VALÈNCIA. Después de cinco meses como diputados no adscritos, Alexis Marí, David de Miguel y Domingo Rojo volvieron a aparecer en escena -faltó Alberto García-. Los focos se habían centrado hasta ahora en su lucha por conseguir un espacio digno, lograr intervenir como el resto de grupos en el Debate de Política General o interpelar a los consellers, pero no fue hasta este martes cuando los parlamentarios quisieron enumerar los agravios y el ostracismo que han sufrido en este tiempo. Para ello, convocaron una rueda de prensa en la que aprovecharían, además, para comunicar su posicionamiento en el debate del anteproyecto de ley de los Presupuestos de 2018.
No obstante, se encontraron con diversas dificultades. Aunque pidieron permiso a los servicios de la Cámara para utilizar la sala de prensa -tal y como obliga la normativa-, la Mesa de Les Corts resolvió en la reunión previa a que se celebrase esta convocatoria y se reuniera la Junta de Portavoces, que estos cuatro parlamentarios no podían utilizar este espacio.
Para tomar tal decisión, el órgano se apoyaba a una resolución de abril de 2012 que se encuentra incluida en el Reglamento de Les Corts. Este texto regula, precisamente, la utilización de las salas institucionales, espacios y otras dependencias de Les Corts, y "especialmente" la sala de prensa y la Francesc de Vinatea. Así, el artículo 2 determina que estas dependencias son de uso exclusivo del "president de Les Corts, la Mesa de Les Corts, los grupos parlamentarios, el Consell y los senadores designados en representación de la Comunitat Valenciana".
Al no hallarse entre ninguno de estos sujetos, la Mesa terminó denegando su uso, a pesar de que el artículo 4 de esa misma resolución determina al mismo tiempo que los grupos parlamentarios "o diputados" utilizarán estas salas "para actos directamente relacionados con la actividad parlamentaria y no podrán asistir personas ajenas a la institución". Esto es, no discrimina qué diputados.
No fue el único argumento en el que se apoyaron para tomar tal decisión. Según fuentes de la Mesa, aunque los cuatro diputados presentaron la solicitud a tiempo, esta no iba "firmada por el portavoz". Una consideración peculiar, ya que no están considerados como grupo y ya en julio se les rechazó la posibilidad de tener un representante de entre los cuatro.
La Mesa, sin embargo, no se pronunció cuando se realizaron otras ruedas de prensa en dicha sala por personas que tampoco forman parte de los grupos parlamentarios. Es el caso del portavoz de los populares en el Congreso, Rafael Hernando, y el líder autonómico de Ciudadanos, Fernando Giner.
A pesar de este veto, los no adscritos no acataron tal decisión; de hecho, se colaron en la sala y los técnicos cortaron la emisión de la rueda de prensa antes de que estos finalizaran su intervención. Rojo denunció que desde que se marcharan del partido de Albert Rivera han tratado de continuar con su actividad parlamentaria, pero que, tanto a nivel de participación como en el desarrollo del día a día, se han encontrado con "trabas" para "impedir" que pudieran ejercer actividad alguna.
También que antes de solicitar ser una agrupación habrían comunicado sus intenciones a los partidos firmantes del Acord del Botànic -PSPV, Compromís y Podemos- y lo vieron "con buenos ojos". No obstante, "con el devenir del tiempo" esos apoyos se habían ido perdiendo y la "presión" de PP y también de Cs sobre su respaldo a algunas alcaldías ha hecho que funcionara la "ley de los vasos comunicantes".
"No pedimos privilegios ni queremos tener más derechos que ningún diputado, sino trabajar en igualdad de condiciones. Queremos ser parte activa en este Parlamento", añadió Rojo tras anunciar que habían vuelto a solicitar ser considerados agrupación.
"Pese a quien pese y caiga quien caiga" -en palabras de Marí-, seguirán tratando de ejercer actividad parlamentaria. El exsíndico de los naranjas amenazó con "acampar" en el patio de Les Corts para dar ruedas de prensa e informar de su trabajo parlamentario si la Mesa les impide en un futuro utilizar la sala habilitada para tal cometido.
De hecho, el propio Marí disparó contra todos los grupos parlamentarios a través de Twitter por esa decisión. "De pena y de vergüenza en una institución que preside @enricmorera ...los que venían a cambiar las cosas. #vergonya", tecleó censurando la actitud del presidente del parlamento valenciano. "En otras épocas Presidente @enricmorera pensabas y votabas distinto con asunto del grupo que creaste con Pañella y las 'transfugas' Oltra-Mollà el 2007. Ya si eso… @monicaoltra @MireiaMolla. Una actitud de #vergüenza para aquellos que veníais a cambiar la política #decepcion", volvió a escribir, esta vez con reproches a la vicepresidenta Mónica Oltra y a la portavoz adjunta de Compromís en Les Corts, Mireia Mollà. También apuntó hacía el síndic de la coalición valencianista, Fran Ferri.
Pero no solo cargó contra Compromís. "Si @Podem_ ha entrado al juego de esto, es que 'compra' los vicios de la mala política. Preguntaré a amigo @Estany_", criticó al síndic de los morados para acto seguido denunciar la actitud de Manolo Mata, portavoz de los socialistas. "@manolomata tú en esto nada que ver no? Es la mesa y tal... lo digo por lo de la participación y todo eso. #cambios", tuiteaba enfadado. Isabel Bonig, líder del PPCV, tampoco se librara de los reproches. "No dejar ya ni utilizar la sala de prensa es de nuevo 'cortijo en propiedad' verdad @isabelbonig ?eso que os mola..", escribía. Marí, además, enlazó varias noticias contra la gestión del president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig.
De Miguel, por su parte, desveló el posicionamiento que tendrán estos cuatro no adscritos en el trámite parlamentario de las cuentas autonómicas del próximo ejercicio. Los ex de Ciudadanos están de acuerdo con la partida de gastos que contempla el Consell para 2018, pero no con la de ingresos porque "no se corresponden con las previsiones".
No obstante, aunque a día de hoy su posición es la del "no", también aseguraron que no apoyarán las enmiendas a la totalidad que presentarán PP y Ciudadanos, por lo que no apoyarán que el anteproyecto de ley se devuelva al Consell. La postura que adopten finalmente, dependerá de las modificaciones que se hagan a través de las enmiendas parciales que se presenten en las próximas semanas.