VALÈNCIA. Su abogado reconoció el primer día del primer juicio del 'caso Imelsa' su falta de credibilidad, pero Marcos Benavent culminó este miércoles un giro de 180 grados en sus declaraciones de los seis años anteriores. El que fuera gerente de la empresa de la Diputación de Valencia se desdijo de todas sus acusaciones y aseguró que manipuló las grabaciones que él mismo hizo y que su exsuegro entregó a la Fiscalía.
El objetivo evidente es tratar de anular, o al menos rebajar, todas las causas que cuelgan del 'caso Taula', como esta misma. De ahí la alegría con la que la mayoría de las defensas han acogido su nueva versión. Pero, además, en varias de sus intervenciones Benavent aprovechó para tratar de 'ayudar' al ex president de la Generalitat Eduardo Zaplana, principal investigado del 'caso Erial'.
Deslizó, sin que nadie le preguntara, que fue "ilegal" el registro en el despacho de su exabogado en el que aparecieron los 'papeles del sirio'. Se llamaron así porque el sumario de Erial dice que los encontró escondidos una persona de esta nacionalidad en un piso que antes había sido de Zaplana y después se los dio a Benavent. Eran un esbozo de la estructura que presuntamente habría creado el exministro para blanquear el dinero de las comisiones ilegales que habría cobrado. Por esa presunción de ilegalidad que apuntó Benavent no se descarta que Ramiro Blasco sea llamado a declarar para que dé su versión.
También dijo que cuando declaró 'contra' Zaplana no estaba en condiciones. "No me encontraba del todo bien, no estaba en mis plenas facultades. El día que detienen a Zaplana me dicen que vaya a declarar y yo había estado toda la noche sin dormir con unos amigos”, relató. No parece que casual que el exdirigente del PP haya pedido, hasta ahora sin éxito, ya dos veces la declaración de Benavent como tesigo de su caso. El exgerente de Imelsa ya había 'colado' en su última declaración en la instrucción de este caso Imelsa la frase de que la operación contra Zaplana fue un "montaje", una teoría que trató de apuntalar el excomisario José Manuel Villarejo.
Benavent dijo que lo hizo todo "en connivencia" con su exabogado y con el fiscal Anticorrupción por un pacto al que habrían llegado y que le supondría una rebaja en dos grados de su pena y no entrar en la cárcel. Afirmó que lo cumplió hasta hace unos meses muchas veces por presiones y otras por inercia. Pero Benavent, que declaró como acusado y por tanto sin obligación de decir la verdad, no explicó por qué tenía que pactar con la Fiscalía si, como sostiene ahora, no había cometido ningún delito. Esas afirmaciones hacen que Blasco, su antiguo letrado, estudie una querella por injurias y calumnias. De hecho, espera que también la Guardia Civil y la Fiscalía ejerzan acciones contra él.
Benavent se mostró arrepentido de lo que en su día vendió como un arrependimiento de su vida como 'Yonqui del dinero'. “Quiero pedir perdón a tanta gente a la que le he hecho daño. Fueron en circunstancias especiales, (mis declaraciones) estuvieron manipuladas por mí en connivencia con mi ex defensa y con la Fiscalía. Se me ofrecieron rebajas sustanciales de pena y no entrar en prisión”, se excusó.
“Me dijeron que estaban en una investigación muy profunda, que si colaboro me van a rebajar hasta dos grados y que no ingresaré en prisión. Se hace un guión de esta colaboración con mi exabogado. La idea era contestar a todo que sí. La cuestión era perjudicar a la mayor gente posible, sean políticos, empresas, personas, partidos politicos… a todo el mundo. Tenía que decir que sí a todo, perjudicar a la mayor gente posible para que la causa cogiera volumen y salpicara a todo el mundo”, añadió. ¿Se sintió presionado? le preguntó una de las defensas. “Por decirlo de alguna forma, sí”, afirmó antes de exculpar a los defendidos que no han llegado a un pacto de conformidad y que se lo 'pidieron'.
Benavent no quiso contestar ni a las preguntas del Fiscal ni de las defensas que han llegado a acuerdos con el Ministerio Público. Sólo lo hizo a las de su nuevo abogado, Juan Carlos Navarro, y las otras defensas. De hecho, descargó la responsabilidad de muchos de los delitos que se le imputan en José Esterlich, el marido de la que fue su secretaria. En la primera jornada, él se presentó como un testaferro de Benavent y desveló el uso que hacía de facturas falsas y empresas pantalla.
El exgerente de Imelsa lo negó todo. Dijo que le suplantaron la firma, que no reconocía según qué documentos, que él ya no formaba parte de las empresas cuestionadas (Themática Events y Berceo) en el momento de las posibles irregularidades y que en el caso de la primera llegó a perder dinero por lo bien que montaba los eventos. Por su parte afirmó que si pagó un apartamento en Xàbia fue con el dinero de una herencia y de la venta de algunos coches. Auditoras muy importantes y la intervención de la Diputación revisaban las facturas y nunca vieron nada raro, aseguró. Circulen.
Benavent aprovechó también para contarle al tribunal su nueva versión de las grabaciones. Admitió que les hizo "como seguro de vida" pero dijo fue él quien forzó en muchas ocasiones los diálogos y que después las manipuló. Unas veces delante de su suegro, pues las guardaba en su casa, y otras no. "Iba al ordenador, cortaba y pegaba y dejaba lo que me interesaba", señaló. Otro intento más de 'dinamitar' este y el resto de los casos.
Eso sí, el tribunal le dejó con la palabra en la boca cuando al acabar su testimonio quiso decir algo más. Deberá ser cuando ejerza su derecho de última palabra.
Benavent negó también que desde Imelsa se hubieran pagado campañas electorales del PP o se hubiera desviado dinero para hacerlo, algo en lo que coincidió el exalcalde de Moncada Juan José Medina, que realizó parte de su campaña de 2007 con Thematica Events.
Si todos los gastos no se enviaron al Tribunal de Cuentas, como es preceptivo, Medina afirmó que fue porque él no tenía esa responsabilidad y porque sólo se enviaban los que pagaba el partido y no los que los candidatos y los comités locales abonaban de sus propias cuentas.