Libros y cómic

LA LIBRERÍA

‘Somos lo que nos contamos’, historia del Homo narrator de Óscar Vilarroya

  • Fotograma de la película Rashomon, de Akira Kurosawa]

VALÈNCIA. Soy muy amigo de mis amigos. Yo es que siempre voy con la verdad por delante, le duela a quien le duela. Es que soy muy sincero. Y si no te gusta, ahí tienes la puerta. A las buenas soy muy bueno, pero a las malas soy el peor. La cara no me la toca nadie. Es que tengo la mecha muy corta, enseguida me enciendo. Siempre me lo dicen. Un problema que tengo es que soy muy perfeccionista. En las relaciones de pareja siempre me implico mucho. Puedo perdonar muchas cosas, pero no que me engañen. Si me engañan, se acaba la relación. Lo digo en serio. Eso sí que no. Eso no podría perdonarlo. Con los amigos me pasa lo mismo. Yo lo doy todo por mis amigos, pero si me traicionan, fin. Lo siento, es que yo soy así. Nunca tendría nada con la novia de un amigo, es una regla santa. Si es novia de un amigo, ni me acerco. Confianzas las mínimas. Si es ex, tampoco. Esas cosas van así entre amigos. Tienen que ir así. Me da igual lo que digan, es el código. Soy Libra, y es que los Libras ya sabes cómo somos. No suelo creer en el zodiaco pero hay uno en un libro rojo que te lo acierta todo, ya verás. En el trabajo no me callo nada. Yo es que no puedo con las injusticias. El otro día lloré con lo de Notre Dame. Qué desastre. ¿Viste lo de la mujer esa con lo de Columbine? Qué mal todo. El mundo se va a la mierda.

Si has llegado hasta aquí sin abandonar la lectura, es de agradecer. Casi nadie, salvo un kamikaze social o un yonqui de la escopolamina o el pentotal sódico va siempre con la verdad por delante, por suerte, nadie es tan sincero como suele asegurar. Ser bueno a las buenas es muy razonable, a las malas ser el peor es tener un concepto muy alto e irreal de la potencia propia. Asociar perfeccionismo a problema es tan de risa que ya es un chiste. La estadística dice que las infidelidades no suelen desmantelar las relaciones por completo; generan mucho sufrimiento, claro está, pero no suelen ser el broche final a la historia. Lo mismo con los amigos: darlo todo es una ofrenda bastante abstracta e incluso innecesaria -guárdate un poco para ti, por favor-, zanjar una amistad por una traición es posible, pero habría que ver qué consideramos traición. Lo de las novias de los amigos forma parte del refranero masculino desde tiempos inmemoriales, lleva casi tanto tiempo entre nosotros como ponerse borracho y acercarse de forma inconveniente a la novia de un amigo, casi tanto tiempo incluso como acabar teniendo algo con ella si se tiene la ocasión, propiciándola o sin propiciarla. De hecho, suelen ser quienes más repiten la idea golpeándose el pecho los que peores intenciones albergan. Por aquello de dime de qué presumes. Del “respeto” a las exparejas, mejor ni hablamos. No has visto nunca ese libro rojo del zodiaco. En el trabajo además te callas todo el tiempo. Con las injusticias que te favorecen sí puedes. Notre Dame no te afectó tanto.

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