Libros y cómic

EVASIÓN LECTORA

Fugas de papel: 22 destinos literarios para huir del calor o convertirse en veraneante profesional

Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

VALÈNCIA. Última hora: hace calor. Mucho calor. Muchísimo calor. El verano impone su ley marcial día y noche. Nos asfixia. Nos empapa. Nos impide dormir. Y nos expone a temperaturas que, francamente, no teníamos ninguna necesidad de conocer. Pero no todo está perdido; no todo va a ser sudor. Mientras nos derretimos sobre el asfalto y aguardamos, pacientes, la llegada de las ansiadas (y muy merecidas) vacaciones, algunos libros nos hacen señas desde un rincón. Textos encuadernados que se reivindican como vía infalible para dar esquinazo a la canícula. Un umbral hacia el goce inesperado y la pausa convertida en forma de resistencia.
 

Decididos a trazar un plan de fuga apto para lectores de todos los pelajes, desde Culturplaza hemos pedido a varias voces del panorama creativo que compartan sus salvavidas literarios preferidos de la temporada. La palabra escrita como refugio frente a los termómetros; como chapuzón dichoso. Obras que son sinónimo de estío ligero y despreocupado. Títulos con los que ejercer de veraneantes felices a golpe de celulosa. Destinos, en definitiva, a los que escapar, aunque sea durante unos capítulos. 


El resultado es un inventario de piezas que hablan de soledad, arquitectura, cruising o del turismo que depreda el territorio. Volúmenes con los que viajamos de Alaska a Corfú y del Everest al Madrid decimonónico. O con los que atravesamos un buen puñado de bosques (nunca son suficientes bosques). Entre nuestras propuestas habitan clásicos clasiquísimos y lanzamientos de rabiosa actualidad. Por sus páginas se pasean Leonard Cohen, albañiles, Momo y un lobo. Cuentos, novelones, poemas y ensayos para zambullirnos placenteramente en las casillas del calendario que se despliegan, luminosas, ante nuestros ojos.

  • -

Enrique Aparicio, periodista cultural y escritor

“Hay quien se reserva los tochos para el verano, pero yo creo que funciono más bien al revés; en estos meses siempre me entran mejor libros cortos y de cuentos que pueda llevar de un sitio a otro y cuya lectura pueda salpicar el día; también es una buena época para el ensayo entretenido, así que va una recomendación de cada.

La primera sería El que es digno de ser amado, de Abdelá Taia (Cabaret Voltaire). Tenía muy pendiente a este escritor marroquí afincado en París y me he leído tres libros suyos seguidos. En concreto, empecé por este. Es impresionante cómo transmite historias de su vida de una manera desapasionada, casi telegráfica en ocasiones, pero, al mismo tiempo, con una gran sensibilidad y una poética propia

Sigo con Cuentos completos, de Carmen Martín Gaite (Alianza Editorial). Estamos en el año del centenario de la Gaite y tengo la impresión de que sus cuentos no han circulado lo que debieran, achicados ante sus incontestables novelas clásicas. Sin embargo, algunos de ellos contienen mis páginas favoritas de la salmantina.

Acabo con Mapa de soledades, de Juan Gómez Bárcena (Seix Barral). Me ha encantado este estudio sobre la soledad desde un punto de vista poliédrico y que combina lo personal, lo erudito y lo literario. Es un gran repaso a este fenómeno a veces tan complejo de definir y está lleno de referencias de las que dan ganas de seguir tirando”.

  • -

Estela Sanchis, librera en Bangarang y escritora

“En verano me gusta especialmente leer (como supongo que le pasa a mucha gente) libros ambientados en lugares naturales, libros en los que la naturaleza sea muy potente. Me atraen especialmente las historias que transcurren en bosques, selvas o, en general, sitios con mucha vegetación.

Por ejemplo, un título que me encantó fue El muro, de Marlen Haushofer (Siruela). Es una especie de distopía en la que una mujer queda atrapada, sin saber muy bien la razón, en medio de un bosque. Está completamente sola en una casa rodeada de naturaleza y tiene que buscarse la vida para sobrevivir. Solo cuenta con un perro, una vaca y lo que va encontrando por ahí.

