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La alerta roja permite a emergencias trabajar sin problema

Las lluvias pasan de puntillas por Paiporta: "Estamos igual de mal que estábamos"

Foto: BIEL ALIÑO/EFE
14/11/2024 - 

VALÈNCIA (EFE). La nueva Dana ha pasado de puntillas por el municipio de Paiporta, uno de los más afectados por el desbordamiento del barranco del Poyo del pasado 29 de octubre, y en el que continúan las tareas de limpieza de cañerías, que no se han visto alteradas por la lluvia de anoche.

"De este miércoles a este jueves no ha habido novedades. Estamos igual de mal que estábamos. La situación no ha empeorado, pero tampoco ha mejorado", ha explicado, en declaraciones a EFE, la alcaldesa de Paiporta, Maribel Albalat.

Las lluvias de este miércoles, finalmente menos de las previstas, no han afectado a las labores de los equipos de emergencias, que han podido trabajar y hoy continúan achicando agua, según Albalat.

La alerta roja por lluvias de este miércoles no obligó al municipio a cerrar colegios ni parques, "porque ya estaba todo cerrado", si bien desde el consistorio recomendaron a todos los vecinos que tuviesen precaución, subiesen a zonas altas y tuviesen cuidado, ha agregado.

Esta mañana, los servicios de emergencias han seguido trabajando principalmente en el alcantarillado de Paiporta, que continúa colapsado por el fango, el lodo y los enseres de algunos vecinos.

Por eso, vehículos del ejército han patrullado por el municipio emitiendo un bando municipal en el que se reclamaba a los vecinos que depositasen el fango en la vía pública para que lo recojan los servicios de emergencias, y que se abstengan de verterlo al alcantarillado debido a esta situación de colapso.

Jesús Martínez, propietario de una tienda de interiorismo en Paiporta con el mismo nombre, se planteó este miércoles poner sacos de arena a las puertas de su negocio para evitar que entrase más agua, aunque la alerta a las cinco de la tarde se lo impidió, según relata a EFE.

En su caso, las lluvias de este miércoles sólo le impidieron dejar de sacar lodo de su negocio, aunque ha asegurado que estuvieron trabajando en el interior: "No ha llovido tanto, afortunadamente no", ha expresado.

El ambiente entre los vecinos de Paiporta continúa siendo de desolación y el escenario en las calles del municipio no ha variado en los últimos días, tomado por los servicios de emergencias y el ejército, con el fango como protagonista y operarios achicando agua y barro de garajes.

Una de las múltiples voluntarias que hay en la localidad, Lorena Rodríguez, ha explicado a EFE que el "precedente" de la riada del día 29 permitió que este miércoles se tomasen medidas preventivas.

"Se cortaron carreteras, se avisó a la gente para que se quedase en sus casas, que se pusieran en zonas altas. Entonces el desastre no ha sido el que fue entonces, y ha sido comedido, que es un poco lo que habría sido ideal en la primera ocasión: un aviso, una prevención. A ver si la experiencia nos enseña", ha relatado esta valenciana, que reparte comida caliente en una esquina junto a las vías del tren.

En una línea similar se ha expresado Gastón Folabella, voluntario en el mismo punto que Lorena Rodríguez, y que ha subrayado que el pueblo "está asustado y tiene miedo".

La situación vivida este miércoles con las alertas, ha dicho este voluntario, le ha recordado a la vivida en la pandemia, porque todo el mundo tuvo que hacer "un poco de cuarentena" ante la amenaza de lluvias.

Para los vecinos con los que ha hablado EFE, que lo han perdido todo con el desborde del barranco, lo vivido este miércoles no se puede comparar a lo del día 29.

"La lluvia no nos afectó porque llovía a ratos, pero la del día 29, esa sí que se lo llevó todo, todo", ha asegurado Sonia Giménez, que regenta, junto a su familia, el salón de estética Zendara.

Recuperar la normalidad en las escuelas

Ahora, uno de los objetivos del municipio pasa por recuperar la normalidad en las escuelas, según ha explicado la alcaldesa, que ha añadido que se están trasladando varios de los puntos de voluntariado situados en los centros educativos a otros equipamientos "para que los niños puedan volver".

Es el caso del CEIP Lluís Vives, en el que esta mañana todavía se veían numerosos miembros de los equipos de emergencia pero ya no había voluntarios, aunque, como ha reconocido Albalat, "en Paiporta, la normalidad absoluta va a tardar años".

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