VALÈNCIA. La cábala, como término, ha estado tradicionalmente vinculada a esoterismo o doctrinas ocultas. No obstante, en el lenguaje más llano, ha conformado, junto al verbo hacer, una expresión muy utilizada para referirse simplemente a conjeturas o suposiciones con más o menos fundamento y con mayor o menor halo esotérico.
En esa labor, la de hacer cábalas, se hallan sumidos los estrategas de los diferentes partidos políticos de cara a las elecciones municipales. En un mínimo número de localidades, las más grandes, disponen de encuestas, ya sea contratadas directamente o ya sea realizadas por algún medio de comunicación, que les aportan algo más que indicios.
En la mayoría de los casos se basan principalmente en percepciones marcadas habitualmente por la experiencia en elecciones anteriores y que tienen mucho que ver con el análisis del entorno poblacional, de su alcaldable y, también en gran medida, de sus rivales.
"Amparo Folgado va a ser alcaldesa de Torrent seguro", apuntan, a este respecto, desde la dirección provincial del Partido Popular. La confianza en su candidata es total, de ahí que la defendieran a ultranza ante las dudas de la regional que retrasaron su proclamación.
El argumento se basa en la campaña a largo plazo y tocando diferentes aspectos de la población de la candidata, en el desgaste que detectan en el equipo de gobierno y, en particular, en el veterano Jesús Ros, en el hundimiento de Compromís, que sigue sin alcaldable en Torrent, y en la posible desaparición de Ciudadanos.
En este artículo la pregunta lanzada a diferentes orquestadores de estrategia de los principales partidos es en qué municipios en los que ahora no tienen la alcaldía piensan, intentando limitar su subjetividad, que la conseguirá su partido tras las elecciones del 28 de mayo. No en cuáles les gustaría o muestran esperanza en tenerla. Para ello hemos consultado a cargos orgánicos y/o institucionales que tienen visión provincial, que conocen los entresijos de sus formaciones, que se fijan en las deficiencias de los contrincantes y que, como suele suceder en estos casos, prefieren mantenerse en el anonimato a cambio de hablar sin tapujos.
El PP apunta alto en Torrent y ve factible, y no solamente aspira, ganar esa alcaldía y otras de municipios grandes como las de Xirivella, Paiporta, Picassent, Llíria o Alcàsser. “En Utiel vamos a arrasar con el candidato que tenemos –en alusión, como adelantó Valencia Plaza, a Ricardo Gabaldón-”, apostillan, en una afirmación que no coincide con la perspectiva que de la contienda electoral muestran sus contrincantes.
Con más cautela se muestran respecto a Paterna, Sagunt o Gandia, los otros tres municipios, además de Torrent y descontando la ciudad Valencia, que superan los 50.000 habitantes en la provincia. En ellos reconocen la complejidad de la tarea, aunque también recalcan la campaña de sus candidatos (Sara Palma, Maribel Sáez y Juan Carlos Moragues, respectivamente). En todos los casos citados en el párrafo anterior excepto en Llíria desbancaría al PSPV, el partido que más municipios gobierna. El PP únicamente lo hace en 62.
Por su parte, desde las filas socialistas, pese a tener el mapa provincial casi teñido de su rojo corporativo, también aspiran a más y no se conforman con preservar lo que tienen. Saben de la dificultad de elevar las varas de mando de Alzira o Alfafar –y, más allá en nivel de reto, de Benaguasil, donde aún no han proclamado alcaldable-, aunque, con más posibilidades de acertar, confían en que sí conseguirán hacerlo en Oliva, Catarroja o Carcaixent.
En estos tres últimos casos arrebataría el mando al mismo socio de gobierno, Compromís, con quien mantienen una relación más o menos tirante en las citadas poblaciones y al que planifican sobrepasar en votos y concejales para que sea la coalición compromisaria quien les entregue la alcaldía. Quid pro quo.
Compromís, por su parte, espera volver a ganar en Sueca y, esta vez, gobernar, aunque sabe de la dificultad porque el PSPV, como ya demostró en 2019, no está dispuesto a sellar pactos con la coalición que por entonces encabezó la actual consellera de Educación, Raquel Tamarit, y que en mayo liderará, a escala local, Vicent Baldoví, familiar del candidato a la Generalitat por este partido.
También confía en amortizar con vara de mando incluida una nueva victoria electoral en Bétera, que cuenta con una corporación muy fragmentada que en este mandato ha conseguido aglutinar el PP con Elia Verdevío como alcaldesa.
La misión de Ciudadanos consiste básicamente en mantener parte de lo que tiene, que se basa en la alcaldía de un municipio mediano como Vilamarxant y en cinco en más pequeños, caso de Barx –si el primer edil, Miguel Donet, no acaba yéndose al PSPV-, Caudete – igualmente tentada su alcaldesa, Vanesa López, por el partido que secretaría Ximo Puig- o Cofrentes. En el supuesto de que los citados Donet y López cambiaran de formación, sería el partido socialista el que tendría serias opciones de sumar esas alcaldías a su ya extenso elenco.
La sorpresa podría darla Jesús Gimeno en Moncada, que está llevando a cabo una campaña repleta de sorpresas y de fichajes procedentes de la agrupación socialista y popular y que, por tanto y a priori, debilitan a sus dos rivales en un consistorio que también se halla dividido y que podría deparar una alcaldía inesperada, previo pacto, tras las elecciones del 28 de mayo.
Vox centrará su campaña en las grandes ciudades, aunque apenas ha proclamado alcaldables todavía. Más que varas de mano, su teórica pretensión consiste en lograr un grupo municipal amplio en Moncada, Mislata, Massamagrell, Paterna, Alboraya, Alzira o Torrent, y, sobre esa base, alguna alcaldía negociada.
Los denominadas confluencias de Podemos de 2015 apenas disponen ya de representación local o de ‘círculos’, como denominó en su momento a sus embriones de agrupación. Han ido desapareciendo o diluyéndose en Compromís y Esquerra Unida. Esta última formación tratará de obtener alcaldías en feudos tradicionales suyos como Buñol o Godelleta, en la Hoya de Buñol.
No obstante, en un escenario tan mutable y en el que los vaivenes de la política nacional influyen principalmente en las grandes ciudades de la provincia, esta panorámica puede variar de aquí a las elecciones del 28 de mayo. Supone, en la práctica, un punto de partida. "Todo está igualado e impredecible", sería, en boca de uno de los dirigentes consultados, la conclusión. La realidad se revelará en poco más de dos meses.