También me gusta mucho Buena suerte, de Nickolas Butler (Libros del Asteroide). Es un libro con un punto veraniego y frenético. No es exactamente novela negra, pero mantiene la tensión durante toda la lectura. Va de unos amigos, albañiles, que viven en un pueblo y un día reciben una oferta de una mujer muy rica: les da una gran cantidad de dinero para que construyan una mansión en mitad de la montaña en un tiempo muy limitado. Si lo consiguen en el plazo acordado, se quedan con el dinero; si no, tienen que devolverlo. A partir de ahí, todo se desmadra… Es muy divertido y, además, tiene una parte importante relacionada con la arquitectura y la construcción que me resultó muy interesante.

Y, por último, pienso en La mejor voluntad, de Jane Smiley (Sexto Piso). Trata de una familia (una pareja con un niño de unos seis o siete años) que decide alejarse de la sociedad e intentar ser autosuficientes. El libro explora las contradicciones en las que caen y cómo intentan sobrevivir manteniéndose fieles a esa idea cuando todo empieza a desmoronarse. Es una novela genial, todo lo que escribe Jane Smiley es maravilloso”.

 

Ana Campoy, escritora

"Empiezo por un libro fascinante que se llama Mal de altura, de Jon Krakauer (Ediciones Desnivel). Tiene ya bastante tiempo y lo recomiendo, porque habla del Everest (es un libro en el que hace frío todo el rato), pero también porque nos hace reflexionar sobre el turismo masivo. Fue finalista del Pulitzer y, aunque se lee como una novela (tiene incluso un giro de trama impresionante), no es ficción. Además, expone una reflexión súper interesante sobre la ética en el montañismo y sobre los abusos del capitalismo aplicados al turismo.

Por otra parte, yo aprovecho el verano para revisar clásicos. Primero, porque durante todo el año estamos inundados de novedades y, además, porque procuro elegir clásicos largos, con muchas páginas, ya que en vacaciones tengo tiempo para sumergirme en ellos sin la presión del día a día. Uno de los que más he disfrutado desde que sigo esa tradición, es Fortunata y Jacinta, de Benito Pérez Galdós (Austral). Puede parecer muy trillado, pero de verdad: es un placer de novela. Lo primero, por la revisión que hace Galdós de toda la sociedad de su época y también por la visión tan moderna que tiene, a pesar de ser un señor del siglo XIX. La compasión con la que retrata a las mujeres me sorprendió muchísimo. Y, además, es una gozada porque es un paseo real por Madrid. Así que animo a acercarse a ella, porque sigue siendo muy actual y muy tierna.

Mi última propuesta cumple dos funciones. La primera es acercar a todo el público a la literatura infantil, porque la literatura infantil puede leerla gente de cualquier edad. Y la sugiero porque, además, es un libro que, aunque fue escrito en 1972, es muy actual. Se trata de Momo, de Michael Ende (Alfaguara). Muchos lo habrán leído de pequeños, pero estoy convencida de que no lo han revisitado.

Si lo vuelven a leer (o si lo leen por primera vez), verán lo actual que es y lo fascinante que puede ser la literatura infantil cuando se aplica a lo social. Es impresionante lo visionario y paradójico que fue Ende al describir esa historia. Está hablando, sin saberlo, de la época actual, de los excesos del neoliberalismo. Es una lectura preciosa y la recomiendo a todo el mundo: desde los ocho años hasta los ciento y pico, para todos los que queramos seguir leyendo".

 

Fiona Songel, gestora cultural y responsable del club de lectura Hogar

“Un clásico fantástico para leer y releer en verano es Mi familia y otros animales, de Gerald Durrell (Alianza Editorial). Narra las vivencias de la familia Durrell en la isla de Corfú. Sol suave, ropa tendida al viento y las aventuras de una familia poco ortodoxa.

A unos 500 km de Corfú se sitúa la isla de Hydra, escenario principal de la relación entre Leonard Cohen y Marianne Ihlen, cuya crónica plasma Kari Hesthamar en So long, Marianne (Yonki Books). Todavía libre de turismo masivo en la época, la isla sirvió de refugio y punto de encuentro de artistas, hasta el punto de quedarse a vivir allí durante años (como nuestros protagonistas), e incluso criar a sus hijos sin normas (y en ocasiones, con graves consecuencias).

