La diversidad cultural encuentraen la música un lenguaje de inclusión que se deja notar cada vez con mayorpresencia en la ciudad
VALENCIA.- El campus de Berklee College of Music en Valencia interpreta su particular crescendo. La cuarta promoción acoge desde hace algunas semanas a 193 estudiantes de 34 nacionalidades. Cifras récord que no ocultan el verdadero valor añadido para la ciudad: asumir la inquietud de algunos de los jóvenes músicos más talentosos del mundo que cursan aquí uno delos cuatro programas de alta especialización: Music Production, Technology, and Innovation; Contemporary Performance; Scoring for Film, Television, and VideoGames, y Global Entertainment and Music Business.
La sede, desconocida por muchos valencianos, es una suerte de torre de Babel donde la multiculturalidad no se discute; se vive. Es la base para entender a una delas universidades que gestionan más creatividad por metro cuadrado de todaEuropa. «La diversidad es parte de nuestro ADN y de nuestra estrategia», apuntaMaría Martínez Iturriaga, directora ejecutiva del campus valenciano de Berklee, la escuela de referencia de Boston (Estados Unidos) que tiene en la Comunitat Valenciana su única subsede en el mundo. Las ofertas no han cesado desde hace décadas para que la institución abriera sus puertas en cualquier otro país. Así lo admiten desde su organización, que ha tenido tentativas en firme de países tan ricos musicalmente como India o Japón, entre otros.
De lo prometido en Valencia —una Torre de la Música diseñada por Antón García Abril—, quedaron los mimbres fundamentales que, en palabras de Martínez Iturriaga, se podrían resumir en tres activos: la situación geográfica deEspaña en concreto y de Valencia en particular, en el centro de un triángulo entre Estados Unidos —principal fuente de alumnos—, Sudamérica —con el caballo de Troya del idioma— y Asia, con África a un paso.
(Lea el artículo completo en el número de noviembre de la revista Plaza)