzaría la idea de que en Imelsa se ha venido contratando personal que no realizaba ningún tipo de trabajo. En este caso concreto parece ser que estaría contratando diferente personal para impartir los cursos FPE, o por asistir como alumno a los mismos, cursos que pudieran no haber sido impartidos o que, en el caso de impartirse, no se hizo por el total de la partida en cuanto a la relación alumno-profesor. Dedicándose el dinero a otros fines".

Cursos de empleo

El exgerente de Imelsa no titubeó a la hora de explicarle a la UCO que en los cursos de empleo, en los que se cobraba por asistir, "cumpliendo unos mínimos que eran los que venían en las bases de los cursos, con la entrevista personal se dejaba abierta la puerta a la discrecionalidad para meter al familiar o al amigo o a los compromisos, lo cual suponía que tenía asegurada una formación y un sueldo durante el tiempo que durara el curso, lo que entre otras cosas se traducía en votos para futuras elecciones".