VALÈNCIA. El periodista Patrick Howard y el escritor valenciano Alexandre Escrivà pueden tener mucho en común, o más bien nada. Howard es un periodista de true crime que se obsesiona con descubrir qué le pasó a una joven estadounidense llamada Hannah Larson, que fue brutalmente asesinada en 1993 cuando tenía tan solo diecisiete años. Escrivà es un escritor valenciano que sigue los pasos de Howard, cuya historia ahora cobra un nuevo sentido entre las páginas de El misterio Hannah Larson (Alfaguara), su nueva novela. En común tienen su pasión por escribir, investigar e inventar nuevas tramas por las que dejarse llegar. Sin embargo, sus destinos son totalmente diferentes.
En las primeras veinte páginas de la novela se descubre un hecho asolador: Howard se suicida en director durante El show de Rachel Brooks, el programa de televisión con más audiencia de Estados Unidos. Ni el propio Escrivà puede evitarlo, pero en su novela incluye los testimonios de la propia Hannah Larson, de los compañeros del periodista y de la joven investigadora Alison Hess, que se enfrenta en esta novela a su primer caso. Con un relato coral marcado por la tensión, el drama y la sangre, Escrivà consigue construir un relato que se lee a ritmo de true crime y que le llega tras publicar El último caso de Willam Parker, la que fue su novela debut y a la que pretende “superar” con este nuevo lanzamiento.
“Nada más terminar de escribir mi primera novela, estaba pensando en la segunda, tenía la necesidad de seguir escribiendo y conocer mundo. Quería diferenciar también ambos libros para que funcionasen de manera independiente para quien me conozca a través de este libro”, explica Escrivà. Es por ello que en su primera novela está en San Francisco y en esta segunda se decanta por Nueva York y por un personaje principal que no tuviera nada que ver con William Parker, el investigador de su novela debut. Lo cambia por Alison, una “novata” que entra en el grupo de homicidios mano a mano con su enorme síndrome del impostor.

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Para hacer que lo “venza” la enfrenta a averiguar que hay tras un suicidio, que parece que encubre un asesinato, y que queda a vista de todos porque sucede en directo en un programa de televisión: “Quería que el caso tuviera una repercusión nacional, por lo que ubico el suicidio en televisión, genero un escenario muy atractivo en el que convergen los protagonistas y sospechosos para mantener la tensión durante la lectura”. La lectura, a su vez, cuenta con varios picos de tensión que se van desvelando por capas a lo largo de la lectura. La muerte de Hannah Larson es solo la punta del iceberg de un relato que alberga a personajes que funcionan de una forma muy coral.
Respecto a su forma de construir esta tensión, Escrivà admite que algunos de los puntos clave estaban planeados mientras otros surgen sobre la marcha y le ayudan a equilibrar los giros: “Tengo que tener en cuenta todo lo que reflejo en el texto y lo que no. Intento dosificar la información para que los giros tengan un efecto mayor. La novela negra tiene que ser capaz de buscar sensaciones distintas en el lector y sorprenderle”, apunta el autor. Ese efecto sorpresa queda al descubierto en un libro que parece que contiene en sí mismo otros tres. El lector se enfrenta a la lectura del diario personal de Hannah, a las notas de terapia de Alison y a los informes médicos. “Me interesa mostrar todas esas partes de la historia que no se tendrían que ver para dar libertad al lector. Cada apunte y detalle ayuda a conocer una parte más íntima de los protagonistas de la novela y también me permite jugar con las características del género. Es una novela que recuerda al estilo true crime y que busca que los lectores me reconozcan entre las páginas”.
Todos estos detalles conviven entre las páginas de El misterio Hannah Larson mientras Escrivà ya está pensando cómo enfocar su tercer libro. A diferencia del difunto periodista de su novela tiene toda la vida por delante, mientras puede probar nuevas estructuras y visiones dentro de un género que considera que no tiene normas. “Me gusta mucho probar cosas nuevas, sensaciones y efectos distintos en el lector. Siento que estoy aprendiendo mucho de este oficio y yo mismo veo una evolución muy notable en mi escritura. Quiero probar cosas nuevas dentro del género y ver dónde me lleva”, explica el valenciano, mientras se prepara para una nueva novela plagada de protagonistas, tramas y desenlaces que solamente él vislumbra en su cabeza, al menos de momento, claro.