VALÈNCIA. La reapertura del hotel Sidi Saler es difícil porque actualmente el inmueble se encuentra fuera de ordenación, por lo que sólo se permiten obras de mera conservación. Este viernes, tras las críticas de Compromís sobre las facilidades que supondrían las modificaciones previstas en la normativa urbanística del Plan General de València, la concejalía de Urbanismo dejó claro que el complejo seguirá fuera de ordenación. Así pues, manifestada la voluntad de la alcaldesa, María José Catalá, de permitir un proyecto "sostenible" en el hotel, todo apunta que la clave para llevarlo a cabo debe pasar por obras que se consideren "de conservación".
El Ayuntamiento de València rechazó a principios de 2023 el otorgamiento de la licencia para reabrir el hotel porque las normas urbanísticas de la ciudad dejan fuera de ordenación los edificios que "por exceso de volumen o por la conformación de este [...] atenten contra el patrimonio histórico-artístico o contra espacios naturales protegidos". Esta consideración, entre otras, está ahora judicializada a la espera de sentencia en primera instancia. Pero las revisión de las normas urbanísticas que está llevando a cabo la concejalía de Urbanismo ha devuelto el asunto a la palestra.
En ese sentido, las modificaciones propuestas eliminan este requisito para considerar un edificio fuera de ordenación e incluye otros como el hecho de que estén "en suelos de dominio público, de especial protección o en terrenos afectados por riesgos naturales (erosión, desprendimiento, corrimientos o inundación, etcétera)". También se deja fuera de ordenación el que presente "un nivel de afectación a valores patrimoniales protegidos reconocidos en el Plan General o en sus instrumentos de desarrollo".
Unos cambios que sirvieron para que este viernes, la portavoz de Compromís, Papi Robles, y el edil Sergi Campillo (ex concejal de Devesa-Albufera), alertaran de que esta era una "maniobra urbanística" para "dar cobertura legal a la reconstrucción y reapertura del Sidi Saler" porque, a su juicio, la flexibilidad de los nuevos requisitos permitiría interpretar que el complejo ya no se catalogaría fuera de ordenación, devolviendo de facto el permiso para construir.
El concejal de Urbanismo, Juan Giner, salió al paso para cuestionar que los cambios vayan a "beneficiar" al Sidi Saler y defendió que la actualización del régimen de fuera de ordenación es una mera "adaptación" a la legislación urbanística vigente". Desde el gobierno municipal, en ese sentido, rechazaron de plano que el edificio vaya a salir de su categoría de fuera de ordenación sustantiva pero no se esconde la intención de la alcaldesa de permitir en el complejo un hotel "con un componente medioambiental respetuoso".
En esa línea trabajan ahora desde el ejecutivo local, para estudiar el encaje de este proyecto "sostenible" o que sea "más sostenible" que su derribo o su mantenimiento en el estado actual de degradación. Por lo que los promotores, las firmas Divarian y Coral Homes, si quieren llevar a cabo un proyecto en el antiguo complejo hotelero, sólo podrían hacerlo mediante lo que la normativa considera obras de conservación, un apartado que también cambia con las modificaciones implementadas por la concejalía.
Así pues, el nuevo texto recoge que "únicamente podrá autorizarse" obras "de mera conservación", pero añade que se considerarán este tipo de obras "las necesarias para enmendar un menoscabo producido en el tiempo por el natural uso del inmueble, o bien por causas fortuitas o accidentales, siempre que no se supere el límite del deber legal o normal de conservación. También se permiten obras para mantener "las condiciones de habitabilidad en las viviendas o para suprimir barreras arquitectónicas existentes" y, de manera excepcional, para "garantizar la seguridad, salubridad y ornato del espacio público".
En ese sentido, los representantes de Compromís criticaron abiertamente estos añadidos entre los supuestos permitidos para acometer obras porque "cambian la definición de obras de conservación, que la normativa actual contempla para los edificios fuera de ordenación sustantiva", y que, a su juicio, "con las modificaciones se amplía, permitiendo que se pueda reconstruir el complejo hotelero".
Mientras, siguen en los juzgados las disputas entre los propietarios del edificio y el Ayuntamiento de València después de que el consistorio declarara la caducidad de la licencia por inactividad y también rechazara el permiso para el proyecto de reapertura del histórico complejo turístico. En el primer caso, el juzgado falló el pasado mes de octubre rechazando el recurso presentado por los dueños del hotel, que como publicó este viernes Valencia Plaza, han acudido al TSJ. En el segundo caso, prosigue otro procedimiento sobre la nueva licencia, que está pendiente de sentencia en el juzgado de primera instancia.