Notables

Llisa Negra

Quique Dacosta y Juan Ramos

Que la personalidad del restaurante es una prolongación de la del cocinero, cocinera u hostelero que está detrás parece una obviedad. Que Llisa Negra es un reflejo de los propósitos de Quique Dacosta es un hecho.

Un restaurante en el que se ensalza el producto hasta rozar la perfección bajo la batuta de Juan Ramos, su jefe de cocina que sigue la estela del maestro. Porque Quique parece perfecto e inalcanzable en su pedestal, pero la realidad es bien otra: es cercano y cálido. Como lo es también todo el equipo de sala que trabaja en Llisa Negra.

El fuego, la leña y las brasas conducen al producto a otro nivel. Esa forma de cocinar, la más salvaje y ancestral, acompaña sin someter al marisco, al pescado o a las carnes. Los salazones y, desde hace poco, los ahumados son imprescindibles en una carta donde también caben los arroces y en la que siempre hay interesantes sugerencias del día.

En confianza: En la vida hay que arriesgarse y en la última visita nos recomendaron la lengua de ternera. La pedimos, aunque estaba algo indecisa por si era demasiado explícita la forma de esa parte del cuerpo del animal —sin caer que en la carta decía claramente lengua entera— y, aunque como prácticamente de todo y estaba rica, no es un plato para todo el mundo. Moraleja: lee bien la carta y pregunta en caso de duda.


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Carabinero a la parrilla con gratén de erizos