VALÈNCIA. A tan solo diez meses para las elecciones autonómicas y locales, el tejido que conforma el Govern de la Nau -compuesto por Compromís, PSPV y València en Comú- empieza a mostrar síntomas de desgaste interno. Es lo que se traduce de los hechos ocurridos en tan solo tres días. Dos cuestiones de innegable actualidad -la ampliación de la carretera V-21 y la regulación de los apartamentos turísticos- han socavado la tranquilidad en el seno del tripartito. No tanto por los contenidos, sino más bien por la formas adoptadas por los actores.
La última desavenencia se manifestó este miércoles a cuenta de la propuesta de València en Comú (ValC) sobre la moratoria para los pisos turísticos en Ciutat Vella, Russafa y El Cabanyal -entre otras ideas-, algo que molestó y mucho a los socialistas de la ciudad. De hecho, la portavoz de esta formación, Sandra Gómez, salió al paso para mostrar su sorpresa y malestar. No por la propuesta en sí -sobre la que el gobierno local guarda bastante consenso- sino en especial por "la oportunidad de presentarla esta semana" como una exigencia al ejecutivo local después de que se acordara la semana anterior. La primera teniente de alcalde señaló que esta propuesta se había acordado "dentro de una reunión especial en la Junta de Portavoces", en la que están representadas las tres fuerzas del gobierno local. Y en ese sentido, no entendía la exigencia hacia el mismo ejecutivo.
Otras fuentes presenciales del encuentro en el que se produjo el acuerdo lo confirman: este tuvo lugar el pasado miércoles y asistió la propia María Oliver. Además, las propuestas sobre la regulación turística también se habían comentado en el ámbito informal entre miembros del tripartito, tal y como admite el círculo de ValC. Por ello, la socialista Sandra Gómez trasladó su descontento.
También fue motivo de incomodidad la presentación por parte de Compromís de su propuesta de ampliación para la V-21. Algunos miembros del socialismo valenciano, además de entender que no se pueden paralizar las adjudicaciones del proyecto ya aprobado -algo que respaldó también el delegado del Gobierno en la Comunitat, Juan Carlos Fulgencio,- consideran que la unilateralidad practicada por sus socios de gobierno en la ciudad responde a una estrategia en clave electoral.
Y si al PSPV le pareció demasiado restrictiva esta propuesta, València en Comú pide todavía más. Inicialmente, Oliver había manifestado a Valencia Plaza su comunión con el proyecto de Compromís porque reducía en gran medida la afección a la huerta, pero este miércoles, tras estudiarla más al detalle, ha matizado su posición en declaraciones a la Cadena Ser: "No entendemos la propuesta en tanto en cuanto sigue suponiendo un nuevo carril".
Ambos casos muestran cierto hartazgo en las filas del tripartito, cuya paciencia para tratar con los socios empieza a agotarse y cualquier punto de desacuerdo es susceptible de desencadenar una nueva polémica. Con el verano de por medio, el Govern de la Nau tendrá la oportunidad de rebajar las tensiones, teniendo en cuenta que el próximo curso contará con el incremento de tensión lógico de la etapa preelectoral y que en septiembre se prevé la celebración del cónclave anual del gobierno local.