El verano es el momento perfecto para entregarse a clásicos inabarcables, para quitarse el fomo leyendo de una vez Tan poca vida, de Hanya Yanagihara (cosa que haría, pero me niego a llorar durante las vacaciones) o para caer en pozos obsesivos. Creo que mis dos recomendaciones se prestan a un agosto temático: el título de Durrell forma parte de la famosa Trilogía de Corfú y existe además una serie fantástica de Simon Nye. En cuanto a So long, Marianne, invito a ver también la serie de 2024 del mismo nombre y el documental Leonard & Marianne: Words of Love, de Nick Broomfield”.

  • -

Maria Colomer, prescriptora de còmics al podcast La Còmicteca i creadora de Club Viejoven

“Si poguera... em traslladaria als llibres de la meua pila de lectures pendents. M’oblidaria dels 40 graus a l’ombra i del que suposa suar al poble d’Alaska on transcorre la trama de Bosques negros, cielo azul (escrit per Eowyn Ivey i publicat per l’editorial asturiana Hoja de Lata), que sembla una barreja entre una faula noruega i un dels contes amb què els nascuts als noranta estem més que familiaritzats.

Una altra opció, i per a qui vivim crònicament en línia, seria Soc fan, de Sheena Patel, que acaba d’editar Jande. Es tracta d’un relat en primera persona, àcid i obsessiu, que es converteix en una muntanya russa d’emocions, crític amb el privilegi de classe, com ens relacionem entre nosaltres i amb les xarxes socials, el patriarcat, la qüestió de classe... i del qual sé que no podré apartar els ulls una vegada comence a llegir-lo”.

Espe Sanz, librera en Lalenta

“Desde Lalenta siempre recomendamos sumergirse en la poesía y en nuevas voces para escapar del calor y la rutina. Y si hablamos de poesía joven, primero os proponemos Bifurcación del labio (Editorial Alhulia), de nuestro compañero Miki Garofalo, que acaba de ganar el V Premio Internacional de Poesía Joven José Antonio Santano.

Por su parte, Atravesar una gota con una aguja (Editorial Urdimbre) es otro gran poemario que no os podéis perder, escrito por otra prometedora poeta joven: Iria Fariñas. Y, sin lugar a dudas, sin alejarnos de la terreta, os proponemos el poemario Terror, de David Silvestre (La Imprenta), que estamos seguros de que llegará lejos.

También nos gustaría recomendaros que, si tenéis peques cerca y queréis ayudarles a disfrutar de la lectura, tengáis libros a mano para leer juntos. Y, si no se os ocurre ninguno, os proponemos algunos que hemos disfrutado mucho (y que seguimos disfrutando). Por un lado, para las primeras lecturas (de 3 a 6 años), El lobo en calzoncillos, de Wilfrid Lupano, Mayana Itoïz y Paul Cauuet (Astronave) es una opción estupenda para compartir y disfrutar. Y ya, para cuando son un poco más mayores (de 5 a 9 años), nos acercaríamos a La terrible Adèle (creado por Miguel Ángel Mendo Valiente y Miss Prickly y editado por Kómikids) o El club de cómic de Chikigato, de Dav Pilkey (Ediciones SM), con los que seguro podéis echaros unas risas juntos, alejar el calor y olvidar que este verano aún no habéis pisado la playa”.

  • -

David Pascual Huertas – Mr. Perfumme, escritor y guionista

“Mi primera sugerencia es Hasta aquí todo va bien, de Estela Sanchis (Candaya), que salió hace muy poquito. Un libro turbio, incómodo y lleno de referencias a artistas que me fascinan, como Sophie Calle. Me ha sorprendido mucho y me ha encantado. ¿Qué puede haber más veraniego que un poco de violencia y arte conceptual?

La segunda propuesta es muy veraniega: Cruising. Historia íntima de un pasatiempo radical, de Álex Espinoza (Dos Bigotes). Recorre el origen y la evolución del cruising y sus practicantes. Un relato precioso de lucha y posicionamiento político, contado de manera sensible y emocionante. Es un libro muy, muy bonito. Me gustó muchísimo.

Y la tercera es Chica de interior, de Frankie Barnet. Un libro divertidísimo, triste y maravilloso sobre adolescentes que se drogan y son capibaras. Paloma Ediciones está publicando maravillas puras”.

  • -

 

Recibe toda la actualidad
Valencia Plaza

Recibe toda la actualidad de Valencia Plaza en tu correo