VALÈNCIA. A buen entendedor pocas palabras bastan, y si se trata de Rosalía para esas pocas tal vez sea necesario un traductor. Lo bueno del arte es que se entiende en todo el mundo, y en este caso es de esperar, ya que se retrata a un icono que da la vuelta a todo el planeta: Rosalía. Saliendo de la terreta tenemos a Lola Beltrán, quien con maestría ha elaborado un pequeño cómic para contar la historia de la artista que está en boca de todos. El cómic cuenta con cuatro páginas llenas de referencias, giros en el relato y pequeños matices que sitúan a la cantante dentro de su propio universo manga. Beltrán, quien contaba ya con muchísimas referencias de este mundillo, desempolva con este encargo la falsa idea de que este estilo artístico no la llevaría a ningún sitio: “Yo siempre había sido una friki del manga, tanto durante mi infancia como en la adolescencia. Lo dejé de lado porque en el motivo comercial no le podía dar utilidad”.
La temática versa sobre la evolución de Rosalía a superheroína, para ello Beltrán la reimagina al más puro estilo Akira “con neones, motos y un poco más agresiva", tal y como ella misma se muestra a lo largo de su disco, aunque "también pensando un poco en el estilo Sailor Moon”. Así nace un cómic sobre Rosalía centrado en los años 80 y 90 que enlaza con sus vídeos y su estética. A su vez el cómic acompaña en un número especial de la revista GQ a una entrevista reportajeada con la artista y una sesión de fotos, con la que Beltrán no pudo contar para elaborar su trabajo artístico debido a motivos de confidencialidad. Tan solo le explicaron cómo tenía que ser la estética (más o menos), para que tuviera en cuenta atributos que no podían faltar en la pieza: Referencias al mundo de las mariposas, pistolas de burbujas y uñas muy largas (y brillantes, a ver a ver… cómo brillan).