VALÈNCIA. (EP) Escritor, editor, periodista, político y hasta cineasta, a Vicente Blasco Ibáñez "lo que más le preocupaba era transmitir la cultura a la gente, con la idea de que la gente progresa si tiene educación y cultura". Su "compleja" figura fue plasmada no solo a través de su obra, sino también en caricaturas, ilustraciones y esculturas como testimonio de su influencia, reunidas en una nueva exposición del Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí para aportar una "visión integral" del célebre valenciano.
Así lo ha explicado la comisaria de Blasco en otro formato. Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928), Marga Preda, en la inauguración de esta muestra que abre sus puertas en València coincidiendo con Día Internacional del Libro y que podrá visitarse hasta el 31 de agosto. El acto ha estado acompañado de una lectura pública de la novela A los pies de Venus.
'La verdadera psicología de un pueblo se manifiesta por los lápices de sus caricaturas', reza la cita del escritor José Francés que abre la exposición. Según Preda, con esta exposición se ha querido transmitir "algo distinto" sobre Blasco Ibáñez, dando a conocer "toda su vida a través de caricaturas", principalmente humorísticas, realizadas en una época "donde había mucho analfabetismo y el poder de lo visual era muy importante para el público".
Desde València hasta Estados Unidos, las piezas "presentan la visión crítica, o no tan crítica, del personaje, como dar una visión objetiva de su imagen pública". Se presenta una selección de obras relevantes contextualizadas, con el propósito de configurar una breve antología expositiva de artistas que tuvieron la oportunidad de interpretar gráficamente a Blasco Ibáñez o de colaborar, como ilustradores, en sus empresas editoriales.
Estas caricaturas se acompañan en las vitrinas de las novelas más célebres del escritor, algunas de ellas primeras ediciones que proceden, en su mayor parte, de a biblioteca del museo gracias a la donación de su hijo, Mario Blasco, en 1963. "En cada época de su vida presentamos la obra que ha escrito en su variante original, como se publicó en la época, para que el visitante pueda hacerse una idea de qué era lo que escribía en cada periodo", ha explicado la comisaria.
"Vamos a verlo de forma integral, porque dividir en facetas el personaje es imposible", ha destacado Preda. "Una faceta menos conocida de él es la de editor, pero en torno a esta faceta giran las otras", ha indicado.
El recorrido abarca su novela valenciana, su producción en América y en Francia, donde vivió el estallido de la Primera Guerra Mundial y escribió Los Cuatro Jinetes del apocalipsis, Mare Nostrum y Los Enemigos de la Mujer, sus tres novelas dedicadas a la Primera Guerra Mundial que publicó desde su propia editorial, Prometeo.
Con Los Cuatro Jinetes del apocalipsis llegó su éxito en Estados Unidos en 1918, que después tuvo su versión cinematográfica. Blasco Ibáñez "se lanzó como cineasta" y rodó Sangre y Arena en España.
Además, su periódico El Pueblo sirvió a Blasco Ibáñez como "plataforma para su ideología política, pero al mismo tiempo para presentar su pensamiento, su filosofía", centrada en buena medida en la promoción de la cultura.
Bajo la mirada de González Martí
Otra de las novedades de esta exposición es mostrar una faceta menos conocida del fundador del museo, Manuel González Martí, como autor y promotor de arte gráfico. Así, se dedica un espacio a la relación entre González Martí y el escritor.
Desde muy joven, González Martí destacó como dibujante y, bajo el seudónimo de Folchi, es uno de los primeros caricaturistas que retrata a Blasco Ibáñez en clave humorística. La comisaria ha recordado el encuentro que tuvo lugar ambos en 1921 con motivo de la Semana Blasco Ibáñez que se organizó en su honor. El fundador del museo invitó al escritor a conocer su colección de cerámica.
A ambos "los unía la valencianidad o la pasión por València y por el arte y la cultura", ha destacado Marga Preda, quien relata que "González Martí era diez años más joven que Blasco y lo admiraba mucho".
Así, González Martí seguía las publicaciones y revistas de Blasco Ibáñez. Fue a través de las páginas de su periódico El Pueblo donde Blasco Ibáñez se refirió a València como la Atenas del Mediterráneo y popularizó esta comparación, ha detallado la comisaria. Manuel González Martí "captó esta idea de la Atenas del Mediterráneo y poco a poco fue creando este museo"
Memoria en València
La exposición también plasma "la memoria de Blasco Ibáñez en València". En este punto, se pone énfasis en las esculturas que se dedicaron al autor y que reflejan lo que significó para la ciudad. La exposición recuerda la iniciativa de crear un museo en València que perpetuara la memoria del escritor.
González Martí recuperó la idea y reunió una colección de piezas en una sala dedicada al novelista, abierta hasta 1990. El inicio lo propicia la donación de varias piezas por parte de su familia que se pueden observar en esta exposición.
La coordinadora de la exposición María José Badenas ha destacado que la muestra es fruto de la colaboración con más de 15 instituciones, como la Fundación Blasco Ibáñez, el Museo Segrelles, la Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu y la Diputación de Valencia, además de prestadores particulares.
En ese sentido, la secretaria autonómica de Cultura, Pilar Tébar, ha puesto en valor la colaboración entre administraciones para homenajear a un "Blasco Ibáñez tan universal y tan valenciano".