Tanto Alien como Blade Runner, las dos películas de Ridley Scotten 1980 y 1982, dejaron una huella profunda sobre todo en cuanto a estética. Eso ha dado lugar, en el caso del xenomorfo, a una dilatada explotación en viñetas con muy pocas ideas deslumbrantes. Por norma general, los cómics repiten las escenas más impactantes de la película de una manera u otra en todas y cada una de las historias, que no son pocas, que se han ido publicando. Ahora, Titan Comics ha hecho lo propio con la otra gran película, Blade Runner.
La serie, Blade Runner 2019, está escrita por Michael Green, guionista de la secuela estrenada en 2017 con Ryan Gosling, con apoyo de Mike Johnson, especializado en Star Trek (Juntos escribieron Supergirl), y dibujado por Andres Guinaldo, con amplia trayectoria en Marvel. Las novedades que aporta es que la detective que se enfrenta a los replicantes es una mujer, Aahna Ashina, Ash, pero el primer número no deja de ser una sucesión de escenas clavadas a la primera película, lo que pone el trabajo en la senda de la explotación de Alien, que no puede ser más aburrida por repetir los lugares comunes de su propio universo constantemente. En las portadas alternativas, hay hasta un homenaje a Syd Mead, el excelente dibujante responsable de buena parte de la belleza de la película.
Tenemos, por tanto, lo que ya conocemos. Esa Los Angeles multicultural con letreros de neón en todos los alfabetos, chino, árabe, cirílico, latino... y calles angostas y oscuras con rincones para sentarse a repostar comida rápida. El interior del vehículo también es igual al de Rick Deckard. El pretexto para tanto calco es que esta historia transcurre en el mismo instante que la película de 1982, noviembre de 2019, fecha que alcanzaremos este año.