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Legislatura corta y adelanto electoral: el mantra que repite la oposición ante el Consell de PP y Vox

Foto: CORTS/José Cuéllar
12/05/2024 - 

VALÈNCIA. Tanto en la vida como en la política, una cosa es el deseo y otra la realidad. El pasado año, concretamente en el mes de mayo, se celebraron las elecciones autonómicas en la Comunitat Valenciana con un resultado que arrojó un vuelco institucional: la izquierda, que mediante el Pacte del Botànic había gobernado durante los últimos ochos años, regresaba a la oposición para dejar paso a un nuevo ejecutivo formado por el PP y Vox, con el popular Carlos Mazón como presidente de la Generalitat. 

Un mandato que, a juicio  -acertado o no- de los estrategas de la izquierda, no durará los cuatro años, sino que será más corto debido a un adelanto electoral que acometerá el jefe del Consell para tratar de librarse -o al menos reducir el protagonismo- de sus socios.

Echando la vista atrás, para los actuales partidos de la oposición, especialmente para el PSPV-PSOE, no resulta fácil escapar de la sombra de 1995, cuando el socialista Joan Lerma perdió las elecciones frente a un joven Eduardo Zaplana (PP), quien por cierto se sienta estos días en el banquillo de los acusados por el caso Erial. Aquella irrupción de los populares en el Consell, lejos de ser algo temporal o breve, se prolongó durante de 20 años. Ese es, precisamente, el temor que se propagó en la izquierda valenciana en los días posteriores de los pasados comicios, donde sufrieron una derrota para muchos inesperada.

No obstante, casi un año después de esas elecciones, la izquierda ha empezado a recomponer sus posiciones y a elevar su actividad en la oposición. Dada la pérdida de fuerza institucional de Podem y Esquerra Unida y el poco consistente aterrizaje de Sumar, son dos las formaciones que, principalmente, están llamadas a enfrentar el gobierno compuesto por PP y Vox: PSPV y Compromís.

El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y la líder del PSPV, Diana Morant, en un acto reciente en Paterna por las víctimas del franquismo. Foto: EP/Jorge Gil 
Los socialistas valencianos han afrontado en estos meses una renovación de su cúpula. El expresidente de la Generalitat, Ximo Puig, dejó paso como secretaria general a la ministra Diana Morant, quien llegó a un acuerdo con otros aspirantes para evitar una batalla interna. Así, la nueva líder de los socialistas valencianos, apoyada firmemente por Pedro Sánchez, ha comenzado a dar sus primeros pasos con una estrategia que se dirige a reforzar su visibilidad y conocimiento en la Comunitat -todavía no demasiado alta pese a ser ministra- y a tratar de coordinar la defensa de la gestión del Gobierno de España con las críticas a las iniciativas del Consell de Mazón, como se está viendo en cuestiones como la oposición a la Ley de Concordia de PP y Vox.

Por su parte, además de sus complejas relaciones con Sumar, en Compromís se vienen enfrentando a distintos procesos internos de las formaciones principales que lo integran, Més e Iniciativa. Los primeros celebrarán su congreso en octubre, mientras los segundos celebraban este sábado su asamblea general de refundación con la aparición estelar de Mónica Oltra. En este sentido, al margen de estos procesos propios de ambas fuerzas, dos incógnitas de importancia planean en la coalición valencianista: si finalmente se producirá un acuerdo para que Compromís avance hacia una fuerza política única o, al menos, como una federación de partidos; y cuál será el papel en el futuro precisamente de la exvicepresidenta Mónica Oltra tras el archivo de la causa que pesaba contra ella y el personal de su conselleria.

Ahora bien, más allá de que cada una de estas formaciones va gestionando a un ritmo diferentes sus rearmes internos, coinciden en algunas cuestiones de importancia. Por ejemplo, tras un inicio de legislatura donde los reproches y ciertos desplantes entre ambas se hicieron patentes -para regocijo del PP, que también se preocupó de azuzarlos como cuando apoyaron a Compromís para que entraran en la Mesa de Les Corts-, se produjo una alianza entre las dos fuerzas de la izquierda en la cámara para no mostrar fisuras frente al PP en determinadas negociaciones como las de los órganos estatutarios o similares.


Otra cosa en común que comparten algunos de los estrategas de ambas formaciones es la duración de la legislatura. Cabe recordar que en la Comunitat Valenciana, el presidente de la Generalitat posee la prerrogativa de presionar el denominado 'botón nuclear' del adelanto electoral. Por ello, tanto en PSPV como en Compromís sostienen la tesis de que conforme avance la legislatura la incomodidad de Mazón con Vox será cada vez mayor, por lo que creen que, a partir de que se rebase el ecuador del mandato, el jefe del Consell empezará a acariciar la posibilidad de convocar las elecciones. El objetivo, lograr la mayoría absoluta o, en su defecto, reducir lo máximo posible el papel de Vox en el futuro gobierno valenciano. Una decisión delicada, pero que en la izquierda están convencidos de que Mazón contemplará y ejecutará si los sondeos le dan una mayoría suficiente y el escenario nacional (buena situación de la marca PP y mala de la marca PSOE) le acompaña.

Es por ello que en ambas formaciones de la izquierda, vienen pisando el acelerador para 'arreglar' sus respectivas casa en la primera parte del mandato para así estar listos para cualquier eventualidad en forma de adelanto electoral. En el caso, por contra, de que Mazón decida seguir el calendario establecido y apurar los cuatro años, la izquierda cree que habrán tenido un mayor tiempo de preparación y que el desgaste del ejecutivo conjunto ya habrá comenzado a acentuarse. En este sentido, opinan que si Vox trata de hacerse más visible en el Consell con la aplicación de sus políticas, provocará una mayor movilización del electorado progresista, algo que aseguran ya han ido notando en estos meses y, como prueba de ello, señalan las propias elecciones generales de julio del año pasado. De esta manera, en la izquierda confían en que Vox dará esos pasos y provocará, en algún momento, que el gobierno conjunto sea "insostenible" para Mazón y deba apostar por el adelanto electoral en una operación de todo o nada.

Una teoría que no se analiza de la misma manera en la otra orilla. En el PPCV consideran que la convivencia con Vox en la Generalitat, más allá de algunos conflictos puntuales, está muy lejos de hacerse irrespirable e ingobernable. Así, aunque obviamente no se descarta que Mazón pudiera tomar la decisión del adelanto si así lo considerara oportuno (también lo hizo Ximo Puig en 2019), ven no sólo posible, sino a día de hoy lo más factible, que el presidente de la Generalitat apure la legislatura hasta el final, dado que opinan que, de forma "natural", el líder del PPCV ya habrá conseguido entonces marcar su perfil propio en ese momento, lo que le permitirá presentarse ante la ciudadanía con un rol diferenciado de Vox que, a su juicio, le dará una buena oportunidad de ascender en representación e incluso acercarse a la mayoría absoluta. 

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