Desde el proteccionismo 'pop-up' hasta la tecnología NextGen pasando por un agotado mercado del petróleo son algunos de los factores que marcarán el devenir de los mercados a lo largo del presente ejercicio
MADRID. Deutsche Bank Wealth Management, el área de la entidad especializada en la gestión integral de grandes patrimonios, ha publicado un informe de perspectivas para 2017 en el que desgrana cuáles serán las principales dinámicas económicas y políticas que influirán sobre el clima de inversión general en este año recién estrenado. Se puede consultar el informe completo en este enlace.
Para Christian Nolting, director global de Inversiones de Deutsche Bank Wealth Management, 2017 será un año en el que “se pasará de la retórica a la realidad”, en referencia al pronóstico de la entidad de que en este nuevo ejercicio las promesas políticas y económicas de 2016 se traducirán en acciones concretas. Ante esta situación, los analistas del área han identificado los que consideran que serán los 10 temas clave principales para entender el panorama inversor:
1. Divergencia multidimensional
Los inversores tendrán que actuar en un mundo caracterizado por la divergencia en las políticas; en particular la fiscal, la monetaria y la comercial. En política fiscal, los EE UU tienen las mayores posibilidades de estímulo, pero no deberían ignorarse China y Japón. En cuanto a política monetaria, el endurecimiento gradual de la Fed contrastará con una política aún relajada del Banco Central Europeo (BCE) y del Banco de Japón (BoJ), con la posibilidad de recortes de los tipos en India y Brasil. De momento, la retórica sobre la política comercial proviene de EE UU lo que, probablemente, provocará una reacción de sus socios comerciales.
La divergencia de las políticas presentará oportunidades. Entre los ganadores estarán, posiblemente, la renta variable estadounidense y la japonesa. La primera debería de salir ganando por la fortaleza económica de EE.UU. y los cambios regulatorios. La segunda podría beneficiarse de la debilidad del yen frente a un dólar estadounidense más fuerte. Por sectores, merecen atención el de bienes de consumo discrecional de EE UU y el de tecnología.
2. Proteccionismo 'pop-up'
Las restricciones comerciales a nivel mundial aumentan mientras que la dinámica comercial disminuye. No obstante, no prevemos una gran explosión del proteccionismo en 2017. Les guste o no, los políticos deberán aceptar la realidad de un mundo multinacional muy integrado. No obstante, este será un año en que las noticias sobre las relaciones económicas y comerciales internacionales se sucederán con rapidez y podrían ser desestabilizadoras.
Así, los temores sobre el proteccionismo empezarán a tener un impacto sobre las preferencias geográficas y de otra índole. Habrá que buscar segmentos del mercado que parezcan más resistentes a un mundo con menos intercambios comerciales así como regiones que puedan sacar partido de vínculos intrarregionales existentes así como la flexibilidad de las políticas. Merecerá la pena ser selectivos, especialmente en las inversiones en mercados emergentes, sean renta variable o fija.
3. 'Realismo' con las tipos de interés
Las subidas de tipos en 2017 serán, probablemente, moderadas. Hay que tener en cuenta que, aunque que se prevé que la Fed prosiga su programa de reinversión manteniendo efectivamente el tamaño actual de su balance, el BCE y el Banco de Japón seguirán ampliando los suyos.
Aun así, habrá que estar atentos a la inflación y a su impacto probable sobre los tipos de interés reales (es decir, ajustados por la inflación). La inflación general podría subir, en parte debido a los efectos de base de 2016 y los precios del petróleo. La inflación subyacente -excluidos los elementos volátiles como la energía- ya está repuntando en muchas economías. Esto exigirá un reajuste lento, revisado regularmente, de la estrategia de inversión. Una respuesta inmediata podría ser, según los precios, el uso de bonos con cupón variable o deuda pública protegida contra la inflación.
4. Dar crédito al mercado de bonos
Es posible que los mercados se centren, sobre todo, en la renta variable en 2017, pero la tan esperada 'gran rotación' de los bonos a las acciones no ha llegado aún. Los inversores se han mostrado hasta ahora muy reticentes a sacar dinero de la renta fija a largo plazo. La percepción de los riesgos políticos, especialmente en Europa, podría seguir motivando a los inversores a mantener sus posiciones.
5. Todas las miradas en los beneficios
Los beneficios serán particularmente importantes en 2017, pues parece improbable que los múltiplos de valoración suban mucho más. Las valoraciones según el ratio precio/beneficios (PER) están ahora cerca de su nivel más alto desde 2004. La subida de los tipos de interés y la maduración del ciclo económico limitarán más el recorrido de los nuevos aumentos de los ratios PER. En Europa, lo que más contribuirá al crecimiento de los beneficios de 2017 serán los valores financieros; en EE UU, los de energía; en Japón, los industriales; y en los mercados emergentes, los tecnológicos.
6. Tecnología NextGen
El progreso tecnológico y el aumento de la productividad gracias a la tecnología siguen siendo factores clave del crecimiento económico. Dentro de la tecnología de la información, hay algunas áreas como la infratech, healthtech y fintech que parecen particularmente interesantes a medio plazo. En general, el sector de las tecnologías de la información parece atractivo en términos absolutos y relativo para el índice S&P 500.
7. Mercados de petróleo agotado
En 2017 difícilmente asistiremos a un nuevo aumento en los precios del petróleo, teniendo en cuenta el esperado fortalecimiento del dólar americano. Por lo tanto, la entidad se mantiene prudente en el sector energético en general.
8. ¡Haciendo el dólar fuerte otra vez!
Hay varias razones que llevan a Deutsche Bank Wealth Management a pensar que la fortaleza del dólar estadounidense será un tema clave en 2017. Asistiremos a la divergencia en materia de política de tipos de interés entre la posición restrictiva de la Reserva Federal de Estados Unidos, y la posición expansiva del resto del mundo. Además, es probable que el dólar se vea reforzado por un crecimiento económico cada vez más fuerte en los Estados Unidos que en Europa o Japón. Asimismo, las diferencias en los tipos entre Estados Unidos y otras economías desarrolladas fomentarán la demanda de deuda americana y, por tanto, de dólares.
Un dólar fuerte conlleva muchas implicaciones a la hora de invertir. En general, es probable que resulte un obstáculo para las materias primas y, sin duda, aboga por un enfoque selectivo hacia el mercado de deuda de países emergentes. Sin embargo, los exportadores de economías con divisas más débiles (como Europa y Japón) deberían beneficiarse de esas circunstancias y dar un empujón a sus mercados de renta variable.
9. Navegar entre titulares e histeria
Los inversores deberán distinguir entre sobrerreacciones efímeras del mercado (como ocurrió, por ejemplo, tras la votación del referéndum del Brexit), y los cambios estructurales del mercado a más largo plazo. En general, 2017 podría ser un año en el que las carteras puedan beneficiarse de cierta gestión de riesgos personalizada como medida de protección frente a la volatilidad y a fin de asegurar un menor rendimiento de la cartera independientemente del comportamiento del mercado. También puede haber margen para inversiones que aborden escenarios y riesgos específicos del mercado.
10. Los temas de mañana, contados hoy
Siempre es importante mirar más allá de los movimientos inmediatos del mercado e identificar oportunidades a largo plazo. Las infraestructuras, la seguridad cibernética, el envejecimiento global y los millennials son algunos de los temas considerados clave.